Coincidencia

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Unas pocas horas antes, cuando Osomatsu estaba recostado en su cama, un suave toque en su puerta le llamó la atención. No dijo nada pero aún así alguien entró en su habitación.

Sett entró en la habitación y desde la puerta hizo una reverencia.

—¿Qué quieres? —preguntó Osomatsu molesto.

—Lo lamento, pero es una emergencia —Sett dijo sin levantar la mirada del suelo—. Si me deja explicar...

Osomatsu se levantó y lo miró enojado. Ya había tenido una noche de mierda, y ahora venía Sett a empeorar su ánimo. Estuvo a punto de lanzarse a golpearlo, pero recordó los buenos comentarios que recibía de sus hermanos sobre él y solo soltó un suspiro.

—Habla.

—En la oficina del jefe del Seikei encontré libros de cuentas del Fukunakami —comenzó a explicar y llamó de inmediato la atención de Osomatsu—, y una detective de la policía llegó por ellos.

—¿Se los llevó?

—Sí, no iba sola y no pude detenerla —Osomatsu arqueó una ceja. Comenzaba a dudar de su eficiencia—. Pero descubrí información sobre ella, no creo que lo entregue a la fiscalía.

—¿A qué te refieres?

—Busca venganza. Buscará contactarse con usted en algún momento.

Osomatsu pensó un momento, giró su cabeza y finalmente sonrió, complacido con la respuesta de Sett.

—Entonces hay que hacerle una visita.

[ . . . ]

—Así que hoy es tu cumpleaños —Itsuki asintió con alegría—. Qué coincidencia, hoy también es mi cumpleaños. 

—¿En serio? —el niño lo miró con sorpresa, pero sin dejar de sonreír—. ¡Eso es genial! ¿Oíste, mamá?

Bushida lo miró sin una expresión en concreto. Hace un momento intentó huir, pero reconoció al hombre con el que se había encontrado esa noche esperando afuera de la pastelería. Claro, no sería fácil escapar. ¿La habían seguido? Era lo más seguro, encontrarlo en esa pastelería en específico no era una coincidencia.

—Es una sorpresa —dijo sin mucha emoción, Osomatsu no le prestó atención, sus ojos estaban centrados en el niño.

—¿Verdad? —sus ojos vagaron por la pastelería mientras Itsuki comenzaba a comer su pastel—. ¿Qué tal si jugamos un juego?

—¿Un juego? —sus palabras llamaron la atención del niño, sus ojos se iluminaron al instante.

—¿No eres mayor para estar jugando juegos? —cuestionó con desdén la mujer.

Osomatsu soltó una risa.

—No, es un juego entre cumpleañeros —contestó volviendo sus ojos a Itsuki—. ¿Qué dices, pequeño Itsuki?

—¿Qué clase de juego es? —Itsuki preguntó con curiosidad.

—Uno muy divertido —Osomatsu hizo una señal con su mano, y solo un momento después Sett ya estaba entrando en la pastelería—. Pero tenemos que jugar en otro lugar. Van a venir ¿verdad?

Bushida contuvo su respiración. No le importaba que le hicieran a ella, pero no podía permitir que le hicieran algo a Itsuki.

—¡Sí, yo quiero ir! —contestó emocionado el niño.

—¿Qué dices, Bushida? ¿Vienes a festejar con nosotros?

[ . . . ]

Karamatsu despertó. Ya era bastante tarde, había dormido toda la mañana y la mayor parte de la tarde. Casi llegaba el anochecer.

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⏰ Última actualización: May 06 ⏰

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