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;(

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Na.Dream💤

Sentí como mis entrañas se revolvían, sintiendo un nudo en mi estómago, como ahora una montaña rusa de emociones pasaba por mi mente, como los nervios se volvían en miedo, como mi mente estaba hecha un lío, tratando de asimilar lo que estaba sucediendo, como el calor subía rudamente, recorriendo por mi columna, estremeciéndome.

Me había dejado llevar por el momento.

Sentí como la mano de George que tomaba mi mano extendida, bajaba, y como su cara volteaba de un lado, evitándome.

Bajé mi mano de su rostro instantáneamente, al igual que mi cabeza, sentí como ahora todas las emociones se definían en una, temor.

"Clay, yo....No sé qué decir."

Dijo casi susurrando, quebrando su voz en ello.

Sentí como mis extremidades empezaban a temblar y como las lágrimas amenazaban de salir.

"Clay. Yo.... perdóname".—

Al escuchar esas palabras salir de su boca, fue la gota que terminó colmando el vaso, sentí como si me apuñalaran, no evité soltar una que otra pequeña lágrima.

Sentí la mano de George tocar mi hombro, acariciándolo de un lado a otro delicadamente, mientras decía una vez más que se disculpaba.

Las palabras luchaban por salir de mi boca, pero nunca lo hicieron.

Llevé mis manos a mi rostro, secando con mis pulgares las pequeñas gotas que estaban en las esquinas de mis ojos, mientras trataba de formar una sonrisa en mi rostro y tomar el valor de levantar mi mirada.

— "Está bien, no te disculpes..."

Respondí, casi tartamudeando, haciendo todo lo posible por aún mantener la sonrisa en mi labios.

George me miraba con preocupación, lastima. Sus pequeños ojos avellana no dejaban de mirarme, inspeccionando cada parte de mi rostro.

Sentí como ahora sus pulgares se deslizaban suavemente bajo mis ojos, acariciando mis mejillas, quitando las gotas restantes allí.

Levanté mi mirada, conectando con la de George, pronto sentí como sus brazos me envolvían, envolviéndome en un abrazo y como ahora mi cabeza se acomodaba en su pecho.

Levanté mis brazos, dejándolos apoyados en su espalda, sentía como sus brazos cada vez hacían presión al igual que su cabeza sobre mi hombro, aferrándose a mí, al igual que yo a el.

Pequeños sollozos ahogados escapaban de mis labios.

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Minutos ahora habían pasado. Todo ahora era un silencio, un silencio que era un tanto agradable como incómodo, mientras la tensión bajaba, quedándose de un lado.

𝐄𝐬 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞. 𝐷𝑁𝐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora