CAPITULO 42 (Kamari)

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Ethan

No soy fan de viajar.

No soy fan de salir de casa, en general.

Pero ver la felicidad de Tessa al ver Santorini me hace sentir la persona más afortunada del mundo. He hecho las cosas bien por una vez.

- El recorrido ha terminado, damas y caballeros. Hemos visitado Oia, Fira, Akrotiri, Pyrgos y Megalochori. Mañana cogeremos el siguiente vuelo con destino a Italia, prepararemos las cosas con antelación y despegaremos a las ocho de la mañana. No lleguéis tarde, no esperaremos a nadie. - explica la chica en inglés con ese accento reforzado. - La cena de hoy está incluida en el restaurante II Forno Pizza and Pasta Kamari. En mi opinión, es el mejor sitio de Santorini y el trato es muy agradable. El reservado es a las nueve, repito; ¡A las nueve! - grita pegando los labios al micrófono, no la soporto. - Nos vemos luego, pasadlo bien y no os perdáis, por favor. - suspira cansada de hablar todo el tiempo mientras los turistas la ignoran.

Meto las manos en los bolsillos de mi chaqueta y me marcho de allí. La mujer repite lo mismo en diferentes idiomas, primero en español, luego en francés y en alemán. La pareja de ucranianos se miran entre ellos sin entender nada de lo que está diciendo.

- Завтра ми їдемо до Італії о восьмій, а сьогодні вечеряємо у ресторані о дев’ятій. - les traduzco de mala gana.

Tessa abre los ojos como platos al escuchar como hablo ucraniano.

- ¡Нарешті людина, яка нас розуміє! Дуже дякую. [¡Por fin una persona que nos entiende! Muchas gracias.]- sonrie el hombre dándole un beso a su mujer. Ambos son rubios, altos y tienen los ojos azules. Tipico prototipo ruso.

- ¿Qué demonios ha sido eso?- pregunta Tessa después de esperar a que se marchen.

- Mi madre era ucraniana, Tess. - le recuerdo la historia que le conté en el parque sobre mi vida. Ella asiente con la cabeza sin quitar esa sonrisa de sus irresistibles labios. - Te dije que soy una sorpresa.

- Ya lo estoy viendo, me encanta la voz que pones cuando hablas en otro idioma. - se sonroja ilusionada de tener un novio con descendencia extranjera. Sus brazos rodean mi cuello y yo la abrazo apoyando la barbilla en su cabeza.

- Mi voz sigue siendo la misma.

- No, no lo es- niega escondiendo la cara en mi pecho. La aparto de mi cuerpo con suavidad y la obligo a mirarme a los ojos. Es tan preciosa que dudo que sea real.

- ¿Ah, no? ¿Y como es mi accento ucraniano, nena? - la pico leyendo su mente picara. Mi nuevo deber como novio es sacar su lado pervertido, por esa mente inocente sé que pasan muchas perversiones.

- Es más...sensual, y excitante, supongo. - confiesa haciendo todo lo posible para esquivar mi mirada. Rio con ganas y beso la comisura de su boca. - No te rías de mi, Ethan.

- No me rio de ti, rubia. Me divierte que seas tan timida - digo aspirando el aroma de su pelo, vainilla. Ese olor exquisito a vainilla y canela.

La guía del viaje nos mira con rabia, no ha parado de hacerlo desde que hemos bajado del avión. Desde luego, necesita un buen polvo, está amargada.

- Te gusta, eh - bromea Tessa al pillar que la estoy mirando. Aunque no lo dice de broma, está ocultando sus repentinos celos. Y lo admito, la situación me divierte aún más. Me gusta ver como saca sus morritos de niña pequeña y sus pequeñas zarpas.

Anastasia, ( la guía) es una chica de mi edad o un poco más, no supera los veinticinco años. Sus rasgos latinos son atractivos pero no es mi tipo, tiene el pelo suelto y ondulado, ojos marrones y labios gruesos y provocadores. No le veo nada en especial, su cuerpo no está muy proporcionado pero tiene curvas.

Mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora