6- QUENTIN.
Tomé una taza de café y partí una empanada a la mitad tendiéndole a Katy la otra. Eso es lo que pasaba cuando Lucinda Webber se deprimía: café, empanadas, helado y pizza. Las cosas nunca terminaban bien.
-Hola má -saludó Quentin cerrando la puerta de golpe.
-¿No venías con...?
La puerta se volvió a abrir dejando aparecer a un muy molesto Dorian.
-Odio a ese niño -me aseguró Dorian entrando a traspiés por la sala.
Ya, Quentin no es mi hijo. En realidad es una historia muy simple que parecía presentarse demasiado complicada para el resto del mundo: el tío Ben y la tía Tara murieron en un accidente de auto cuando Quentin tenía un año, el acostumbraba estar en casa con nosotros todo el tiempo, así que no es de sorprender que el día del accidente estuviera en casa jugando Jenga con Wendy. Honestamente era muy pequeña y no recuerdo demasiado, pero sé que mi padre era el único familiar vivo que podía hacerse cargo del pequeño mini discípulo de Satán y cuidó de Quentin todo el tiempo. Dolía admitirlo, pero ese demonio fue mi mejor amigo. Siempre le pedí a Quentin que jugara a ser mi bebé y él obtenía papillas gratis así que funcionaba para ambos. La cosa es que a pesar de que era un pasatiempo de nuestra infancia a veces me llamaba "má" por que sabía que me molestaba, me hacía sentir vieja... oh, y odiaba que lo hiciera frente a hombres guapos, por lo que, claro, lo hacía.
-No es mi hijo -corregí.
-Para tener quince años es muy exasperante -aseguró Dorian robando la empanada de Katy.
-Claro que puedes comerla -dijo Katy con sarcasmo.
-Y tu no tienes que ver como revienta su acné en el espejo del baño.
-¡Lucinda! -silenció Quen desde el baño.
-¡Soy tu madre! -grité de vuelta.
Katy sonrió y Dorian negó con la cabeza.
-Tuvo una pelea... de nuevo -advirtió Dorian-. Esta vez tuve que meterme, el chico es una maquina de guerra. Y Wendy tuvo que hablar con la directora... Otra vez.
-Eso explica el rastro de sangre en tu cuello -Katy asintió.
Suspiré.
Ultimamente Quentin había estado peleando con cualquiera que tuviera alma y mirara dos veces en su dirección.
- Hablaré con él -prometí.
-Tú eres el genio Dor, habla con él, siempre lo haces.
-Katy, ya lo intenté, está más insufrible que nunca -respondió Dorian.
Los tres eramos los como los padres de Quentin, siempre nos turnabamos para hacerle el desayuno, llevarlo a clases y (la más común) hablar sobre las repercuciones de romperle los huesos al prógimo.
-Pediré una pizza -anuncié tomando el teléfono.
Katy chasqueó la lengua. –Cuidado Dor, está molesta por que ahora tiene un buen trabajo.
Fulminé a Katy con la mirada.
Ella mostró las palmas.
–Dime que no es en esa pizzería –pidió Dorian sentándose junto a Katy.
Rodé los ojos.
–Nopo, consiguió empleo en la editorial Woodgeth.... Como redactora.
–¡¿Qué?!
–No es tan interesante –aseguré sumergiendo mi empanada en el café.
Katy hizo una mueca. –Como sea, tenemos quecelebrar.
–¡No tengo nada que celebrar!
–¿Qué te parece en el restaurante de los soles? –le preguntó Dorian a Katy ignorándome.
–¿El que tiene ese feo mimo en la entrada?
–Odio a los mimos –gruñí.
–See, si entramos por la puerta trasera no nos mostrará ese feo truco que hace con el dedo.
–¡Odio el truco que hace con el dedo! –Era asqueroso.
–Bien, a las ocho.
–¡¿Es que nadie va a escucharme?! No quiero celebrar mi muerte.
–Bien, nos vemos entonces –respondió Dorian ignorándome... de nuevo–, Por cierto, Luce, Quentin le rompió la nariz a otro chico el Miércoles.
Gruñí y deje caer la cabeza hacia atrás. –Jamás tendré hijos.
Katy asintió. –No los tendrás si sigues comportándote como un ogro.
–No me comporto como un ogro –me crucé de brazos.
–¡JA! –objetó Quentin desde su habitación.
Dorian rió y comenzamos a hablar de lastrivialidades de la fragilidad de la vida humana. Dorian era médico y solíallenarnos de detalles asquerosos sobre pacientes que vomitaban sangre conflemas y esa clase de cosas que te hacían bajar de peso más rápido que la dietadel té verde de Lady Zamar. Al poco tiempo Dorian se marchó y Katy me mirócon seriedad. Una especie de seriedad aterradora, Katy tenía eso con laspersonas, era como una máquina que simplemente se ponía en modo vas-a-obedecerme.
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N/A: Hola Gente :3
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Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*
HumorLIBRO #1 Luce Webber tiene 23 años, mala suerte y una lengua con vida propia. Liam es un importante empresario de 25 años, serio, con enfoque al trabajo y un inexistente conocimiento de la palabra "diversión". Cuando ambos se ven forzados a trabajar...