Por alguna razón no aparté la vista, podría flaquear y haber mirado hacia el frente como si él no me importara lo más mínimo, pero cada vez que veía sus ojos me perdía en ellos como si algo en mi funcionara de forma ajena a mis propios deseos.
—¿Qué clase de broma es esta? —preguntó entonces pasando su vista hacia Lía que mantenía la mirada altiva.
—No se trata de ninguna broma señor Krasner, Andra es la prueba viviente de que el azambar no surtió efecto alguno en su organismo —rebatió Lía.
Pude notar que Declan parecía querer decir algo, pero lo que fuera que quisiera expresar con palabras, terminó muriendo en su garganta porque frunció el ceño y bajo la vista como si tuviera mil cosas en las que pensar.
¿Tal vez no quería admitir que la supuesta mentirosa que no se habría podido ocultar había estado precisamente en su casa y viviendo bajo su techo? Si, desde luego ese era un golpe bajo difícil de encajar.
—Quiero ver a Lisa —mencionó tras unos instantes de absoluto silencio.
—¿Significa eso que está dispuesto a cooperar señor Krasner? —preguntó Lía sorprendida.
—¿Tengo otra opción? —Su respuesta parecía más bien resignación.
Lía hizo un movimiento y uno de los allí presentes se acercó para quitarle los nudos que mantenían sus manos maniatadas a la silla. En cuanto Declan se sintió libre se alzó rápidamente en toda su altura.
—Se le asignará un laboratorio y una recámara privada, tendrá a disposición todo el material que sea necesario para elaborar el antídoto y podrá ver a su hija una vez al día para comprobar que se encuentra en buen estado, pero ninguno de los dos saldrá de aquí hasta que obtenga lo que necesitamos.
—Necesitaré pasar tiempo con el sujeto para estudiarlo a fondo —mencionó Declan refiriéndose a mi sin mirarme siquiera.
¿Por qué no me miraba?, ¿Estaba ofendido?, ¿Tal vez aquel era el último lugar donde habría pensado encontrarme? Lo cierto es que no debía importarme, lo único que tenía que desear de él es que obtuviera realmente una cura para el azambar.
—Por supuesto. Andra estará a su disposición y colaborará para que pueda hallar el antídoto, aunque estará escoltada en todo momento, no comprenderá no podríamos dejar a nuestro mayor tesoro con la persona que más se beneficiaría si le sucediera algo —contestó Lía con una sonrisa.
A pesar de que Declan podría haber hecho mención de que había estado bajo su techo durante semanas y que podría haberme infringido todo el daño que quisiera, volvió a guardar silencio y asintió mientras se alejaba de allí custodiado por las mismas personas que habían propiciado el secuestro.
—Venga, ya puedes respirar —oí la voz de Ryan en voz baja y solté un suspiro—. Así que ese es el culpable de que yo no tuviera la más mínima esperanza contigo... —añadió provocando mi absoluta estupefacción.
—¿De qué hablas? —dije casi en un grito y después me di cuenta de que podían oírnos.
—Vamos... solo hay que ver la cara que ha puesto cuando te ha visto para saber que entre vosotros dos hubo algo y después de aquel beso que me diste, me atrevo a asegurar que solo fue para comprobar que no sentías lo mismo que con él.
¿Acaso era adivino?
Eso es algo que no te atañe y en cualquier caso lo que hubiera sucedido o no entre Declan y yo está muerto.
—Definitivamente sucedió algo, aunque no puedo culpar al tipo... —El tono de voz era divertido, como si estuviera disfrutando realmente de aquello.
—¿Quieres dejarlo de una vez? De lo contrario te aseguro que te patearé el culo.
—Vale, vale —alzó las manos—. Ya lo dejo, pero eso no cambia tu situación.
Le miré con cara de pocos amigos, ¿A que demonios se refería?
—¿Qué situación?
—Ya lo descubrirás querida, y no faltará mucho para eso —contestó haciéndose el interesante y dibujando una enorme sonrisa mientras se marchaba dejándome allí sola.
Cuando mentalmente reaccioné a su última respuesta, me di cuenta de que todo el habitáculo donde minutos antes había estado repleto de gente, ahora permanecía completamente vacío. Todo el personal del refugio había vuelto a sus quehaceres y casi me parecía increíble que tan solo unos días atrás hubiera estado bajo el techo de Declan fingiendo ser alguien que no era y ahora él se encontrara allí descubriendo la realidad.
¿Era una mala persona por haber sugerido aquel secuestro?, ¿Me convertía eso en alguien vil y cruel solo por querer mejorar el mundo en el que vivíamos incluyendo a la propia Lisa? Quizá lo era, pero solo trataba de buscar excusas para convencerme de lo contrario.
Declan no te importa. Él sigue distribuyendo el azambar, provocando que miles de mujeres en el mundo sigan bajo sus efectos y siendo forzadas. Tal vez a mi no me hiciera daño, pero lo sigue haciendo a millones de mujeres en el mundo permitiendo que se siga inyectando.
—Andra, ¿Sigues aquí? —Era la voz de Lía, eso hizo que me olvidara de aquel reproche mental momentáneo.
—Si. Dime —tercié sin querer admitir que me había quedado prácticamente absorta debido al encuentro.
—Solo quería saber si te encontrabas bien, sé que has convivido bajo el mismo techo que Krasner y tal vez te pareció excesiva mi sobreprotección, pero no puedo dejar que te haga ningún daño —confesó lo suficientemente impaciente para que me diera cuenta de que creía estar demasiado cerca de la cura y el supuesto fin al mundo tal como lo conocíamos.
Si Declan quisiera hacerme daño, podría hacerlo igualmente cuando fingiera extraer una muestra de sangre simplemente. No temía por eso, quizá debería hacerlo pero realmente no era ese mi temor, probablemente aún era incrédulo al hecho de que yo fuera inmune al azambar y lo más seguro es que creyera que había mentido desde el principio, al igual que hice al decirle que me llamaba Java.
—Lo entiendo perfectamente Lía —dije solo por no contradecirla.
—Muy bien. Ryan te espera en la entrada del laboratorio, al parecer Krasner desea comenzar de inmediato con los estudios.
¿Ya?, ¿Ni siquiera iba a tomarse unas horas para asimilar lo que acababa de pasar?
—Por supuesto —dije afianzada conmigo misma como si no me importara el hecho de quedarme prácticamente a solas con Declan salvo la presencia de Ryan como testigo de lo que allí sucediera.
«Tierra trágame» quise decir en aquellos momentos mientras abandonaba el lugar y me dirigía hacia él laboratorio que John había adaptado para Declan.
ESTÁS LEYENDO
C O H I B I D A
Science Fiction"Demostrar que éramos más inteligentes fue el principio del fin. Ahora solamente podíamos aspirar a ser mercancía con la cual traficar o simplemente muñecas de papel en manos desconocidas"