Cap. 9

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.9.. ¡NO TENGO TIEMPO PARA IR A PRISIÓN!

- Te dije que giraras a la derecha.

Una paloma muerta en el impacto cayó sobre el parabrisas rompiéndolo por completo... bueno, de todas formas ya estaba estrellado. Ah y comenzó a sonar la alarma.

Liam me miró repentinamente calmado, cerró los ojos e inhaló un par de veces.

-Lo estás haciendo mal -señalé- Mi abuela murió por hacer mal el yoga.

Cerró los ojos con más fuerza y presionó el volante como si quisiera arrancarlo.

-¡Señorita! Dios santo... ¿Está usted bien? -preguntó un hombre abriendo la puerta a mi lado- Venga, dejeme ayudarle... ¿En qué estaba pensando? -le gruñó el hombre a Liam- Es un acto de completa irresponsabilidad.

- Yo le dije que girara a la derecha -puntualicé.

-Mire que poner en peligro la vida de esta dama...

- ¿Dama? -Liam me miró de arriba a abajo y luegó hizo ademán de buscar algo en los asientos de atrás.

Me limité a fulminarlo con la mirada.

-¡Mi Toby! -gritó la ancianita corriendo hacia un enorme jarrón verde que, en el impacto, había quedado hecho pedacitos.

-Dejeme ayudarla a salir señorita, la policia ya viene en camino -aseguró el hombre.

-¡¿Qué?! -preguntamos/gritamos al unísono.

- ¡No tengo tiempo para eso! -se quejó Liam mirando el reloj del auto que, milagrosamente, aún servía.

-¡Mi Toby! -repitió la mujer tratando de unir los fragmentos.

Salí del auto y pensé en Dorian, él podría llevar las reseñas a la editorial mientras nosotros ibamos a prisión ya que, según parecía, no íbamos a salir bien parados de todo eso.

-Mi auto -se lamentó Liam al salir del auto y luego, por supuesto, se acercó a la ancianita.

-No es muy buen conductor -le aseguré en un susurro al hombre junto a mi y comencé a llamar a Dorian.

-Seguro, llego en cinco minutos...

-Genial, estoy en un estancamiento frente a un auto chatarra y una tienda de artesanias. Me localizarás rápido.

Y colgué.

Miré hacia el frente. Había una enorme y hermosa tienda de donas.

No pude evitarlo. Fui por ellas.

-Dos glaseadas de vainilla, por favor -pedí frente a la caja registradora-. Mira eso... ¿Chocolate? quiero tres... Oh Dios mio... quiero otras dos de fresa.

La mujer despegó la vista del frente y pidió la orden.

-¿Es increible no? -preguntó la chica volvuendo a posar la vista en el accidente- Perder el control de esa manera al girar.

- Debió girar a la derecha -asentí depositando el contenido de un sobresito de azúcar en mis manos antes de llevarmelo a la boca.

-Me pregunto porque no lo hizo.

-Orgullo de hombre.

-Tus donas -me entregó la caja y le entregué el dinero-. Vuelve pronto.

Asentí con la cabeza y camine unos pasos de regreso al accidente.

Liam me miró con una mezcla de incredulidad e ira contenida.

No me había dado cuenta de que la policía ya estaba interrogando a Liam.

Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora