CAPITULO 17 (Ahogamiento)

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Tessa

Han pasado dos días desde que salí del hospital y no aguanto más. Que pesadilla de gente, joder.

-Ethan está todo el día acosándome como si fuera mi guardaespaldas... Mejor olvidar eso que he dicho.
-Suyin y Jenna me llaman dos veces al minutos pasar saber como estoy y que estoy haciendo en todo momento.
-Vance bueno... Vance no me hace ni caso pero cuando viene Danna de visita a casa se hace el buen padre y tampoco me deja tranquila.

Al menos mis amigas están ocupadas en follar con sus nuevos novios y me dejan con mi satisfactoria soledad. ¿Cómo estará Snake?¿Se habrá recuperado de la paliza de Ethan?

-No es necesario, amor -susurro frunciendo el ceño. ¿Porque de repente soy cariñosa? Ethan levanta la cabeza con una sonrisa de sorpresa disfrutando de mi vergüenza-Olvida ese comentario de tu mente.
-No pienso olvidarlo. Ahora deja que te ayude-dice aprovechando que estoy sentada en la cama para quitarme la camiseta por encima de la cabeza. Dejo que me desnude como si fuera una niña pequeña mientras esté coge uno de mis pijamas y me lo pone con máxima delicadeza para no hacerme daño en el vendaje de la muñeca-Deja de mirarme asi.
-Asi como?
-Me siento violado por tus ojos-dramatiza asegurándose de que la puerta está bien cerrada para colarse en mi cama-Mmm-gime de gusto al pegar su pecho en mi espalda. Me sonrojo al sentir su pene erecto rozar con mi culo.
-Yo si que me siento violada.Estate quieto- me río cerrando los ojos con sueño. Su boca consigue espabilarme con besos en el cuello-Ethan...
-No puedes pedirme eso con este culazo rubita-ronronea bajándome un poco los pantalones para tocarme mejor. Me quedo callada comenzando a sentir un calor impresionante. Lo odio.
Un minuto más tarde dejo de sentir sus brazos rodeándome y escucho como algo se mueve debajo de la sábana.

-Ethan!!-grito abriendo los ojos de par en par cuando sus dientes mordisquean mis nalgas y suelta una carcajada llenándolas de besos-Como no pares te vas a dormir a tu habitación.
-En tus sueños, nena-se burla sacando la cabeza de la sábana. Ahí está, con su pelo rubio despeinado, su mandíbula marcada, y sus ojos verdes brillando más que nunca de excitación. Es tan guapo... - Deja al menos que haga esto por favor-suplica haciendo un pucherito y sonrio asintiendo con la cabeza. Sus manos se meten por debajo de mi camiseta y se detienen en mis pechos masajeándolos,mis pezones se ponen en punta erizándose nada más sentir su tacto caliente. Es como una estufa.

-He cambiado de opinión-digo cansada de hacerme la dura. Junto mis labios con los suyos y intento besarlo todo lo mejor que puedo, su lengua se encarga de jugar con la mía unos minutos hasta que la excitación está por las nubes y el rubio se coloca encima mía con cuidado de tocar mi brazo lo menos posible.
-Que mojadita está mi chica, no?-pregunta ansieso metiendo dos dedos dentro de mi. Gimo con fuerza como respuesta inclinando el cuello hacia atrás-Tenemos que darnos prisa cariño. Tu padre está apunto de llegar y no quiero que me pille metiéndosela a su hija.
-Eres un bestia-me río de manera de hablar abriéndome de piernas. De algo me ha servido el ejercicio todos estos años, la elasticidad es de las pocas cosas que tengo perfectamente.
-Un bestia que te pone muy cachonda. Ven aquí-gruñe desnudándose con agilidad. Sonríe sorprendido de mi postura rompiéndome el tanga al querer bajarlo.

No digo nada al respecto. Mi padre tiene el suficiente dinero para comprarme 50 tangas iguales a ese.
Muerdo mi labio con impaciencia creyendo que la cama va a inundarse en cualquier momento de lo húmeda que estoy. Por suerte, este parece pillar la directa y introduce su pene sin calentamientos dentro de mi. Grito de placer arañando su espalda con todo el deseo que desprende mi cuerpo.
-Estaría todo el día haciéndote esto-sonríe con satisfacción poniendo los ojos medio en blanco cada vez que la mete y la saca. No sé cuántos minutos pasan hasta que estoy sudando y reventada pero no estoy preparada para detenerlo-Vamos correte conmigo, nena.
-No pares-suplico explorando su boca con agresividad. Mis piernas tiemblan  con el climax y me dejo llevar liberándome totalmente al mismo tiempo que él. Un líquido me inunda completamente al acabar y respiro entrecortadamente con unas agujetas impresionantes-No hagas eso, que vergüenza-digo cuando esté coge una pequeña toalla que siempre tengo en el baño y me ignora limpiándome.
-Asi mejor?-bromea tirando la toalla al suelo para sustituirla por su lengua. Asiento con la cabeza atrapando su cabeza entre mis piernas-Mi pequeña viciosa.
-Imbécil-me río enfadada al pensar que no va a hacer lo que quiero. Ethan decide ser bueno conmigo y continúa con lo que estaba haciendo dispuesto a regalarme un segundo orgasmo. Obviamente acaba consiguiéndolo y relame sus labios acostándose a mi lado en la cama.

Mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora