Capítulo 7

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- Eva cariño, ¿puedes ir a recoger a tus hermanos?

- Jolín mamá, ¿otra vez? ya son mayorcitos para venir solos ¿eh?

- Venga Eva... sabes que no me gusta.

- Vale, vale... pero me debes una.

- Las que quieras.

Mi madre me da un beso en la mejilla y se va. Uf... tengo unas ganas de ir a buscarles que no veas... Cojo las llaves de encima de la mesa y me voy.

...

Ando solo por la calle, he quedado con Anaju para, bueno ya se sabe, para pasar un buen rato. La verdad que no tener ningún tipo de compromiso ni atadura es genial, nos vemos cuando nos apetece y cuando no pues cada uno a lo suyo, así sin más.

...

Ya que he salido, los voy a invitar a merendar, me apetece pasar un rato con ellos sin que uno esté enganchado a la Play y la otra al ordenador.

- ¿Eva?

- ¿Qué pasa, tan fea soy?

- No, no... solo que no te esperaba. ¿Puedo pedirte un favor?

- A ver...

- ¿Puedo ir a casa de Mario?

- ¿Tu novio?

- Sí. Cúbreme con mamá porfa...

- Qué os pasa a todos hoy pidiéndome favores... uf... está bien, pero no llegues tarde... le diré que te has ido a estudiar a casa de Nerea.

- Gracias, gracias, gracias.

Me da un beso en la mejilla y se va corriendo hacia Mario que nos miraba desde la esquina de la calle. Pues nada, a ver si Álex quiere merendar conmigo.

...

Llego al bar y Anaju me dice que me siente, que aún le falta media hora para salir. Saco el móvil y le mando un whatsapp a Javy para quedar más tarde con ellos. Anaju me trae una birra y vuelve a su trabajo. Media horita de nada, a esperar.

...

- Te invito a merendar, ¿quieres?

- ¡Guay!

Álex me ha cargado con la mochila de deporte porqué dice que le pesaba mucho; no tiene morro a penas el crío. Entramos en un bar y nos sentamos.

- ¿Qué vais a tomar?

Anaju, la chica mas empollona del colegio nos tomaba nota.

- Pide lo que quieras que hoy invito yo.

- Un donut y una caña de chocolate, y para beber un batido de chocolate.

Le encanta el chocolate, por si no se ha notado.

- Yo solo tomaré un zumo de piña.

- Vale, ahora os lo traigo.

...

Acabo de hablar con Javy y de quedar para luego con él. Levanto la mirada del móvil y justo en la mesa de enfrente un niño con los morros manchados de chocolate me mira. Le guiño el ojo y el niño vuelve a su comida mientras yo sigo observándolo. O más bien, observando a la chica con la que está. Es la amiga de la chica con la que me choqué, estoy casi seguro.

Finales inesperados para cuentos inexistentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora