CAPITULO 35 (Te lo prometo)

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Tessa

El agua me inunda los pulmones

Las personas que mi alrededor gritan mi nombre, escucho las voces de mis amigos llorando, mi padre se rie de mi observando como muero poco a poco.

Me ahogo, no puedo respirar, no encuentro aire para hablar, las náuseas suben desde mi estómago hasta la garganta.

Los peces se pasean en el fondo del mar acariciando mis piernas, las algas rodean mis tobillos, no me puedo menear. Estoy atrapada.

Las rocas desgarran mi cuerpo, tengo heridas abiertas y rasguños por todas las partes.

- Despierta- escucha una voz masculina en la superficie. Levanto la cabeza y buceo para sacar la cabeza del agua, tengo que salvarme.- ¡Tess, despierta!

El grito despeja mis pensamientos, abro los ojos de par en par con la respiración entrecortada y me incorporo levantando la cabeza de la almohada. Solo era un sueño, una pesadilla.

Cuando desvio la mirada me encuentro esos ojos verdes escaneando mi rostro con extrema preocupación. Dios, que vergüenza.

Mi cuerpo está sudado, la ancha camiseta se pega a mi cuerpo, el bikini ha sido sustituido por unas minúsculas bragas blancas. El paisaje de la playa se ha convertido en una habitación desconocida con las paredes naranjas.

Ethan levanta la mano y me aparta el pelo del rostro. Está asustado de verme así.

- Lo siento- susurro secando el sudor de mi frente. ¿Dónde estoy?

- Ven aquí, nena- suspira esperando a que me acerque de brazos abiertos. Me tumbo encima de su cuerpo sin rechistar y descanso la cabeza en su pecho desnudo. - ¿Estás bien?

- No- me sincero sin entender que ha pasado las últimas veinticuatro horas. Sus dedos acarician mi pelo y cierro los ojos dejándome llevar por las agradables cosquillas.

-Estamos en un hotel. Después de lo que ha pasado no te iba a llevar a casa- explica frotándose la cara, las ojeras siguen decorando sus preciosos ojos esmeralda pero ahora son más exageradas. Se nota a kilómetros lo cansado que está. - Tu padre no iba a dejar que te cuidara después de lo que ha visto, no me quedaba otra opción.

Asiento con la cabeza. De todas formas, no quiero volver a esa casa. No quiero volver nunca más.

- Me salvaste...

- Claro que si- dice sin dejar que termine la frase. Su mirada transmite tanta dulzura que tengo que controlar mis impulsos para no lanzarme encima suya.-Casi me matas del susto, si no fuera por mi, estarias muerta.

- Lo sé. Muchas gracias- tartamudeo avergonzada. Hacer surf en esas condiciones no era muy buena idea.

-No me hables así. Pareces una máquina de tabaco.

- Muchas gracias, a...amor- me corrijo incómoda con la situación. Mis pómulos seguramente estarán rojos, este asiente conforme y los acaricia perdido en sus pensamientos.

-No vuelvas a hacer eso si yo no estoy-ordena con firmeza volviendo a ser el mismo Ethan de siempre. Se levanta de la cama perezosamente y señala la camiseta que llevo puesta.-Quitatela, tengo que curarte.

- Ah- es lo único que digo obedeciendo. Me quito la prenda por la cabeza y la dejo en cualquier sitio, sus ojos se desvian unos segundos a mis pechos desnudos antes de bajarlos a los rasguños de las costillas.

Como un experto, lava las heridas con agua y jabón para arrastrar la suciedad. En una gasa estéril echa desinfectante y limpia de dentro hacia fuera, sirve para evitar la entrada de germenes en la zona afectada.

- Normalmente te curaba yo a ti- bromeo ocultando las muecas de dolor, escuece muchísimo.

Cuando acaba de curarme tapa los rasguños para protegerlos y guarda todas las cosas en el botiquín.

No me deja de mirar en ningún momento. Parece molesto por algo.

-No tienes que actuar así. Soy yo, Tess-me recuerda enfadado con mi actitud. Sé que lo estoy tratando de maneras distinta pero se me hace muy raro estar con él de nuevo. ¿Me ha perdonado? - Olvida lo de Nicholas, lo importante ahora eres tú.

Por esta clase de cosas afirmo cada día porque lo quiero tanto.

- Fue un plan

Ya está. Ya lo he soltado, por fin.

-¿Cómo?- susurra perplejo sin entender a que me refiero. No es el mejor momento para explicarle todo pero tengo que hacerlo.

- Nicholas me amenazó. Si no lo besaba, arruinaba a mi padre aunque eso no es lo importante- hago una pausa y apoyo las rodillas sobre el colchón para estar a su misma altura.-Queria herirte con eso, si no lo hacia, dijo que te denunciaría por la paliza que le metiste en la fiesta y acabarías en la cárcel.

Lo sé. Mis resúmenes son penosos.

Ethan parpadea en silencio pero no dice nada. Se frota los ojos con fuerza y inclina la cabeza hacia atrás para soltar un largo suspiro. Los músculos de su cuello se tensan definiendo sus tatuajes.

- Eres una idiota

-¿Gracias?- bufo molesta alejándome de el. Sus dedos me cogen de la muñeca y me obliga a rodear su nuca con los brazos.

- Yo no puedo ir a la cárcel por eso, Tessa. Ni por eso, ni por nada, sabes de sobra que tengo contactos de sobra para limpiar mi currículum. Si no fuera así, ya estaría entre rejas- aclara como si fuera obvio. Me gustaría preguntar que cosas ha hecho en su vida para decir eso pero decido callarme, cuanto menos sepa de su pasado delincuente mejor.- Pensaba que te gustaba Nicholas.

-Luego soy yo la idiota- contrataco poniendo los ojos en blanco.- No me gusta ese chico, lo único que sentí al besarlo fue ganas de vomitar.

- Mejor. No vuelvas a hacerlo.- susurra tumbandome en la cama para colocarse encima mía.

Sus labios besan mi cuello con ansias y bajan hasta mis pechos, juega con mis pezones con delicadeza y le dejo más libertad abriendo las piernas.

Necesito despejarme, y esta es la mejor distracción.

Con una mano me baja las bragas blancas sin dejar de presionar sus labios sobre los míos. Chupa, absorbe y muerde lo que se le antoja hasta que siento su gran ereccion en mi abdomen.

- Te quiero, Tess- repite una y otra vez susurrando en mi oreja lo mucho que le importo mientras me penetra con fuerza y gimo contra su boca.

Su pene entra y sale de mi incontables veces. Enredo mis dedos en su cabello despeinado y tiro de él sin pensar en las personas de las habitaciones de al lado. El dolor que siento en las costillas no es nada comparado al placer que me está regalando.

- Ethan...

- Eso es, Ethan- asiente orgulloso meneando las caderas más rápido para que siga gimiendo su nombre.-Joder, te...te quiero- masculla  entrelazando sus dedos con los mios mientras se corre en mi sistema y hago lo mismo llegando a uno de mis mejores orgasmos.

- Quiero quedarme aquí contigo-jadeo recuperando la respiración, esto si es una buena forma de perder el aire, no ahogándome en la playa.

-Cuando cumplas los dieciocho te voy a llevar muy lejos. Te lo prometo-asegura distraido en besar cada milímetro de mi mejilla. Si pensara en la cantidad de meses que quedan para que eso pase.

No sé cómo pero no voy a volver Vance.



-Hola. ¿Qué tal? Espero que os guste el capitulo.

Os adoro.































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