73.

107K 9.5K 5.8K
                                    

Antes de que lean quiero aclarar dos cositas - o tres -

Shurin significa cuñado en ruso.

Vygotsky y Pavlov fueron psicólogos rusos que existieron en serio (googleen si les interesa)

Tercero, sí, leo TODOS sus comentarios. (y a veces me trauman un poquito)


CAPÍTULO SETENTA Y TRES

La visita a la ciudad es, dentro de todo, buena. Viktor maneja y los tres hablamos de casi cualquier cosa, excepto de lo que pasó un rato antes en la casa.

Por lo demás, el menor de los Pavlov se ocupa de intentar corromperme y molestar a su hermano, que es algo que logra con facilidad.

—Viktor deja de poner tu brazo sobre su hombro— Demian le gruñe y yo me río.

—Déjalo— lo molesto, porque he descubierto que hay una pequeña parte de mí que disfruta molestar a Demian.

—¿Lo ves? — Viktor usa un tono razonable—. Estás siendo un idiota, hermanito.

—Tú me estás tocando los cojones— Demian usa un tono amenazador—. Lianna, dile que deje de tocarte.

—Estás actuando como un niño — le digo, pero me alejo de Viktor y me acerco a él, hasta poner mi brazo alrededor del suyo—. ¿Feliz?

—Mejor— reconoce.

—¿Alguno de ustedes podría decirme dónde demonios conseguir una mamushka? — suspiro un rato más tarde, cuando hemos visto más de cinco tiendas de recuerdos y tonterías—. Es increíble que no hubiera ninguna— murmuro.

Viktor se ríe.

—Escucha, zolovka— me dice—, las mamushkas están sobrevaloradas, hay mejores recuerdos.

—Brass quiere una de esas — digo—. Así que le llevaré una mamushka, shurin— le saco la lengua cuando escucho que Demian se ríe.

—¿Tú le dijiste?— mira con una ceja arqueada a Demian y luego me sonríe.

—Existe el Traductor de Google, idiota— mi ruso le sonríe burlón y luego me mira—. ¿Aprendiste algo más, nena?

—Solo eso, pero necesito ayuda con los insultos— Viktor se ríe.

—De acuerdo, zolovka, te ayudaré con los insultos, pero a cambio, no dejarás de llamarme shurin. ¿Tenemos un trato, cuñada? — él extiende su mano en mi dirección.

—Tenemos un trato, cuñado— acepto su mano y él sonríe.

—Bien, de acuerdo, lo primero, es encontrar un apodo insultante con el que te sientas cómoda para decirle a Demian— me sonríe.

—Eso no pasará— jadeo, riendo—. ¿Por qué no me dices algo que pueda decirte a ti?

Demian nos mira sonriendo y me doy cuenta de que en realidad, a él no le molesta que me lleve bien con su hermano. Supongo que de hecho, las cosas son más cómodas así y no como si hubiera tensiones entre nosotros.

—A mi sólo puedes decirme shurin, zolovka— me dice sonriendo.

—Bien, no eres un buen maestro, Viktor— me quejo—, Mejor ayúdame a conseguir las mamushkas para Brass.

Nos metemos en una calle principal que, según lo que ellos me dicen, es la Calle Arbat y es una de las más famosas de los paseos turísticos.

—Sí no conseguimos una de esas muñecas aquí, nos quejaremos al Zar— se burla—. Aunque, bueno, los zares ya no existen, técnicamente.

Sinestesia | ¡Pronto en físico! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora