Hitsuyō - Osomatsu-san

Enfrentamiento

El rostro de Todomatsu se volvió a llenar de lágrimas, Jyushimatsu lo miró sonriendo. Ya extrañaba esa sonrisa suya.

Pronto Jyushimatsu y Osomatsu volvieron a estar ocupados cuando volvieron a atacarlos.

—¡Choromatsu-niisan! —cuando Jyushimatsu se encargó de los agresores de Choromatsu logró acercarse, se colocó de rodillas a su lado—. Por favor, no mueras.

Su cuerpo estaba lleno de golpes y suciedad, lo escuchó toser y la pesadez de su corazón se alivió un poco cuando lo vió respirar. Pero su alivio duró poco, no sabía qué hacer así que deliberadamente presionó sobre la herida de Choromatsu en un torpe intento de parar la hemorragia. Él gimió en respuesta, eso lo asustó y comenzó a dudar.

El celular de Choromatsu comenzó a sonar en su bolsillo, Todomatsu lo tomó y logró ver el contacto de Michi en la pantalla.

¿Qué había dicho Choromatsu antes?

"Corre por esa calle y encuentra a Michi. Él te llevará a un lugar seguro. ¿Entendiste?"

Corre. Calle. Michi. Lugar seguro.

Michi. Lugar seguro.

¡Michi es seguro!

El corto razonamiento de Todomatsu lo llevó a contestar la llamada con prisa.

—Señor, no llegaré a tiempo. Alguien está persiguiéndome, estoy intentando perderlo entre las calles —Michi habló primero y se sorprendió cuando el que le contestó no era Choromatsu.

—¡Está desangrándose! —gritó Todomatsu con nerviosismo—. Le dispararon y se dejó de mover ¡Se está muriendo!

Todomatsu no podía verlo, pero estaba seguro que su rostro había palidecido.

—¿Hay un agujero de salida?

—¿Qué?

—¡Revisa si hay un agujero de salida! —exclamó Michi. Todomatsu tardó en entender a qué se refería, pero al mirar a su hermano lo entendió. No tenía que revisar, le habían disparado por detrás y no podía ver sangrado por la parte de enfrente.

—No hay —respondió temblando—. Oh Dios, está sangrando mucho. ¿Morirá?

La mancha de sangre se volvía más grande por cada segundo que pasaba.

—Escúchame con atención —Michi habló con tono autoritario—, busca algo que puedas usar como venda. Rápido.

Todomatsu buscó con su mirada, pero no había nada. ¿Morirá? ¿Choromatsu morirá por su incompetencia?

—¡Cálmate, Totty! —Jyuhsimatsu gritó en medio de una pelea después de notar su angustia mientras corría a Choromatsu —. ¡Tú puedes hacerlo!

No lo permitiría.

Todomatsu se quitó su suéter y su camisa. La fría brisa de la noche azotó sin piedad su piel desnuda pero no lo detuvo. Tomó una de las esquinas de su prenda y arrancó un pedazo grande.

—¡Lo tengo! —gritó hacía el celular. Colocó el dispositivo en el suelo y cambió el modo en el altavoz.

—¿Ves el agujero de la bala? —preguntó Michi, Todomatsu podía ver el costado de Choromatsu perfectamente.

—¡Sí!

—Apoya la venda en la herida.

—Listo.

—Ahora mete el dedo en la agujero —esa última orden desconcertó a Todomatsu—. Con el pulgar acomoda la venda lo más profundo que puedas hasta llenar el agujero y luego presiona. Eso debería detener la hemorragia.