Yupiiiiiii, tres días seguidos que consigo actualizar! Estoy en racha!
Que disfrutéis bellas florecillas!Mentiría si dijera que no anhelaba su contacto de igual modo. No sabía porque alteraba mis sentidos de aquella forma, pero su sola presencia ya hacía que me pusiera nerviosa. Mi corazón se aceleraba cuando se aproximaba de aquella forma o me besaba con tanta intensidad que mis piernas flaqueaban.
No podía perder el sentido en todo momento, tenía que ser dueña de mis actos y no decir o hacer nada fuera de lo que se supone que me correspondía en mi estado.
Quería preguntar porque no debía permitirlo, porqué no debía estar pasando, porqué no podía controlarlo... ¿No se suponía que era suya y él era dueño de hacer lo que quisiera conmigo?
Noté como caminaba conmigo arrastrándome hacia la pared opuesta a mi y pude sentir que me apresaba entre ella y su cuerpo, percibiendo el calor que emanaba de su piel a través de la fina tela de la prenda que llevaba puesta.
—¡Papá! —grito Lisa detrás de la puerta y oí como él emitía un gruñido en mi boca de absoluta frustración.
—¿Si? —exclamó aún sosteniendo mi cuerpo entre el suyo, sin apartarse un solo milímetro.
—Tengo hambre, ¿Puedo coger las galletas de los domingos? —preguntó esa voz infantil y no pude evitar sonreír, entonces me di cuenta que no podía hacerlo y acto seguido apagué el dibujo de felicidad que se proyectaba en mis labios.
—¡Si!, ¡No hay problema! —gritó y acto seguido aquellos ojos grises volvieron a mirarme y abalanzarse de nuevo sobre mis labios.
Entrelacé mis dedos en su cabello para acariciarlo y agarrarlo firmemente conforme sus manos se adentraban bajo el tejido de la prenda que utilizaba para dormir. La desnudez pareció agradarle y me abrió las piernas para alzarme y que de ese modo pudiera acogerle entre mis muslos. A pesar de su pantalón podía percibir la dureza bajo el mismo e instintivamente deseaba sentir de nuevo aquellas olas de placer a las que había sucumbido.
—¡Papá! —gritó de nuevo Lisa y casi se escapó una carcajada de mis labios cuando sentí el gruñido por parte de Declan.
—¿Qué sucede ahora? —exclamó sin paciencia alguna.
—Quiero ver la televisión —mencionó con voz apenada y Declan inclinó la cabeza hacia abajo dejando salir un suspiro.
—¡Salgo enseguida! —gritó apartándose poco a poco mientras dejaba caer mis piernas con suavidad y de nuevo podía tocar el suelo con la punta de los pies—. Continuaremos en otro momento, dulce Java —dijo dándome un beso en el cuello y apartándose lo suficiente para no sentir su calor e invadirme una sensación de soledad hasta ahora desconocida.
Java.
¡Maldita sea!, ¡Ese no era mi nombre!, ¡Quería que me llamase por mi verdadero nombre!
«No puedes confiar en él aún Andra. Tiene el azambar en su habitación, esa droga que ha cambiado el mundo y ha hecho que tu vida siempre sea una huida hacia delante. La causante de la muerte de tus padres. La causante de que quizás no vuelvas a ver a Amara. Él no es de fiar. En él no puedes confiar»
Tal vez no podía confiar, pero mi cuerpo me traicionaba en cuanto se acercaba y aunque no sabía si podría rechazar sus besos o caricias, lo cierto es que todo mi ser se eclipsaba por su presencia y lo anhelaba.
Contra todo pronostico y a pesar de que el tiempo no era favorable, puesto que había nubes que indicaban una lluvia inminente, salimos aquella tarde.
Un vehículo nos transportó hasta una zona apartada de la ciudad, estaba a las afueras y no había absolutamente nadie en los alrededores, imaginé que tal vez Declan era consciente de este hecho porque no dejaba de mirar alrededor como si estuviera alerta para que nadie se acercase. Lisa parecía feliz subiendo y bajando de las pequeñas atracciones que había en aquel parque y pude ver la sonrisa de Declan admirándola.
—¿Recuerdas tu niñez, Java? —preguntó Declan a mi lado mientras permanecía de pie observando.
—Si —admití.
Las mujeres bajo el azambar no perdían los recuerdos, ¿verdad?
—¿Creciste en libertad?, ¿Lejos del mundo en el que vivimos?
—Si —respondí secamente no deseando dar demasiada información.
—Lisa nunca conocerá eso. Cuando sea lo suficientemente mayor para ser consciente del mundo en el que vivimos, tendrá que perder su voluntad, su sonrisa, sus ganas de vivir y ser una figura más, al igual que tú —dijo sumido en sus pensamientos—. No debe conocer la existencia del azambar, ella no puede enterarse de que un día no muy lejano deberá sucumbir a él por ley, sé que no podré evitarlo, pero mi deseo es que disfruté hasta el último de sus días siendo ella.
Sus palabras me hicieron ver que esa preocupación quizá le hacía dudar sobre si debía existir o no el azambar en nuestras vidas.
—Ella parece feliz —dije observándola correr alrededor de un gran circulo que daba vueltas mientras ella lo movía.
—Le gustas. —Sentí como me miraba cuando lo dijo, pero no torcí el gesto, sino que fingí no conmoverme al saberlo.
—Ella me gusta —dije con la vista al frente—. Podría traerla a este lugar si lo permitís.
Declan cogió mi brazo y me giró bruscamente para mirarle a los ojos.
—Nunca —dijo con semblante serio—. Jamás salgas de casa a solas con Lisa, está terminantemente prohibido.
¿Por qué?
—Cla...claro —dije finalmente y él alzó una ceja evaluándome.
—Es demasiado peligroso, por vuestra seguridad deberéis permanecer siempre en casa y no salir bajo ningún concepto.
Supuse que se referiría a que podríamos ser interceptadas, una niña acompañada por una mujer bajo los efectos del azambar eran un blanco fácil.
Él parecía ser un hombre rico, ¿Por qué no usaba seguridad?
—Hay gente que odia lo que hago Java. Gente que está contra el sistema y hará todo cuanto esté en su mano por perjudicarme.
Las palabras de Margaret diciéndome el terrible suceso a su esposa eran un claro ejemplo de que tenía enemigos de verdad.
—¿Por qué te odian? —formulé la pregunta porque necesitaba saber que era lo que le había supuesto enemigos que actuaran tan cruelmente.
—Mi familia es la responsable de todo —dijo pasando una mano por su pelo como si necesitase apartarse los mechones que le caían en la frente—. Mis antepasados crearon el azambar.
¡No!, ¡No podía ser cierto!
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¡Que mala pata Declan! Con lo bien que ibas.... xD
Nos vemos el lunes flores! Este fin de semana estaré bastante ocupada y dudo que pueda actualizar esta historia!
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C O H I B I D A
Science Fiction"Demostrar que éramos más inteligentes fue el principio del fin. Ahora solamente podíamos aspirar a ser mercancía con la cual traficar o simplemente muñecas de papel en manos desconocidas"