Capítulo 5

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Entramos a un bar y Nia sin dejarme buscar sitio me sienta de cara a la puerta.

-          Jolín chica... ¿qué más da el sitio en el que nos sentemos? Casi me pegas porqué me siente en esta silla.

-          Eh... ya, es que ahora creo en el feng shui, el karma y todo eso...

-          Ah...

Está rara no, lo siguiente... vale que hace tiempo que no nos vemos, pero ¿tanto ha cambiado que hasta se ha vuelto medio budista? En fin, habrá que dejarla...

...

Perfecto, lo que me faltaba encima.

-          Oye Nia... y ¿cómo que te ha dado por hacerte budista?

-          Ya ves...

-          Esa gente con la que te juntas ahora te están volviendo muy rara ¿eh?

-          Que no, que no.

No me gusta mentir a Eva pero no puedo decirle que tiene a Hugo sentado a unos metros de ella.

...

-          ¿Qué os pasa chicos? Vaya novios más raros que os habéis echado vosotras dos ¿eh?

Los cuatro me sonríen pero no dicen nada. Miran hacia detrás de mí; voy a girarme a ver quién hay porqué sea lo que sea los ha dejado locos.

-          ¡Hugo!

Una voz les saca a los cuatro de su mundo y me despista a mí de lo que quería hacer.

-          Vaya Anaju... ¿qué haces aquí?

-          Ya ves, trabajo aquí. ¿Y tú? ¿Ya has vuelto?

-          Sí, sí, para quedarme ya.

-          Me alegro. Bueno, ¿qué queréis tomar?

Anaju, la empollona de la clase que no por eso la fea, estaba trabajando como camarera. Pues sí que le habían ido mal las cosas, sí. Aunque bueno, todo hay que decirlo, ahora está mucho más guapa que cuando era pequeña.

-          Ponnos unas birras y unos chupitos de lo que sea.

-          Perfecto. Pues, a ver si quedamos un día y nos contamos la vida.

-          Cuando quieras.

...

-          ¿Sabes? Hoy me ha seguido en Insta un tal Adrián.

-          ¿Ah sí? ¿Quién es? ¿Es guapo? ¿De qué lo conoces?

-          No sé quien es... dice que iba conmigo a clase, pero no me suena de haberlo visto nunca.

-          ¿Es guapo?

Me lo repite por segunda vez. La verdad que el chico feo no es, lo que pasa que no estoy yo para tonterías ahora. Tengo que centrarme en encontrar curro y nada más.

-          Es mono.

-          Tíratelo.

-          ¿Qué?

Dice esto mientras mira hacia detrás de mí.

-          Sí, eso, que te lo tires.

-          ¿Pero tú estás bien? ¿Desde cuándo soy así?

-          Pues podrías empezar a serlo ya.

Sigue mirando algo detrás de mí.

-          Tía, te estoy hablando, ¿qué pasa ahí?

Finales inesperados para cuentos inexistentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora