Lazos entre Mundos [Todobaku]

Capítulo V - Dragón Rojo

"Los objetivos comunes forjan alianzas imposibles"

Henry Cavill

Todo se volvió caótico en unos segundos, el dragón blanco había tomado a Katsuki entre sus fauces y voló a gran velocidad a través de uno de los portales que repentinamente habían aparecido en el cielo y no más la bestia cruzó, se cerró en un instante. Los otros tres dragones vieron esto como una clara señal de la retirada. La maga ya se hallaba en el lomo del dragón verde, ya no había nada que los retuviera en este mundo, cada uno extendió sus alas y empezaron agitarlas poco a poco para así poder tomar impulso y emprender vuelo.

Muchos al ver las intenciones de los dragones de marcharse, sin pensarlo demasiado se precipitaron a esas enormes bestias cuando estaban separándose por completo del suelo, solo algunos pudieron aferrarse a las patas o a la cola de los dragones y al igual que su líder atravesaron los portales, con la garantía de que volverían a su hogar y que esto quedaría como una simple historia para contar después en una noche con que compartían con los camaradas.

Todos tomaron un portal diferente, los cuales uno a uno iba desapareciendo conforme los atravesaban.

En el reino Doragon...

Dentro de un cúmulo de nubes, apareció de repente un gran dragón rojo, sus alas se batían con fuerza a través del feroz viento que las rozaba como olas en el cielo. Los recién llegados no podían evitar borrar la expresión de sorpresa que tenían en su rostro, todo era enorme en ese lugar, y la sensación de altura no era en lo absoluta mínima, veían que tan lejos estaban de una superficie firme, y decir que estaban a gran altura, no era ni de cerca la descripción más acertada.

Hace unos minutos no habían dudado en agarrarse en el primer dragón que tuvieron en frente y como resultado ahora estaban quién sabe dónde, tratando de no soltarse y caer a una posible muerte dolorosa. Pero no se arrepentían de hacerlo, era su amigo el que estaba en peligro y ellos como futuros héroes y compañeros no podían dejar al pelicenizo a merced del enorme dragón blanco.

Kirishima, en su forma dragonaria, al percatarse que traía polizontes no deseados, se precipitó a gran velocidad hacia el suelo, por supuesto que no los dejaría caer, máximo por la intriga de ver a alguien exactamente igual a él, exceptuando claro sus cuernos.

Al llegar a tierra firme, los tres futuros héroes, casi quisieron besar el suelo al sentirse más seguros que en el aire, sin embargo, un rugido furioso, los volvió a la realidad, vieron a la enorme bestia y detrás de él se alzaba un imponente castillo. Estaban dispuestos a volver a luchar, cuando alguien alzó la voz llamando al dragón.

— ¡Lord Kirishima! — era otro caballero que venía corriendo lo más rápido que podía, no se preocupó por las demás presencias pues el cuerpo del dragón sin querer los ocultaba tras de él. El pelirrojo al ver la expresión llena de preocupación de uno de los caballeros del reino, no tuvo de otra que batir sus alas y expulsar a los tres jóvenes lejos, no tenía tiempo para lidiar con ellos.

Volvió a su forma humana para cuestionar que era lo que sucedía. El caballero le explicó torpemente, debido a la velocidad con que hablaba que el reino estaba siendo atacado, eran otra vez los magos, que de alguna manera se habían enterado que el rey y tres de sus caballeros más fuertes estaban ausentes.

— ¿Cómo supieron que no estábamos?

— No lo sé mi Lord. Pero refugiamos a muchos dentro del castillo, pues el ataque ha terminado por destruir muchas de las viviendas.

— ¿Y el rey? ¿Y Midoriya? ¿O Iida?

— Tampoco lo sabemos mi lord, al único que hemos encontrado es a usted.