Capitulo 24 adelanto-leer

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Tessa

Ethan vuelve a ser mi guardaespaldas.

El alivio que he sentido cuando mi padre me lo ha contado ha sido indescriptible. Tengo unas ganas de verlo impresionantes.

-Una psicóloga- repito sin entender porque el médico me obliga a ir. La verdad es que no voy a contarle mis problemas personales a una persona que no conozco de nada. Respeto su trabajo pero no voy a hablarle de mis traumas.

Ethan conduce en silencio con las manos apretadas al volante. En la muñeca derecha lleva un reloj de oro precioso que le da un aire más sensual. Su pelo rubio está ordenado y peinado a la perfección, sus labios gruesos tienen una pequeña herida, y sus ojos no se apartan de la carretera ni un segundo.

Normalmente me mira de vez en cuando por el espejo retrovisor pero decidido olvidarme de ese detalle. Mi padre está a su lado en el asiento del copiloto vigilando cada uno de sus movimientos, no entiendo nada.

El aire me da en la cara al asomar la cabeza por la ventana y cierro los ojos deseando despertar de esta pesadilla. Menos mal que Ethan está de vuelta, es lo único bueno que tengo en estos momentos.

-Tessa, te he dicho miles de veces que no hagas eso- me regaña mi padre por sacar un brazo. Lo ignoro y continuo con la mano fuera tocando las ramas de los árboles.

- Theresa. Obedece a tu padre-lo apoya la voz que menos me esperaba escuchar. ¿Porque me llama Theresa? Solo utiliza ese mote para molestarme de broma o cuando está enfadado pero esta vez no es ninguna de las dos cosas.

Mis ojos se desvían al espejo para dar con los suyos pero apenas habla en lo que queda de camino a casa. ¿Que está pasando? ¿Estará disimulando porque esta mi padre? No tiene sentido, ya sabe lo nuestro.

Al llegar a casa las puertas se abren solas como de costumbre y el coche se detiene enfrente de la puerta principal.

Mi padre es el primero en bajar y entrar al salón de casa. Después de cerrar el coche con llave aprovecho que nadie nos está mirando para coger a Ethan del brazo.

Sus ojos se desvían a la zona dónde le estoy tocando y se libera de mi agarre como si le diera asco. Vaya, eso ha dolido.

- ¿Qué pasa? Estás raro conmigo- susurro en voz baja comprobando que ningún trabajador esté en el jardín. Alzo la mano con la intención de tocarle la mandíbula con cariño pero Ethan retira la cara esquivándola. - Dime ahora mismo que está pasando.

- No tienes que hacer esas cosas. Soy tu guardaespaldas, Tessa- suelta de repente cruzándose de brazos. Mis ojos empiecen a humedecerse amenazando con soltar una lágrima pero consigo retenerla.

-...pero tu y yo...

-Ya no hay nada entre tú y yo- me interrumpe con indiferencia esperando a que lo deje tranquilo. ¿Cómo? - Ves a tu habitación y acuéstate. El médico te dijo que tienes que reposar.

-¿Cómo que no hay nada entre tú y yo- tartamudeo sin poder creer lo que estoy escuchando. No me puede pasar esto a mi, esto también no.

En vez de contestar, aprieta la mandíbula enfadado y entra a casa sin molestarse en esperarme.

No quiere seguir conmigo.
Me ha dejado sin hablar conmigo y sin ningún tipo de explicación. Como si lo nuestro hubiera sido un lío de una noche, no he significado nada para él.

- ¡Oye, tú!- lo llamo corriendo detrás suya sin darme por vencida. Justo cuando va a subir por las escaleras me interpongo en su camino y abro los brazos para que no pueda huir.- Me dijiste que estabas enamorado de mi.

- Por follar se dice cualquier cosa,no?

Se acabó

Alzo la mano sin que le dé tiempo a reaccionar ni a pararme y le doy un bofetada en la mejilla haciendo que toda su cara se gire del impacto.

Por unos segundos, sus ojos reflejan dolor o eso parece. Se toca la zona afectada con la mano acariciándola con un suspiro pero no dice nada,ya no hay nada que decir.

Me ha utilizado.

Como hace todo el mundo conmigo

Subo las escaleras a zancadas de dos en dos con todo el cuerpo temblando de rabia.

Al llegar a mi habitación descubro que me han cerrado con llave todos los baños y han quitado todas las cuchillas o cosas afiladas con las que pueda autolesionarme.

Me quito toda la ropa, me tomo las dos pastillas que me ha mandado el médico y me escondo debajo de las sábanas con una única función. Llorar hasta quedarme seca.

Sé que el nudo que tengo en el corazón no se va a arreglar haciendo eso pero mi cabeza está más bloqueada que nunca. Ni siquiera los golpes de Chloe me dolían tanto como lo que estoy sintiendo ahora.

Has ciertas cosas que se escapan de la lógica pero no me apetece pensar, ni comer,ni dormir, ni ver a nadie.

En otra vida he tenido que ser muy hija de puta para merecer todo lo que me está pasando.

Una bola peluda se sube al colchón recordándome que si tengo a alguien que me quiere de verdad y que nunca me fallará.

- Hola Cody- saludo a mi perro. Este me chupa toda la cara sabiendo que estoy mal y lo abrazo con fuerza todo lo que queda de noche.

Suyin y Jenna me llaman al móvil sin parar pero no me encuentro bien para responder ni para tener que explicarles nada. Lo último que necesito es escuchar como insultan a Ethan durante horas por mucho que lo odie ahora.

¿A quién quiero engañar?

No lo odio, jamás podré odiarlo.





-Hola.¿Qué tal?Espero que os guste el capítulo.

Os adoro.















Mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora