Eran personas totalmente diferentes.
Él...
Ethan:Era un chico de diecinueve años con un duro pasado,agresivo,inmaduro,sobreprotector,egoista,...se podia decir que era una mezcla de todo lo malo.
Ella...
Tessa:Era una niña de dieciseis años,dulce,ami...
La entrevistadora vuelve a nombrar el tipo de preguntas que va a hacernos mientras dos estilistas arreglan mi vestuario a la perfección.
Es un vestido ceñido al cuerpo de color negro, mis curvas se marcan más que nunca bajo la tela. Lleva un provocativo escote tipo v, mis pechos sobresalen por este, el diseño es muy bonito pero me incómoda un poco. Es tan ajustado que no puedo respirar.
La falda lleva una abertura en la parte delantera que muestra mi pierna desnuda al igual que la espalda. No me quiero ni imaginar el dinero que tiene que costar comprarlo. Lan, el hombre que ha fabricado esta maravilla, me observa a distancia desconfiado de que pueda romperlo.
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Mi pelo rubio y ondulado no les ha gustado mucho a los peluqueros, por lo visto, son personas en contra del pelo rizado así que han decidido alisarlo por completo. Mi melena cae en escalonada a la altura de mi trasero.
En el cuello, me han puesto un colgante que me está estrangulando literalmente. Por no hablar, de los zapatos de tacón de ocho centimetros.
- ¡Deja de tocarte la cara! - me regaña la maquilladora entretenida en pintar mis párpados. No estoy acostumbrada a llevar tantos polvos innecesarios, me pica, joder.
- Stephanie, yo creo que Theresa ya está preciosa - dice Lan repasando mi cuerpo de arriba a abajo. Su mirada de perversión me causa un escalofrio.
No me llamo Theresa, capullo.
- No se llama Theresa- habla alguien por mi al otro lado de la puerta. Reconoceria esa voz ronca a kilómetros, mi salvador. - Necesito hablar con ella antes de la entrevista.
- ¡Ni hablar! ¡La vas a poner nerviosa!- se niega la entrevistadora que sigue concentrada en corregir las preguntas. Su mano derecha sujeta un boli que no para de menear.
Ella si que me está poniendo nerviosa.
- Con todos mis respetos señora. La única persona que puede tranquilar a Tessa, soy yo - afirma Ethan entrando a la habitación. Aparta con dos empujones simples a los hombres que se interponen en su camino y se acerca a mi.
Cuando sus ojos verdes se posan sobre mi cuerpo me entra la risa tonta. Un poco más y se rompe la mandibula de abrir la boca. Al menos, sé que le ha gustado.
Las personas de nuestro alrededor pillan la mirada fulminante de mi novio y desaparecen del camerino malhumorados.
Está tan guapo que me quedo sin aliento. Le han puesto un traje blanco sin corbata muy elegante, Ethan odia con toda su alma los accesorios en los trajes asi que supongo que los estilistas se han visto muy amenazados para que se salga con la suya. Los pantalones ajustados van a juego con unas zapatillas de vestir de piel, ese último detalle no me gusta nada pero no quita que esté para comérselo.
- Estás brutal, nena. No sabes el trabajo que me cuesta salir contigo- suspira dramático despeinando su pelo. Ese toque que le da un aire más juvenil y sexy.
