THE OCEAN - Steve Mcgarrett - [EN EDICION/ 2024]

―Chapter Thirty Six―

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CHAPTER THIRTY // SIX

𝑭𝒂𝒕𝒉𝒆𝒓'𝒔 𝑳𝒐𝒗𝒆

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Tras acabar mi turno en la cafetería Jesse paso por mí y fuimos a su restaurante favorito para almorzar antes que el volviese al trabajo.

Mientras acabábamos nuestros postres y pedíamos la cuenta logre oír, a lo lejos, a unas tres o cuatro mesas de donde estamos, unas fuertes y duras palabras que llamaron considerablemente mi atención.

—¿Tú serás nuestro mesero?—indago el hombre despectivamente

—Si, señor yo seré su camarero esta tarde—contesto el joven

—Amor, no sabía que me habías traído a un restaurante de comida mexicana—hablo la mujer irónica

—Lo siento, pero no...—sentencio el camarero desentendido

—Quiero ser atendido por un estadounidense—afirmo el esposo

—Wow, ¿qué acaba de decir?—indague en voz baja viendo a Jesse

—Eso es muy inapropiado—aseguro dándome la razón

Al ver con más atención supe que se trataba de mi camarero favorito, y hermano latino, Miguel el cual se encontraba atendiendo a una pareja bastante particular.

—Disculpé, señora, ¿hice algo mal?—cuestiono Miguel

—Si, estar en este país y tomar los trabajos de estadounidenses reales—contesto el hombre

—Bien, eso es...todo—limpie mi boca con la servilleta, me levante dispuesta a ir hacia ellos y camine a pasos agigantados hacia la mesa

—Lex...no...espera—suplico Jess poniéndose de pie y siguiéndome, sabiendo que ya no podría detenerme—Lex, espera un segundo—se paró frente a mi obstruyéndome el paso—Por favor, solo...solo se amable, ¿sí?—suplico

—Bien, seré amable, ¿feliz?—sentencie para que me dejase continuar mi camino

—Si, muchas gracias—sentencio un poco más relajado

—Ahora muévete—ordene y este lo hizo

Seguí mi camino hasta plantarme frente a la pareja y golpeé la mesa con la palma de mi mano para que me presten toda su maravillosa atención.

—¡¿Qué demonios?!—chillo la mujer asustada

—Saquen su maldito trasero de aquí ahora mismo si no quieren que se los patee—viéndolos furiosa

Jesse suspiro frustrado por mi "amabilidad", lo siento yo soy amable a mi manera, nadie me dijo que tenia que ser amable a su manera. 

—Disculpa, pero... ¿quién demonios eres tú?—indago el hombre