Lazos entre Mundos [Todobaku]

Capítulo XI - La Tumba

"Cuando vi tu sonrisa lo supe. Esa era la sonrisa que quería ver siempre al despertar durante el resto de mi vida".

Mario Benedetti

Quizás solo habían caminado un pequeño tramo para salir de aquel pueblo, sin embargo, antes de poder avanzar más, hubo algo captó su atención era un sendero que se derivaba del principal. Ciertamente, era un poco más pequeño, pero los árboles que crecían en sus alrededores tenían como un aire místico que atraía a cualquiera, como si los invitara a ir por él y lejos de ser tenebroso, podría describirse como... mágico.

Aún era de día y fácilmente podían ver como de la arboleda de aquel camino ingresaba los rayos dorados del sol. Ambos estaban interesados por saber que podría haber al final de ese sendero y aunque estaban dudosos de ir, terminaron adentrándose, después de todo, un pequeño desvío no está tan mal.

El sonido de las aves y la sensación de la brisa acariciándolos suavemente era sin duda relajante y muy agradable. Bakugo aunque quería volver cuanto antes, durante este pequeño instante estaba encantando con esta caminata y la compañía no estaba mal; a su lado con un porte propio de lo que se podría describir como un monarca estaba aquel que al parecer y de algún modo se conocían o al menos habían sabido sus nombres mucho antes de haberse presentado.

Extrañamente, desde que Shoto se presentó como un rey, un sentimiento como de orgullo se hizo presente, era como si se sintiera feliz de saber que es un monarca y aunque se niegue aceptarlo, se sentía demasiado... Bien.

No era en sí, porque fuera un rey, más bien, parecía que le alegraba que lo haya conseguido, porque de alguna manera sabía que había luchado para serlo y fue ese mismo logro lo que, por increíble que parezca le daba cierta satisfacción, además de darle cierta motivación a seguir su sueño de ser el héroe número uno.

Pero siendo sincero consigo mismo no es como si se volvieran a ver después de que regrese a su dimensión, o al menos eso cree.

Rápidamente, pasó de un pensamiento optimista a uno más pesimista, pues, el hecho de pensar que todo acabaría pronto y que todo esto se convertiría a una simple anécdota, además de que lo más obvio sería que ya no lo volvería a ver a... él, era un tanto deprimente, pero tampoco era algo que diría o expresaría en voz alta, máximo al observar que el otro estaba tranquilo con eso.

No obstante, si bien recuerda, la expresión triste y un tanto dolida que observó cuando le mencionó que quería volver cuanto antes aún está presente en su memoria y eso lo estaba incomodando en demasía.

Definitivamente estaba pensando mucho.

El trayecto había sido más corto de lo que suponían y al final lo que hallaron fue un enorme árbol sobre una colina. Era una vista inusual a la vez que hermosa, pues aquel árbol sobresalía sobre los demás, ya que lejos de tener un follaje de un verde vibrante como todos, sus hojas eran de color dorado, era como si el sol se halla posado sobre cada una de ellas, dándoles un brillo único.