CAPITULO 43 (Coliseo)

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Ethan

Estoy hasta los cojones de la pizza, de los museos, del calor, y de Anastasia.

Cuando era pequeño, mis padres me llevaron unas cuántas veces a Italia.

Ni el orfanato ha conseguido borrar de mi memoria el desagrable idioma de los italianos, al menos es más soportable que el francés. Sin ofender, parece que hablen todo el día con una mierda en la boca.

¿Cómo es posible que Tessa se vuelva loca con esos lenguajes?

Tengo que admitir que el viaje está siendo más interesante y divertido de lo que creia gracias a ella.

Vivir juntos está saliendo la mejor experiencia del mundo. La tengo a mi lado las veinticuatro horas del día, y aún así seria imposible cansarme.

Tener la oportunidad de ducharme con ella sin miedo a que nos pille su padre, es una ventaja muy agradable.

Anoche estuvimos toda la noche en la cama durante horas, estoy tan reventado que ni siquiera sé como he podido despertarme a las siete de la mañana. He tenido el mejor sexo de mi puta vida, de eso no puedo quejarme.

- El Coliseo es un gran anfiteatro que data el Imperio Romano, está construido en el primer siglo en el centro de la ciudad de Roma- habla Anastasia con su mania de gesticular con las manos el triple de lo necesario. - Ahí donde lo veis tenia una capacidad entre 40.000 y 70.000 espectadores. Mirar a vuestro alrededor e imaginar que estáis rodeados de romanos con los pulgares hacia abajo pidiendo la muerte del condenado.

Todos los visitantes abren la boca de asombro, y hacen comentarios como:
"¡La historia es increible!" "Qué emoción" "¿Enserio?" "¿De verdad?"

Y si, Tessa es una de esas personas.

- ¿No te hace ilusión?- pregunta de morros estudiando con sus ojos verdes cada detalle del lugar.

Sin soltar mi mano de la suya, tiro de ella y beso su mejilla.

- Si, nena. Me muero de la felicidad, ¿No me ves?- sonrio sarcástico. La pareja de ucranianos para por nuestro lado con la misma cara de estúpidos.

- El nivel más bajo estaba reservado para las clases altas, como senadores, magistrados o sacerdotes. El maenianum secundum, que se dividia entre imum para los ciudadanos ricos y el summum para los pobres. Y el maenianum summum in ligneis, en la parte más alta, que era reservado para las mujeres más pobres-continua explicando la latina agotando mi limite de paciencia. Estoy empezando a tener pesadillas con su voz.

Un grupo de niños empujan a Tessa al correr como salvajes y me acerco a ellos enfadado.

-  Ethan no, por favor. Sólo son tres crios, no pasa nada- suplica la rubia usando esa sonrisa que tiene tan adorable y chantajista.

Justo cuando voy a ceder, vienen hacia nosotros jugando al pilla-pilla por el Coliseo y vuelven a empujarla con más fuerza.

- ¡Oye tú! Ven aquí, bonita- señalo a la niña bajita. Ella se acerca con el ceño fruncido como si no entendiera mi idioma. Tiene el pelo lleno de tirabuzones morenos y los ojos negros  como la noche. - ¿Cómo te llamas?

- Vake, señor- tartamudea nerviosa elevando la cabeza para mirarme a los ojos. Es tan pequeña que tengo que agacharme para estar a su misma altura. No tiene más de siete años.

- ¿Quiénes son? - señalo a los otros dos chicos que se pelean entre risas. Los padres de estos siguen charlando con normalidad ajenos a la molestia que están causando. - ¿Tus amigos?

Mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora