Capitulo trece

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Shouto cantaba la canción que habían puesto en el parlante, Choko corría por todas partes, Miyuki se había quedado recostada en el sillón y Satoshi ponía en práctica las enseñanzas de Fuyumi sobre las trenzas.

— ¡Ta da! — Exclamo con alegría el menor — Esta listo, Oto-San.

Así era, después de todo ese tiempo por fin se habían acostumbrado a la presencia del otro, el apoyo y el amor incondicional, por fin se habían hecho oficialmente padre e hijo.

— Es hermosa, Satoshi, muchas gracias.

Acaricio el rostro del peliazul con cariño, mientras que este le regalaba una enorme sonrisa.

El menor se sentó a su lado comiendo galletas de chocolate y bebiendo su juguito de manzana, el mayor le observó con amor las reacciones de su niño, tratando de procesar lo que había pasado en el hospital hace unos días atrás.

...

S

u rostro se mantuvo frío, pero adentro suyo había confución, no entendía el por qué Midoriya Izuku, quien supuestamente lo odiaba, se encontraba en su habitación del hospital.

El peliverde hizo una reverencia a modo de saludo, a paso lento se acercó a la cama y se sentó en la silla que había por allí.

— Te seré honesto, no me agradas — aquello le llegó como un puñal al corazón —, pero por alguna razón no puedo hacerlo por completo — todo era tan raro, ¿qué diablos pasaba? —, no confiaré en ti, te hablaré de una forma tosca y grosera, mas aquí me encuentro agradeciéndote.

— No comprendo — Dijo con su típico tono monótono.

— Estoy agradeciéndote, porque has salvado a mi esposa y futuro hijo o hija de morir aquel día.

Ah... Ya recordaba... La mujer que había salvado de ser aplastada por la construcción... Entonces... La mujer que había salvado, ¡Era la esposa del héroe Deku! Ok, esto era demasiado para él, muchas emociones por un día.

— No tienes por qué agradecerme... 

El héroe se removió incómodo en la silla, era como si quisiera decir algo más, pero las palabras no le salían de la boca, Shouto no dijo nada, no lo presionó. Sin embargo, su presencia se le hacía dolorosa.

— Tal vez... No seas tan mala persona como creo que eres...

Dicho eso se retiró de la habitación, deseando un escuálido: "recupérate pronto"

Y esa había sido la charla torturosa, mas que había traído un rayo de esperanza sin que nadie se diera cuenta.

...

El azabache teñido y el albino entraron a la casa de su hermanito menor, ellos podían pasar a gusto a su casa debido a su estado, imaginaron que estarían en cualquier situación... Menos en esa.

— ¿Esta rico el té, Oto-san?

— Es el mejor té que he probado, Satoshi. 

El bicolor y el peliazul jugaban con pequeñas tazas de té, azucarera y tetera, porque sí, el de cabellos largos — el cual estaba trenzado a cortesía del menor — le había comprado el mejor juego de té de juguete a su hijo, sus hermanos mayores tomaron una nota mental para enseñarle a su hermanito a decir que "no".

— ¿Qué hacen? — dijo aturdido Touya.

— ¡Estamos jugando a la cafetería! — respondió el niño emocionado — ¿Quieren jugar?

Y al parecer los tres hermanos debían de buscar un tutorial de como decirle "no" a su hijo/sobrino.

— ¿Quieres té, café o leche, Natsuo-Ojisan?

— Café, por favor.

Shouto les veía con una sonrisa burlesca mientras que los dos mayores sorbían la taza vacía y expresaban su gusto por el líquido invisible.

...

— ¿Puedo ayudarte a cocinar, Oto-san? — el niño era muy curioso y le gustaba ayudar un montón, ese era uno de sus casos.

— Mmmh, eres muy pequeño para ayudarme a cortar la verdura y todo eso... Pero podrías pasarme lo que te pida, ¿si?

El niño asintió sonriendo ampliamente. Shouto lo amaba y temía por él, después de que le contará lo que había vivido en su casa decidió consentirlo hasta cansarse, sabía que no era algo bueno, mas también se tomaba su tiempo para enseñarle valores y que no tuviera que madurar abruptamente para saber cómo debía de ser... Así como pasó con él...

El niño le pasaba los sartenes, cucharones y verduras que pedía, mientras que el de la cicatriz se encargaba de terminar las cosas, colocó el pescado en el sartén y comenzó a freírlo, preparó ensalada y en poco tiempo ya estaba todo listo.

— Itadakimasu — dijeron ambos antes de comer.

El heterocromático se espació un poco, estaba perdido en su mente y la conversación que había tenido con el peliverde, fue extrañó y le dolió demasiado, el hecho que mencionara a su esposa, que ella estuviera embarazada... Todo dolía, ¿por qué el destino tenía que ser tan cruel con él y hacerle esto? Sabía que no podía escapar y tal vez le tocaría una misión con el actual héroe número uno, este le odiaba y quién sabe la razón... Solo sabía que quería que su visión cambiara, era seguro que no porque lo amaba iba a divorciarse, ¡Así no funcionan las cosas! Él estaba feliz que el pecoso fuera feliz, con solo ser su amigo estaría bien.

— ¿Shouto-Otosan, estas bien? — el niño le observaba desde abajo, acariciando suavemente la cicatriz del mayor — Luces triste...

— Oh, mi niño — envolvió al niño en un abrazo paternal — Tú nunca me abandonarás, ¿cierto?

— ¡No, me quedaré contigo por siempre Oto-san!

— ¿Aunque sea viejo?

— ¡Yo jamás te abandonaré, Oto-san! — el niño apretó lo más fuerte que podía el abrazo — ¡Porque yo amo a Shouto-Otosan de aquí hasta la próxima galaxia!

Te amo...

Y yo de aquí hasta la próxima galaxia...

— Gracias, mi pequeño elfo azul...

...

Hola, ¿cómo están? Espero que bien... Bueno... Perdón la espera, pero aquí esta el nuevo capítulo, espero que les guste, ¿qué creen que pasará? ¿Cuál es el misterio que Shouto esconde detrás de sus palabras? ¿Cómo será la relación de Deku y nuestro amado IcyHot? Déjenmelo en los comentarios... Recuerden de comentar, votar y disfrutar.

Nos vemos en otra historia...

Kurenai-kun...

EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora