Capítulo XVII - Buscar la cura

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"La acción es el antídoto contra la desesperación."

Joan Baez

Empezó a moverse lentamente, aunque muy reacio a hacerlo, después de todo, estaba lo bastante cómodo, como para siquiera intentarlo

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Empezó a moverse lentamente, aunque muy reacio a hacerlo, después de todo, estaba lo bastante cómodo, como para siquiera intentarlo. Sin embargo, fue en ese momento que se dio cuenta de que dos brazos lo rodeaban de forma gentil.

Podía escuchar una respiración lenta y calmada, sonaba a escasos centímetros de su cabeza, abrió los ojos para admirar a Shoto que dormía profundamente justo a su lado, no obstante, lo que más le llamó la atención, fueron las alas blancas de dragón que también los rodeaba a ambos, era como si un escudo se tratase, encapsulándolos a los dos encima de la cama en un lugar seguro y cálido.

Intentó moverse, pero al mínimo esfuerzo, solo hacía que lo atrajera más hacia el contrario, pero siendo honestos, sus intentos eran pocos y carentes de fuerza, pues aunque odie admitirlo, no había dormido tan bien desde hace mucho tiempo, además de que estar en una posición tan íntima con el bicolor daba una sensación de seguridad inimaginable. A pesar de que deseaba permanecer así el resto de la mañana, era el momento de levantarse, después de todo, todavía estaba el asunto de las pócimas y que tanto lo habían afectado.

Escuchó como el bicolor suspiraba.

—Shoto, sé que estás despierto, suéltame —murmuró con fingida molestia.

Mmmmm fue el leve sonido que Shoto emitió en respuesta.

—No seas necio, hay que levantarnos.

—No quiero... —pronunció apenas audible —Kats.

—Eres un... —lo iba a insultar hasta que se dio cuenta de algo —¿Cómo me llamaste?

Mmmmm volvió a contestar.

—Olvídalo, me levantaré -se apartó para poder sentarse, sin embargo, sus acciones fueron detenidas al momento de que fue empujado hacia la cama nuevamente y el dragón se colocaba encima tratando de detenerlo sin lastimarlo.

Sus alas se extendieron a lo ancho de la habitación y desde la perspectiva del rubio cenizo era una vista bastante impresionante, pero en lugar de intimidarse, lo tenía ciertamente embobado.

—Dijiste que no te irías —habló Shoto —que no me dejarías.

Bakugo lo vio fijamente, lo que dijo por algún motivo hicieron que le doliera el corazón, no obstante, él no tenía idea que decir para calmar esa inseguridad que tanto inquietaba al bicolor, nunca había sido bueno expresando palabras de aliento y no se diga de los sentimientos, simplemente jamás se sintió con la capacidad para hacerlo, creía que lo insultarían o que lo mirarían como alguien débil; es por eso que en el pasado, supuestamente detestaba a Midoriya porque siempre decía lo que sentía y pensaba aun si estas emociones no fuesen positivas, pero al final no era desprecio, más bien, era envidia, de algo que ni siquiera sabía hacerlo tan abiertamente.

Lazos entre Mundos [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora