Tessa
El frio vuelve a despertarme
Las paredes naranjas me rodean al incorporarme, me froto los ojos con un bostezo y aprovecho que Ethan se ha marchado para vestirme.
Tengo un hambre impresionante.
Me decido por una sudadera rosa, unos leggins grises, y espero a que mi novio vuelva con nuestro desayuno sentada en la cama.
Tengo que admitir que el hotel es maravilloso, la habitación en la que estamos es muy acogedora.
Las paredes están decoradas con flores blancas, en la esquina hay un enorme escritorio de madera, la pared frontal es totalmente de cristal, el océano al completo se ve desde aquí, apesar de estar en la segunda planta da la sensación de estar en un acantilado.
Mis ojos siguen recorriendo la habitación. La cama está llena de almohadones coloridos de tono pastel.
Por no hablar del tocador para poder maquillarme- aunque no lo haga- y las largas estanterías con libros.¿Cuánto dinero se habrá gastado Ethan?
El suelo está formado por una moqueta y una bonita alfombra tan gruesa y suave que se podría dormir en ella. El baño no es visible, está encondido en un pasillo, tiene dos duchas hidromasaje y cuatro lavabos individuales. El sitio y el vestidor no es tan grande como el de mi casa pero es más que suficiente. Es perfecto.
La puerta se cierra de golpe y despejo mis pensamientos, por fin ha llegado.
Me acerco dando zancas y observo impaciente esperando a que mi chico entre con la comida.
- ¿Qué haces?-pregunto al ver que no aparece. La persona que se esconde detrás de la puerta carraspea un poco pero no responde, no es él.
Antes de que pueda verme corro hacia la habitación asustada busco un lugar seguro y hago lo primero que se me ocurre. Meterme debajo de la cama.
Varios suspiros salen de mis labios, me tapo la boca con fuerza para no ser delatada y cierro los ojos escuchando los pasos que se acercan cada vez más y más. Soy consciente de que mi escondite es la idea más absurda que he tenido pero estoy muy bloqueada para pensar en sitios mejores.
- Sal de ahí- ordena la voz masculina. Es grave y muy profunda, no es un chico de mi edad, parece un señor mayor.
No le hago caso, me quedo quieta sin saber que hacer o cómo actuar.
Mi corazón comienza a latir aceleradamente, mis manos tiemblan sobre la moqueta.Con miedo, abro un poco los ojos. Desde esta altura sólo puedo distinguir unas zapatillas negras de piel y sus pantalones vaqueros. El tipo se agacha como si supiera que lo estoy mirando y juro que nunca he sentido tanto pánico.
Cuando lo tengo delante, me fijo en su pelo oscuro casi rapado al cero y en los pequeños tatuajes que tiene en la mandíbula. Si, en la mandibula.
Tras unos segundos, pierde la paciencia del todo y alarga los brazos en mi dirección, mis dientes muerden su muñeca izquierda y me insulta con un gruñido.
- ¡He dicho que salgas, maldita niñata!
Su cuerpo se acerca a el mio y agarra mi pelo para arrastrarme hasta que me saca de la cama. El hombre me sujeta con facilidad mientras intento huir de la habitación y abofetea mi mejilla. Un gesto tan rápido y doloroso que no lo he visto venir.
- ¡Socorro! - grito sacudiéndome como una fiera. Sus sucias manos me tapan los labios para que deje de hacer ruido. ¿Va a secuestrarme?
Las lágrimas se deslizan por mi mejilla afectada mientras busco la voz para seguir gritando. El señor suelta una carcajada y aprieta mi cuello con fuerza, no puedo respirar.
Mi cerebro procesa la información poco a poco, un pitido resuena en mis oídos, me duele la cabeza. Casi noto como la sangre me sube a la cabeza. Es una sensación agotadora y asfixiante, la misma que senti en la playa.
Dios mio, este tio es capaz de hacerme cualquier cosa.
- ¿Dónde está tu chico ahora, eh?- pregunta con una sonrisa espantosa en sus labios magullados.
Me gira para que lo mire a los ojos amenazante y vuelve a cruzarme la cara. Respiro profundamente para poder controlar el dolor...no me esperaba que esto iba a pasar en absoluto.
¿Quién es este hombre que me está pegando? ¿Es uno de los narcotraficantes que va en contra de mi padre? ¿Por esta gente me pusieron un guardaespaldas?
El tercer impacto no tardó en llegar un rato después. A diferencia de los otros este es un puñetazo, mi labio inferior se parte y siento la sangre en mi barbilla.
- ¡Contéstame zorra!
Me gustaría hacerlo
A causa de el accidente en la playa, mi cuerpo ya estaba debilitado de por si. Ahora el aire no entra en mis pulmones.
Como si alguien leyera mis pensamientos, el rubio entra por la puerta con una pistola en las manos y apunta directamente a mi agresor en la cabeza.
- Suelta a mi novia ahora mismo, hijo de puta.
El rostro del desconocido palidece pr momentos al escuchar la voz de mi guardaespaldas. Por lo visto, ese fallo no entraba en sus planes. Aún asi no pierde la valentia y sonrie vacilón.
- ¿Y si no...que?- susurra utilizando mi cuerpo de escudo para protegerse.
Ethan emite un largo suspiro pero no se echa atrás, sus ojos verdes brillan de furia, su mano derecha sujeta el arma con decisión, su dedo índice tiembla sobre el gatillo.
Su cara se ha desencajado al ver mi aspecto maltratado, la culpabilidad se refleja en sus pupilas al no haber llegado antes.
- Voy a llevármela- avisa el hombre ante el incómodo silencio. Ethan niega con la cabeza. - Voy a llevármela y me la follaré por todas partes antes de...
No termina la frase. El arma hace un clic agudo que casi me deja sorda. El estallido me hace cerrar los ojos, esperando a que esta pesadilla acabe de una vez.
Un ruido seco me hace mirar a la derecha y lo veo todo rojo. La sangre mancha el suelo junto al inerte cuerpo del capulllo. Lo primero que hago es correr hacia unos fuertes brazos que me estrechan con fuerza.
- Tess...- pronuncia mi nombre rodeando mis mejillas para inspeccionar mi rostro. Se toma unos segundos antes de presionar sus labios sobre los mios.
-Ethan...- repito perdiendo la mirada en la suya llena de preocupación.
- Te quiero muchisimo, nena- susurra levantando mis pies del suelo para sentar mi trasero en el colchón. Miles de emociones revolotean al oír la frase. -Lo siento, mi niña
-No tienes la culpa- tartamudeo perpleja con el nuevo mote que no suele nombrar, el dolor que siento no es nada comparador a eso.
- Ese cabrón te ha pegado, joder- maldice con voz ronca besando cada centímetro de mi cara demacrado. Sus palabras consiguen tranquilizarme mientras que sus brazos me ofrecen la seguridad que necesito. - Soy un idiota.
- Has llegado a tiempo. Cómo siempre, no eres idiota- sonrio débilmente apoyando la frente en su pecho. Sus manos acarician mi espalda por debajo de la sudadera.- Te quiero
- Vámonos de aqui- zanja el tema enfadado consigo mismo. Ignoro su orden y beso sus labios con suavidad.- Me encanta esto rubia pero tenemos que irnos ya, haz la maleta.
¿Y el desayuno?
-Pero...
- Te invito a un helado
Mierda. Eso me puede.
-Trato hecho.
-Hola.¿Qué tal? Espero que os guste el capitulo.
Os adoro.
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Mi guardaespaldas.
Teen FictionEran personas totalmente diferentes. Él... Ethan:Era un chico de diecinueve años con un duro pasado,agresivo,inmaduro,sobreprotector,egoista,...se podia decir que era una mezcla de todo lo malo. Ella... Tessa:Era una niña de dieciseis años,dulce,ami...