Capítulo 12

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-          ¿Estás bien?

-          Sí... creo que sí...

Le ayudo a ponerse de pié, y lo entro hasta el sofá. Tiene un morado muy grande en el pómulo y le sangra un poco la nariz.

-          ¿Quién era ese?

Voy al armario del baño a coger algo para curarle.

-          Un... da igual.

Me acerco a él con un algodón con agua oxigenada para limpiarle la sangre que le gotea de la nariz.

-          No, no da igual. Acabo de recibir un puñetazo en toda la cara por ayudarte; me merezco una explicación.

Se aparta antes de que le toque con el algodón.

...

Ni siquiera es una explicación lo que quiero, quiero que me diga, "no es ni mi novio, ni mi ex, es un loco que me acosa, o es mi primo del pueblo que está enamorado de mí", lo que sea.

-          ¿Te he pedido yo que me ayudaras? Además ¿Quién eres tú para pedirme explicaciones a mí?

-          Nadie, no soy nadie, supongo...

Le quito el algodón de la mano y me limpio. Escuece.

-          Puedo yo solo.

Me levanto del sofá y me acerco a la puerta.

-          Ha sido un error.

...

Lo veo salir pero algo dentro de mí me dice que tengo que escuchar lo que quería decirme. Para algo ha venido y tengo que saberlo. Sin pensarlo demasiado estoy corriendo escaleras abajo con el pijama puesto y descalza.

-          ¡Hugo!

Menos mal que aún no se había perdido por las calles. Se gira hacia mí. ¿Qué le digo ahora?

-          ¿Qué?

-          Ven. Por favor.

Veo como se vuelve a girar para seguir su camino. Por borde Eva, esto te pasa por borde. Empieza a andar y yo también, me vuelvo para casa. Subo las escaleras una a una, sin ánimo ni ganas de nada, me voy a meter en la cama hasta dentro de tres meses y espero que para entonces, todo sea mejor.

...

Camino sin rumbo, no tengo ganas de irme para casa así que me siento en un banco. Por delante pasan parejas jóvenes y grupos de amigos y amigas que se van de fiesta, todos reflejan alegría y serenidad todo lo contrario de lo que reflejo yo. Noto unas manos que me tapan los ojos.

-          ¿Eva?

Pongo mis manos encima de las suyas esperando que sea ella; es la única persona que ahora mismo me apetece ver.

-          ¿Eva? ¿Quién es Eva?

Me destapa los ojos y me giro hacia ella. No es Eva, es Anaju. Se sienta encima de mí.

-          Una amiga.

-          Ah... ya... de la que estás pillado, ¿no?

No tengo ganas de hablar le doy un beso en la boca para callarla, ella me lo responde y me mete las manos por la camiseta.

-          ¿Vamos a mi casa?

La vuelvo a besar. Nos levantamos del banco y vamos a su casa metiéndonos mano entre portales y callejas escondidas y finalmente damos rienda suelta a lo que nos une, sexo, puro sexo.

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¿Quién la ha cagado más: Eva o Hugo?

Si le dais amor esta tarde/noche subo otro que este ha sido cortito♥️

Finales inesperados para cuentos inexistentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora