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Nessmara


Camino un poco insegura los enormes pasillos del hospital que se han convertido en mi hogar en los últimos 12 meses, quedaban solamente dos semanas donde podría seguir viniendo a ejercer mis prácticas y aún no recibía noticias si podría quedarme el siguiente año o tendría que regresarme a México, lo único que me alegraba era que tenía mes y medio de vacaciones y podría quedarme aquí para seguir disfrutando lo que me quedaba en caso de que tuviera que regresarme a México.

Aún sentía en mi boca el sabor amargo, de que había vomitado antes de venir, por momentos me sentía mareada y sospechaba que la hamburguesa que había cenado la noche anterior me había caído mal aunque intentaba restarle importancia y concentrarme en mis deberes.

Estaba terminando de limpiarle la herida a una señora en su pierna, cuando de repente tuve las repentinas ganas de volver a vomitar que solté el vendaje para salir corriendo al baño y depositar todo en el inodoro, mi cuerpo estaba cansado y mi estómago más, ya no había más que desechar puesto que aún ni siquiera desayunaba. Baje la palanca de la taza y enjuagué mi boca para salir de nuevo con la paciente.

—¿Estás bien?—.La señora amablemente preguntó.

—Si, no se preocupe—.Me limité a responder, concentrada en terminar de limpiarle para salir lo más pronto posible a tratar de comer algo.

—No luce bien jovencita, está usted muy pálida y ojerosa, debería comer algo—.La señora me miraba preocupada a lo que le regalé una rápida sonrisa para terminar lo que estaba haciendo.

—Eso haré en cuanto salga de aquí, usted no se preocupé, estaré bien, lo importante aquí es usted, ¿de acuerdo?—.Terminé de vendar su herida y comencé a recoger el material.

Ella me sonrió levemente para después darme las gracias.

—No olvide qué tiene que venir en 2 semanas para checar el cierre de su herida—.Recordé, antes de que saliera de la habitación y me despedí.

Camine tranquilamente en dirección al comedor, sacando de mi bolsillo para observar si tenía algún mensaje de alguien, en particular, de Calum. Cuando prendí la pantalla, solo observé mensajes provenientes de algunos grupos en los que estaba metida, volví a bloquear mi teléfono, sintiendo un pequeño vacío instalarse en mi pecho.

Elegí solo un plátano de la canasta de frutas y una botella de agua para elegir una mesa que no estuviera ocupada y sentarme tranquilamente a comer.

—¿Por qué esa cara?—.Escuché la voz de Crystal a mi lado, cabeceé para observar cómo tomaba la silla y se sentaba a mí lado. —Te ves mal.

—¡Gracias-s-s!—.Contesté con una felicidad falsa.

—Lo digo en el sentido de que luces como si estuvieses enferma, ¿lo estás?—.Su rostro de preocupación hizo que mi repentina molestia se desvaneciera por completo.

—No lo sé Crystal, ayer comí una hamburguesa y hoy desperté con ganas de vomitar, de hecho ya vomité dos veces y 1 fue mientras curaba la pierna de la señora Petterson—.Me reí por lo último.

—Esta bien Ness, tu sabes que fácilmente puedes levantar tu acta e irte a descansar

—Lo sé Crystal, pero quiero aprovechar el mayor tiempo que pueda estando en este hospital—.Suspiré, preocupada porque aún no recibía noticias de si me iba o me quedaba.

—Tranquila, eres increíblemente capaz lograr muchas cosas, aquí y allá podrás lograr lo que tengas en mente y estoy casi segura de que Calum no dejará que pase mucho tiempo sin verte, incluso yo podría volar 1 vez por mes o cada dos meses, no te estés ahogando por el momento en esto, lo resolveremos a su paso—.Crystal habló mientras acariciaba mi hombro y no pude evitar soltar algunas lágrimas.

Nessmara | Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora