Reloj

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Ichimatsu miraba el reloj, con notorias bolsas bajo sus ojos y sintiendo su consciencia irse por segundos. Observaba las manecillas girar una y otra vez impaciente, cada vez sintiéndolo más lento.
Con su paciencia al límite, se levantó de la silla y se arrastró a su habitación, dejándose caer en el suave futón que su hermano había preparado para él horas antes. Soltó un suspiro de placer cuando pudo acomodarse abajo del cobertor, finalmente cerrando sus ojos para hundirse en su sueño.
Cuando recuperó la consciencia, escuchó la puerta principal ser abierta y cerrada con cuidado, en un intento de no hacer ruido.
Se levantó tan pronto escucho los pasos sigilosos de, al parecer, Todomatsu. Con rapidez se levantó y abrió la puerta de su habitación, dejando paralizado al hombre con su hermano en su espalda.
Ichimatsu lo miró un momento, y cuando pudo observar sus labios abrirse la cerro con fuerza, moviéndose rápidamente hacia donde estaba su celular, listo para llamar al 911.

—¡¿Ichimatsu-niisan?!—se escuchó el grito de un Jyushimatsu confundido al otro lado de la puerta.

Ichimatsu se asustó. ¿Ir por su hermano o llamar a la policía? No pensó en eso y simplemente se abalanzó contra la puerta, abriendo esta para encontrarse con ese hombre agitado y con un borracho Todomatsu encima.

—¿Q-Quién...?

—Hola...—saludó con obvia incomodidad—. Ichimatsu ¿verdad?

Él guardó silencio, observando cómo por detrás Jyushimatsu se acercaba al extraño con un bate en mano.

—Todomatsu me habló de ti y Jyushimatsu.

Ichimatsu comenzaba a dudar, ¿quién era ese extraño?

—¿Cómo...?

—Escucha, resulta que-

—¡LADRÓN!—gritó Jyushimatsu atacando con el bate.

Él reaccionó sosteniendo el tronco de este, tirando al suelo a Todomatsu para protegerse. Luego, lo empujó haciendo que él chocará contra la pared.

—¡Ah!—gritó Jyushimatsu adolorido.

Ichimatsu corrió hacia el interruptor de luz, presionando el botón que enciende la luz. Dejando al descubierto el rostro del intruso.

—¡¿Eh?!

—¿Eh?

—¿Por qué tanto alboroto?—preguntó un somnoliento Todomatsu.

La mirada de los tres a su alrededor se centró en él, observando cómo bostezaba tratando de levantarse con su mano derecha.

—Todomatsu.—lo llamó Ichimatsu, observándolo incrédulo.

—¿Qué?

—¿Podrías explicarnos quién es este tipo?—exigió pegando su cuerpo a la pared.

—¿Oh?—él se levantó llevando su mirada hacia frente suyo.

—Eso, Todomatsu—habló él levantando sus manos y soltando el bate—, explícales quien soy.

—¡Es el perdido!—exclamó levantando sus brazos—. Algo perdido de nosotros... ¿Qué era?

—¡Su hermano!—acompletó nervioso—. Soy su hermano. Karamatsu.

—¿Kara...?

—Yo también estoy procesando todo esto, estamos en el mismo barco así que, ¿por qué no conservan la calma primero, y hablamos?

[ . . . ]

El silencio inundó la habitación con los cuatro hermanos sentados alrededor de la mesa redonda. Ichimatsu recorría a Karamatsu con una mirada penetrante, evitando la suya cada vez que conectaban.
Karamatsu se sentía incómodo, Jyushimatsu lo miraba también sin cambiar esa sonrisa suya, que comenzaba a intimidar al mayor.

—Entonces...

—Permitanme hablar—comenzó—, Todomatsu y yo nos encontramos en un parque por coincidencia, salimos a tomar y lo traje a casa.

—Es extraño—habló Ichimatsu, mirándolo con cautela—, fue una coincidencia muy conveniente ¿no?

—Es verdad—dijo Karamatsu, levantando sus manos cubiertas por sus guantes—. ¿No me crees?

—Hablanos de ti, Karamatsu.—interrumpió Jyushimatsu al notar la hostilidad de su hermano.

—Ah... Manejo una empresa con mis hermanos. Bueno, nuestros hermanos.—dijo soltando una ligera risa.

—¿Una empresa?—preguntó Todomatsu, recobrando la sobriedad poco a poco y comenzando a prestar atención—¿Qué clase de empresa?

—Me alegra que preguntes. Seguro conocen la marca "Douce".—respondió sonriendo, llevo su mano hacia su cabello, peinándolo hacia atrás.

—¿¡Douce!?—gritó Todomatsu, mirándolo con incredulidad—, ¡¿Trabajas en Douce?!

—Si, es obvio que provengo del mundo de la moda.—dijo con extendiendo su sonrisa orgullosa.

—¿Douce? ¿Cómo el reloj?—preguntó Jyushimatsu.

Ichimatsu, quien hasta ese momento había estado observando soltó un sonido de sorpresa, y se levantó de su asiento, fue a su habitación y tomó el reloj que horas antes Todomatsu había abandonado. Buscó por el fino diseño del dial¹ hasta encontrar la palabra Douce delicadamente tallado.
Ichimatsu regresó con el artículo en mano y volvió a su asiento, dejándolo en el centro de la mesa.

—Oh—Karamatsu tomó el reloj en sus manos, observándolo un momento para luego mostrarlo hacia sus hermanos—, esta es una imitación.

—¡¿Qué?!—gritó Todomatsu indignado—, ese maldito viejo...

—Parece auténtico. —dijo Ichimatsu, moviendo ligeramente la cabeza.

—El diseño del brazalete es diferente, este tiene estas partes más pequeñas—habló sujetando la parte mencionada—, así que fácilmente se puede romper, además, los materiales de fábrica son diferentes.

—Vaya.—reaccionó Ichimatsu, observando el semblante serio de Karamatsu.

—No se pueden comparar con nuestros productos de calidad.—dijo dejando el reloj en la mesa y cruzando sus brazos.

—¡Karamatsu-niisan es genial!—exclamó Jyushimatsu, mirando a Karamatsu con admiración.

—¿Niisan?—susurró sorprendido Karamatsu—. Si, su niisan es genial.—dijo sonriendo y frunciendo su ceño, con un ligero sonrojo en sus mejillas.

—¿Qué hay de los otros?—interrumpió Ichimatsu, algo inseguro de preguntar—, me refiero a Osomatsu y Choromatsu...

—Choromatsu trabaja conmigo.—contestó sonriendo de forma natural, de solo mencionar a su hermano.

—¿Y Osomatsu?

La sonrisa sincera de Karamatsu se congeló y sus ojos se movieron de un hermano a otro forzando la expansión de sus labios, imitando despreocupación.

—Esta de vacaciones—respondió por fin—, deberían llamarlo con respeto, a él no le gusta que lo llamen por su nombre a secas—regañó soltando una ligera risa—. Es el mayor, después de todo.

—¿No le gusta? ¿Lo llamamos 'oniichan' entonces?—preguntó Todomatsu, burlón.

—Que ascó.—respondió Jyushimatsu, llevando su manga de su pijama a sus labios.

—En realidad, le haría muy feliz ¡JaJa!

De repente, el pesado ambiente se esfumó mientras que Jyushimatsu, Todomatsu y Karamatsu hablaban vividamente entre risas y bromas. Para sorpresa de Ichimatsu, su presencia no le resultó una molestia, hace tiempo que no reían juntos y eso le hacía feliz.

[ . . . ]

Cuando la mañana se hizo presente, Karamatsu ya se había ido del lugar y Todomatsu no quería despertar, para evitar enfrentar el dolor que sería ver el sol con la resaca que lo atormentaba.
Ichimatsu solo miraba al frente suyo, aún procesando el hecho de haber encontrado a sus hermanos perdidos, y en su pecho, se instaló una pequeña emoción.

Continuará...

¹El dial es la cara del reloj que muestra la hora.

Hitsuyō - Osomatsu-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora