CAPITULO 36 (Desayuno)

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Ethan

Cuando mi móvil vuelve a vibrar sobre la mesa, lo agarro y lo estampo contra la pared de la habitación, estoy hasta los cojones de escucharlo.

El IPhone que me regaló Vance se parte por la mitad convirtiendo la enorme pantalla en añicos de cristal.

Para ser el móvil más caro y nuevo es una auténtica mierda, he tenido otros aparatos más viejos en el orfanato que eran mil veces mejor que ese. Aún recuerdo el último que rompi en un ataque de ira, por muchos golpes que le diera era un maldito ladrillo.

Vance ha llamado más de 12 veces desde que me he levantado. El muy capullo me ha mandado un mensaje de amenaza.

O le devuelvo a Tess en menos de dos días o pondrá una denuncia a la policía. Lo sé, es absurdo.

¿Va a decir que la ha secuestrado su guardaespaldas?

Sólo de plantear la pregunta me entran ganas de reirme. Aunque Tessa sea menor de edad ya es lo suficiente mayor para saber lo que hace, tiene diecisiete años, joder. No puede hacer nada para quitármela, ya no es una niña sin conocimiento.

- Buenos días- saluda la rubia a mi lado. El sol entra por la ventana abierta alumbrando sus ojos esmeralda, su rostro limpio de maquillaje luce impecable, tiene los labios inchados y el pelo esparcido en la almohada. Verla así todas las mañanas seria el mejor sueño de mi puta vida.

- Buenos días dormilona- sonrio apartando las preocupaciones a un lado. Inclino la cabeza un poco y beso los pequeños lunares de sus mejillas.

- Estás muy guapo- susurra contra mis labios. Sus pómulos se tiñen de rosa al darse cuenta de que lo ha dicho en voz alta.

- Tú si que estás guapa- respondo casi inmediato. Lo último que quiero es que se avergüence de decir cada cosa que piensa, siempre ha sido muy timida con ese tipo de cursiladas. Cursiladas que le encanta que le diga yo pero no me importa, no si luego la veo sonreir gracias a eso.

- Eres un mentiroso- replica sin creerse el piropo, ¿Por qué siempre tiene que ser tan insegura? Es una de las chicas más guapas que he visto en mi vida por no decir la mejor y no lo digo por estar enamorado de ella. Lo pienso desde que la conocí.

Su pelo rubio está más claro, su piel pálida se ha bronceado un poco por el sol, con un color anaranjado que realza los rasgos de su rostro. Su cara añinada impide tener ningún tipo de pensamiento pervertido aunque su cuerpo diga todo lo contrario.

- No te estoy mintiendo. Eres preciosa, Tess- digo despertando de mi ensoñación. Sus manos se aferran con fuerza a las sábanas blancas de la cama, ¿No quiere que le vea?

- Estoy llena de heridas, Ethan- me lee el pensamiento emitiendo una mueca de dolor. Ignoro sus súplicas y recorro su cuerpo desnudo con la mirada.

Con cuidado, me encargo de girar su cintura de lado y vuelvo a curar como es debido cada rasguño que se ha hecho con las malditas rocas de la playa. Es insufrible ver como frunce el ceño adolorida cada vez que cambio las gasas ensangrentadas por otras limpias.

Al terminar, acaricio su espalda con las manos, es tan suave...tengo tanta suerte, joder. Y tanto miedo de perderla que me duele sólo de pensarlo.

- Tengo miedo- confiesa de repente.

- Tessa...

-¿Y si mi padre se sale con la suya? No quiero alejarme de ti, quiero estar contigo- declara asustada incorporándose en el colchón con mi ayuda.

Las palabras salen de sus labios con tanta dulzura que pierdo la poca cordura que me queda y la estrecho entre mis brazos. Ella apoya la mejilla en mi pecho y cierra los ojos.

Mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora