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Hola florecillas!!! Llego tarde, pero para compensaros os traigo capítulo doble!!!!!!!

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Hola florecillas!!! Llego tarde, pero para compensaros os traigo capítulo doble!!!!!!!

Era obvio que si me había comprado esas prendas en las que se apreciaba la desnudez, era porque deseaba verme de ese modo. Entre las bolsas había vestidos, y tejidos que yo jamás había tocado. ¿Qué se suponía que debía ponerme en aquella ocasión? Me pregunté si él me pediría vestirme con aquellas transparencias o esperaría a que fuera yo quien se paseara por la casa con ellas. No me incomodaba la desnudez más allá de si hacía frío o no en el lugar. Recordé entonces como me habían vestido cuando me metieron en aquella caja y deduje que en aquel lugar era normal que una mujer se vistiera de ese modo. Incluso la chica que había conocido portaba ropa similar, era evidente que para estar dentro de casa se debía llevar ese tipo de prendas, así que decidí tras darme una ducha caliente ponérmelas.

Ciertamente el tamaño era minúsculo y apenas tapaba aquellas zonas de mi anatomía. No hacía ni una pizca de frío en aquella casa, nos comprendía como se regulaba la temperatura puesto que no había fuego por ninguna parte, pero en cualquier rincón de aquella casa se estaba confortable. Me miré en el espejo del baño antes de decidir salir de la habitación y comprobé que el dibujo de las transparencias tapaba disimuladamente la zona. Revisé una vez más que me quedaba como a la mujer de la fotografía que colgaba de ellas y tras convencerme, salí al pasillo descalza aprovechando la calidez que irradiaba el suelo.

La silueta de Declan estaba de espalda, parecía ocupado en la cocina y deduje que estaría terminando de preparar la cena. La mesa del salón estaba llena de platos y copas, incluso había unas velas, aquello me recordó a mi hogar, las ancianas solían fabricar velas para las noches en las que era un peligro encender las hogueras.

—¿Puedo ayudar? —pregunté llamando su atención y vi que se giró para alzar la mirada, parecía que iba a contestar, pero en vez de eso se quedó observándome con la boca abierta.

¿Algo estaba mal conmigo?, ¿Por qué me miraba así?

—Tú... —carraspeó—. Esto... ¿Estás cómoda así? —preguntó señalándome.

¿Tal vez no le gustaba como me quedaba?

—Si —respondí—. ¿No le agrada? Puedo cambiarme si lo desea —pregunté no comprendiendo si a él no le gustaba porqué me lo daba para ponérmelo.

Vi que parecía dudar durante un momento mientras recorría con sus ojos mi cuerpo.

—¿Agradarme? —exclamó con un cuchillo en la mano mientras se rascaba la sien con el dedo libre—. Lo cierto es que me agrada demasiado —contestó girándose hacia un montón de cazuelas y sartenes que tenía por medio.

C O H I B I D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora