Crónicas de Una Vida Pasada IV

1K 113 7
                                    

"El verdadero amor tiene el hábito de reencontrarse"
Anónimo

El fuego consumía todo a su paso, parte de su rostro escocía por la quemadura que recién tenía en el rostro por salvar a un niño atrapado entre las llamas que por suerte pudo rescatar de una posible y dolorosa muerte, el menor se aferraba ahora a ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El fuego consumía todo a su paso, parte de su rostro escocía por la quemadura que recién tenía en el rostro por salvar a un niño atrapado entre las llamas que por suerte pudo rescatar de una posible y dolorosa muerte, el menor se aferraba ahora a su cuerpo de manera desesperada mientras él corría seguido por varios de los suyos.

<<¡AAAAAAA!>>

<<¡Maten a todos!>>

<<¡No por favor!>>

<<¡No dejen que nadie escape!>>

<<¡Salvenme!>>

Aún se podía escuchar algunos gritos a lo lejos que perturbaban el ambiente en el que se sumía tal tragedia; su pueblo fue devastado por meros mercenarios que buscaban riquezas, pero para desgracia de ellos, su pueblo era de los pocos que, lo que consideraban un tesoro no era precisamente oro y tampoco joyas. Más bien, allí valoraban la naturaleza y los recursos que ésta les podría brindar, sin embargo, ya no quedaba rastro de lo que alguna vez fue una tierra próspera y fértil, pues las llamaradas lo habían devorado por completo.

Podía sentir como el pequeño cuerpo que aún sostenía entre sus brazos temblaba mientras soltaba sollozos que solo le indicaban lo asustado que se hallaba y a decir verdad, él también lo estaba. Su pueblo mantenía una vida bastante pacífica y trataba de evitar cualquier conflicto con otras especies y eso perduró durante décadas, pero todo se derrumbó el día en que el líder de un grupo de mercenarios llegó a sus tierras exigiendo que se le fuese entregado el gran tesoro que supuestamente ellos tenían.

Nada más lejos de la realidad.

Su violencia fue desmedida e incontrolable cuando se percataron que no hallarían lo que buscaban. Pero al parecer, ese al que llamaban Shigaraki no le importaba en lo más mínimo y ordenó que exterminara a todo el pueblo, algo que su séquito cumplió sin una pizca de piedad, ni para los más jóvenes o ancianos.

En menos de dos horas todo desapareció hasta convertirse en cenizas, por lo que ahora corría a toda prisa, al menos lo que sus pies le podían permitir, para poder escapar con los pocos sobrevivientes que quedaban, por suerte al ser ellos elfos eran bastante ágiles en terreno boscoso, por lo que terminaron perdiendo a sus perseguidores a mitad de camino, pero aun así ellos continuaron corriendo hasta llegar a un enorme valle, justo en el momento en que los primeros rayos empezaron a aparecer para darle paso al sol, pero aquella hermosa vista solo era opacada por la tristeza y desolación que pesaban sobre los pocos habitantes que quedaban del pueblo de Virentia.

Shoto abrazó con suma delicadeza al niño que seguía llorando para así poder calmarlo, algo que llamó la atención de los demás, los cuales se quedaron viendo con lastima y pesar, pues al parecer los padres no estaban allí, porque de haberlo estado se hubieran acercado de inmediato al reconocer a su hijo, algo que en ningún momento sucedió, dando a entender que posiblemente ellos formaban parte de las muchos que recién perdieron la vida.

Lazos entre Mundos [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora