Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*

Cap. 37

37. JOHN.

El teléfono de mi nueva oficina privada (¿A caso no suena a que soy interesante?) emitió un sonido agudo espeluznante. Ya me encargaría de arreglarlo después

-¿Sip? -respondí

-¿Así es como contesta señorita Webber? ¿Sip?

-Vete al diablo Liam...

-Oh, no, no, no, espera, no soy Liam.

Esperé.

-¿Quién eres?

-¿No me recuerdas?

Si lo recordara no estaría preguntando.

-¿Eres el imbécil de Coppel? Ya te dije que yo no compré esa maldita licuadora ¡Yo ni siquiera sé hacer licuado! Y no me importa que hayan puesto mi número como referencia, mi abuelo fue abogado y puedo asegurarle que esto clasifica como acoso...

-Soy John.

-Oh.

(...)

Que vergüenza.

-Mi hermana compró una licuadora en Coppel.

Rió leve. -Eso veo.

Cerré los ojos y me abofeteé mentalmente.

-¿Cómo conseguiste mi número?

-Soy periodista.

Por supuesto.

-Claro... ¿Pasa algo?

-Bueno... hay una... cena en Brow Hill esta noche... es sobre literatura.. escritores, actores, editoriales, periodistas... esas cosas.. ¿Quieres ir? Escuché que J.K. Rowling irá y...

-¿Qué? -susurré.

-Bueno, solo se puede ir si eres invitado, pero... si quieres ir...

-¡¿Qué?!

-¿Eso es un no?

-Si.., no... digo que no es un no, es un si, no quise decir si-no ¿Entiendes?

Silencio.

-No.

Suspiré. -Es un sí.

-Paso por ti a las 8:30pm

-Te daré mi dirección...

-No es necesario, ya la tengo. Te lo dije, soy periodista.

No sabía si reírme o llamar a la policía.

-Bien.

-Adiós.

Y en cuanto corte la llamada solté un gritito ahogado y contenido. Iba a conocer a más escritores... solo esperaba no vomitarle a nadie encima.

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-Ni siquiera lo conoces -dijo Katy molesta mientras servia algo de pollo asado en el plato de Quentin.

Estábamos todos comiendo en la barra de la cocina un pollo asado que Dorian preparó para celebrar que no teníamos nada que celebrar.

Tomé un poco de coca-cola. -Solo es una fiesta... J.K. Rowling estará allí, no puedo simplemente no ir.

-Estoy de acuerdo con Katy, no lo conoces -dijo Quen sentándose a comer junto a Dorian.

Lo miré mal.

-No estaba pidiéndote permiso...

Miré a Dorian en busca de un poco de apoyo pero se limitó a encogerse de hombros y decir: