Lazos entre Mundos [Todobaku]

Capítulo II - Katsuki Bakugō, aspirante a héroe

"Sus días se habían convertido en un ir y venir de sueños frustrados; una monotonía vestía como uniforme su alma y le impedía disfrutar de nada"

Ángela Becerra

Katsuki se levantó cuando la alarma de su cuarto logro lastimar sus tímpanos, ah, seguía vivo, por alguna razón. Sin esperar más tiempo se levantó de sus suaves sábanas y comenzó a cambiarse, listo para un nuevo día de clases en una aburrida vida igualitaria. No quería seguir con esta misma rutina, pero fue su decisión en primer lugar, su madre de seguro le gritaría si de un momento a otro simplemente renunciara a ser un héroe.

¿Qué otra carrera había para un Quirk como el suyo?

Tan volátil y peligroso en primera instancia, ruidoso en otra sin mencionar lo destructivo. No es que ser un héroe no le llamara la atención, quiere decir, puede ser violento, audaz, fuerte y peligroso en una misma carrera, pero...

Algo le faltaba.

Sentía un vacío en su pecho que por más que intentara llenar con elogios, talentos y amigos, nunca se llenaba. Era como si una parte de él hubiera desaparecido o... Arrebatado.

Mucha gente lo miraba tan autosuficiente cuando en realidad apenas podía levantarse de la cama por gusto. Era como una depresión naciente que ha tenido a lo largo de su vida y que, por más que quisiera dejarla en el pasado, siempre se arrastraba de regreso por todo su cuerpo.

Como si de lodo se tratase.

Sacudió su cabeza ante el pensamiento, estaba bien, estaba fuera de esos tentáculos tan asquerosos que pasaban por su-

No.

Ya no debería de pensar esas cosas.

Un héroe necesita ganar, no preocuparse por algo que ni siquiera el mismo entiende sobre su persona. Además, ¿Que sería esa cosa que le falta? Tiene salud, fuerza, inteligencia, compañeros estúpidos y muchas otras cosas más que realmente no necesita, pero ahí está.

"Katsuki" giró con sorpresa al escuchar su nombre de pila ser mencionado, no obstante, no alcanzó ver a nadie.

De repente sintió unas manos pasar desde su espalda hasta sus manos, pero no era esa sensación de extrañez pasando por su espina dorsal hasta dejarlo a merced del otro. Era un toque suave, dulce y cálido que no entendía, pero aun así disfrutaba.

"Katsuki... Mi lindo Kats..." volvió a mencionar esa voz tan extraña y, debido que estaba detrás de él, abrazándolo, no pudo ver bien su rostro más que su simple cabello tan extraño. Blanco y rojo.

Cerró sus ojos para disfrutar de ese toque, tomando las invisibles manos y así, dejándose llevar por esa atmósfera tan suficiente que fue rota en un segundo, por alguien más.

— ¡Bakugō! — exclamó una voz ajena fuera de su dormitorio.

Hm, se quedó 15 minutos viendo su reflejo en el espejo, vaya, da miedo como puede perderse en su propia mente cuando está solo, incluso se había sentido tan real, que hasta creyó que en realidad si había alguien más con él en la habitación. Dio un suspiro.

— ¡Ya voy cabellos de mierda! ¡Guarda silencio! — dio zancadas hasta su cama para tenderla de manera uniforme, después, tomó su mochila, teléfono y cosas importantes para él. Abrió la puerta para encontrar la brillante sonrisa de su amigo. Gruño.