CAPITULO 5 (Vuelta a casa)

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Ethan

Odio las casas grandes de gente con dinero, eso está claro. Pero hay algo que odio más que los terrenos o los objetos de gran valor, las personas pijas que los compran.

-Es Tessa Abernathy!!!-exclama con sorpresa una chica rubia sacando una cámara de fotos que no tarda en volver a guardar al saber que si no lo hace se la voy a estampar contra el suelo-Lo siento
-Aparta-la ignoro pegándole un pequeño empujón al pasar por su lado  ya que tengo que hacerlo para salir de esta asquerosa fiesta, no soporto más estar en este sitio.
¿Quien me mandaría a trabajar como guardaespaldas? No es ni mi segundo día y ya me estoy empezando a agobiar de cuidar a la niña, una niña que no para de respirar contra mi cuello mientras duerme y me da un raro escalofrío por todo el cuerpo.

No creo que sea buena idea subirla a mi moto, se me va a caer en medio de la carretera.

-Tessy!!Que le pasa? - me pregunta con preocupación un chico que parece que conoce a la rubia que tengo en brazos y se acerca corriendo con la intención de tocarle la mejilla, me aparto antes de que lo pueda conseguir. No voy a dejar que nadie la toque- Porque no tiene la parte de abajo?No le habrás hecho nada verdad?-me acusa al darse cuenta del cuerpo de Tessa, solamente cubierto por la chaqueta que le ha dejado su amiga y las bragas.

Este gilipollas me suena de algo...Un momento...

-Tu eres el que la ha traído a la fiesta-afirmo al recordar al castaño que vi a través de la ventana, el que sonreía a Tess antes de arrancar el coche, hijo de puta-Mañana quiero hablar contigo.
Esta claro que no voy a quedar con el para hablar pero no puedo decir que le voy a partir la boca directamente, no?

-Deja que la lleve a casa-súplica sin apartar los ojos de la cría, cosa que me está empezando a molestar bastante pero no entiendo porque-Es mi mejor amiga, su padre me conoce desde que era pequeño si no te lo crees puedes llamarlo y...
-La voy a llevar yo-zanjo la discusión dispuesto a irme pero no puedo, me falta algo-Dame las llaves de tu coche
-Perdón? - sonríe como si no hubiera entendido bien la pregunta negando con la cabeza-No pienso dejarle mi coche a un desconocido.

-No te estoy pidiendo permiso, te estoy diciendo que me des las llaves de tu puto coche o sino mañana voy a ir a buscarlo y te lo voy a reventar, quien sabe alomejor puede que te manipule algo y mientras estés conduciendo te fallen los frenos...
-Esta bien-interrumpe mi amenaza miedoso obedeciendo mis órdenes-Déjalo en el garaje de Tessa y no le hagas nada por favor, iré a por él mañana.
-Gracias ricitos-me burlo cogiéndole las llaves que me lanza en el aire con una mano ya que con la otra estoy sujetando a la cría por las piernas-Eso si... cuando vayas a recoger el coche al garaje, ni se te ocurra entrar a la casa quiero que te lo lleves directamente no es necesario que le cuentes nada de esto a Tessa ,o te reventaré a ti-aclaro mientras me marcho escuchando como maldice en voz baja al ver como abro la puerta del copiloto y dejo a la pija sentada en el asiento con cuidado de no despertarla.

-Que tengas buena noche, ricitos!! - me despido disfrutando del pequeño brillo de rabia de sus ojos marrones,que se joda.
-Me llamo Joe!!!-es lo último que oigo al arrancar el coche y ver poco a poco por el espejo retrovisor como la figura del castaño va desapareciendo hasta que dejo de verlo y frunzo el ceño desconfiado, no quiero volver a verlo.

Y voy a encargarme yo mismo de que Tess también deje de verlo.

40 minutos después.

Apago los altavoces, cansado de seguir escuchando la horrosa música que tenía el querido Joe en su playlist.Hasta eso es insoportable.

-Pija-suspiro al aparcar en el enorme garaje girándome en su dirección pero sigue profundamente dormida.

Ahí es cuando pierdo el sentido de la razón y pongo toda mi atención en ella, en su pequeño rostro lleno de diminutas pecas, en sus labios pintados de rojo entreabiertos,en su pelo ondulado resultándome molesto al tapar media cara de la rubia y alzo la mano colocándoselo con delicadeza detrás de la oreja.

Mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora