33. MAL DÍA.
Entré al departamento con mi llave y busqué a Wen con la mirada. Estaba tendida en el suelo contemplando un montón de revistas de bodas mientras sollozaba.
Me sentí fatal.
—¿Wen? —me acerqué cautelosa.
Wen levantó la vista y con esos hermosos ojos azules me miró sin un ápice de enfado, sin reproche, como cuando eramos niñas y era su mejor amiga... antes de irme a la escuela militar.
—Estas aquí —corrió hacia mi y casi me derriba con el impacto de su abrazo.
Entonces supe que había hecho lo correcto, ayudar a mi hermana era mi deber y en ese momento entendí que siempre estaría ahí para ella.
Para tratar de enmendar cualquier cosa que su estúpida persona estropeara.
—Estas... asfixiándome...
—Oh, lo siento.., ¿Trajiste...?
—Si, y más que eso —coloqué la bolsa en la mesa— ¿Sabías que hay condones de sabores?
Resopló. —Si.
Me detuve en seco y la miré. No esperaba una respuesta real, para ser honesta.
Wen desvió la mirada hacia la pantalla de televisión.
Iba a hacer como que no había esuchado eso jamás.
—Entonces... aquí vamos —dijo tomando la prueba.
Me senté en la sala y comencé a ver un playlist de algún canal infantil mientras Wendy hacía sus cosas con la prueba, y fue justo cuando terminó la triste canción de Jessey, la vaquerita de Toy Story, que Wen salió del baño llorando como cuando teníamos cinco y tres, y accidentalmente maté a su rana.
—¿Eso es un...?
—Estoy embarazada.
(...)
—Uhm... ¿Felicidades?
—No seas estúpida Lucinda....
¿Ah?
—Es una noticia ex...
—¡Estoy sola!
—Bueno, creéme que estoy al tanto de la situación, me corriste hace tres días.
De mi departamento, departamento que seguía pagando el gobierno por mis años de servicio en la escuela militar.
Ya estaba comenzando a enfadarme.
—¡Te lo mereces! Siempre estás estropeando todo...
Al diablo la hermandad y el amor incondicional hacia la familia.
Mostré las palmas sin el mínimo ápice de disposición a someterme a su ira frustrada. —Me voy.
Me tomó del brazo con brusquedad y mas rápido de lo que puedes decir "Luce-fue-una-idiota-al-volver-con-Wen" me estampó la mano en la mejilla con una fuerza que hasta Big Show envidiaría.
—¡Vete!
La miré. Estaba petrificada.
Me había tomado por sorpresa...
—¿Eso era lo que querías? ¿Verme sola? Tienes que tratar de ser la mejor en todo ¿no? Y siempre que las cosas comienzan a ir bien para mi, tu lo estropeas... ¡Largo de aquí! ¡Vete!
Entré como en una especie de trance en la que mi cuerpo no reaccionaba mientras protegía mi mejilla izquierda con la mano. Podía esperar aquella acción de cualquier persona excepto de mi hermana, frente a mi tenía a una desconocida que se esforzaba por no romper en llanto.
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Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*
HumorLIBRO #1 Luce Webber tiene 23 años, mala suerte y una lengua con vida propia. Liam es un importante empresario de 25 años, serio, con enfoque al trabajo y un inexistente conocimiento de la palabra "diversión". Cuando ambos se ven forzados a trabajar...