Tessa
Las olas golpean las rocas con fuerza, la verdad es que no es un buen día de estar en la playa.
Debido al tiempo y a la zona en la que estamos no hay ninguna especie de socorrista ni una persona vigilando el mar. El viento menea mi pelo ondulado tapando mi campo visual y resoplo haciendo la coleta otra vez.
Snake se divierte en la otra punta de la playa junto a mis amigas, están jugando con la arena como niños pequeños. Jenna se ríe a carcajadas, mi hermanastro la ha enterrado en un agujero.
Mi padre está tumbado con Danna en la toalla, desde que han llegado no han parado de darse besos, están en otro mundo. Los últimos días ya es menos raro presenciar esas muestras de cariño pero me sigue siendo muy incómodo. Aunque Vance le pusiera los cuernos a mi madre duele ver que alguien la ha sustituido, no tengo nada en contra de Danna pero no me acabo de acostumbrar a ello.
¿Alguien se ha dado cuenta de que está lloviendo?
¿Dónde diablos se ha metido Ethan?
Desde que se marchó a caminar enfadado no hay señales de vida, no está cumpliendo muy bien su trabajo de guardaespaldas pero Vance ni si quiera se ha percatado de su ausencia. Bueno, ni de mi presencia.
- ¡Estate quieto!- se rie Suyin dejando que Snake le haga cosquillas en el vientre. La imagen de Oliver aparece en mi cabeza, ¿Ya no son novios?
Pongo los ojos en blanco, los celos de mi amiga son muy injustos, de hecho, ella ha tonteado hace un rato con tres chicos que jugaban a voleibol. Es irónico que luego me lanze cuchillos con la mirada por mantener una conversación con Oliver.
No entiendo nada
- ¡Ven con nosotros, Tess!- me llama Jenna, al menos alguien se acuerda de mi. Niego con la cabeza, prefiero estar sola hasta que venga Ethan. Necesito hablar con él urgentemente.
Mis amigos fruncen el ceño y insiten un poco más hasta que se dan por vencidos y continúan jugando.
Sin saber que hacer, fijo mis ojos en una tabla de surf que descansa en la orilla, la cojo y me meto en el agua congelada dispuesta a practicar un poco. No es la mejor idea pero tengo que matar el aburrimiento de alguna forma y hoy es un día perfecto para encontrar olas.
Miro a mi alrededor comprobando que soy la única que se está bañando. Coloco la tabla correctamente, me subo de pie y flexiono ligeramente las rodillas. Soy una principiante por lo que no voy a dar el siguiente paso de despegar dando un salto.
Cuando llega el momento de la primera ola sonrio conforme, era muy pequeña pero al menos no me he caído y he tenido equilibrio. Las dos siguientes son exactamente iguales.
- ¡Chicos!- grito con una carcajada esperando a que miren mi evolución pero me ignoran completamente.
No sé cuantos minutos pasan pero mi cuerpo ya se ha acostumbrado a la temperatura fría del mar, y no tengo ganas de salir aún.
Mis ojos se abren de par en par al ver la enorme ola que viene directa a engullirme pero no me bajo de la tabla, suspiro profundamente inclinando la espalda más de lo necesario y salgo volando. El agua me hace daño en el estómago y intento tocar el suelo con los pies, no llego.
- ¡Ayudarme!- grito asustada agitando los brazos para llamar la atención. La corriente me ayuda un poco a acercarme a la superficie pero no puedo, estiro el cuello y cojo aire antes de ser arrastrada hacia abajo.
Mi corazón late con fuerza, las pulsaciones se aceleran por segundos, no puedo pensar con claridad. La falta de oxígeno me hace ver oscuridad por todos los lados. Un ruido sale de mi garganta pero no consigo gritar. Es una sensación asfixiante.
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Mi guardaespaldas.
Teen FictionEran personas totalmente diferentes. Él... Ethan:Era un chico de diecinueve años con un duro pasado,agresivo,inmaduro,sobreprotector,egoista,...se podia decir que era una mezcla de todo lo malo. Ella... Tessa:Era una niña de dieciseis años,dulce,ami...