62. DOBLE MIERDA.
Mi primer pensamiento al escuchar los disparos y sentir el cuerpo de Liam sobre mi fue aterrador, creí que Liam había caido muerto sobre mi o algo peor. Pero casi al instante Liam ordenó con la nariz contra mi cuello:
—No te muevas.
Como si pudiera moverme.
Una cosa era tener el cuerpo de Liam con todo su peso (que era mucho) sobre mi y otra muy diferente era tenerlo susurrando en mi cuello.
De pronto una mujer mayor con un arma y gafas se puso de pie frente a nosotros apuntando el arma hacia el cielo.
Le sonreí.
—¿Están bien? —preguntó la mujer.
Liam giró y al ver a la ancianita con el arma suspiró aliviado dejandose caer en la nieve como si nunca en su vida se hubiese liberado de un peso tan grande.
Asentí. —Gracias.
—Esa es una herida —la mujer señaló mi pierna.
—Ah, si, cerrará en unos días... supongo... no es una herida profunda.
—¿Qué hacen aquí?
—Ah... pues verá... nuestro auto... su auto no funciona... fue un accidente en el que casi morimos pero no lo hicimos, rodamos hasta aquí y ese lobo quiso comernos.
La mujer me miró sin entender ni una cuarta parte de lo que había dicho, fue entonces cuando Liam comenzó a explicarle la situación.
La ancianita asintió en silencio durante todo el relato y al final añadió:
—Mi casa está un poco lejos, pero podemos darnos prisa y llegar antes de que la tormenta empeore.
—¿Esto puede empeorar? —pregunté poniendome de pie.
Liam se puso de pie con dificultad, llevandose una mano al pecho.
La mujer asintió. —Eso dijeron en el reporte del clima. La mayoría de las personas que viven cerca se han ido a la ciudad.
Genial, estaba atrapada en el olvido con un jefe demente y una ancianita psicótica con un arma.
Aun que pensándolo mejor: ellos estaban atrapdos conmigo y puesto que mi suerte no se caracterizaba por se exesivamnte buena eran ellos quiénes tenian todas las de perder.
Liam suspiró resignado pasandose una mano por los cabellos de frente —Tengo que ir al auto...
—¡¿Estás loco?!
—No creo que volver sea una buena idea, podría girar otro loco en camioneta —opinó la mujer.
—Nuestras cosas están ahí.
Cierto.
—O lo que queda de ellas —aclaró la anciana.
Liam asintió pero giró decidido por lo comenzamos a seguirle.
La pierna izquierda comenzó a dolerme cuando subimos hacia la carretera, pero yo lo logré sin mucha dificultad... a diferencia de Liam que parecía un anciano con angina de pecho.
—¿Oye, estás bien? —pregunté deteniendome a su lado.
Liam se limitó a asentir y seguir avanzando.
Quise rodar los ojos y golpearlo con fuerza por su necedad pero ya caminaba varios pasos por delante.
Cuando llegamos a la carretera encontramos el auto de Liam hecho papilla.
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Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*
MizahLIBRO #1 Luce Webber tiene 23 años, mala suerte y una lengua con vida propia. Liam es un importante empresario de 25 años, serio, con enfoque al trabajo y un inexistente conocimiento de la palabra "diversión". Cuando ambos se ven forzados a trabajar...