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Huening Kai, el jugador estrella de la liga juvenil de la universidad. Hijo único, heredero de una empresa de bienes raíces, una empresa millonaria a decir verdad. Popular entre chicas y chicos, y sin complejo alguno. Perfil perfecto. Cuerpo musculoso y bien torneado, nada exagerado, simplemente perfecto. Él. Huening Kai. Lo seguía a todas partes.

ーKai, por favor, al único lugar al que no me acompañas es al baño, porque te lo prohibíー

ーMe gustas, Yeonjun

Rodó los ojos, no era la primera vez que se lo decía.

ーTe quiero solo para mí. Quiero que solo te acuestes conmigo

Y justo eso era lo que hacía que no se emocionara por el hecho de gustarle. Solo lo quería por sexo, tal como Beomgyu decía.

ーKai te soy sincero, no voy a dejar de hacer lo que hago. Necesito dinero, sabes que lo hago por eso.

ーSi te vuelves mi pareja puedo comprarte lo que quieras. Tengo mucho dinero, lo sabes

Eso lo haría un esclavo, porque Kai no quería una novio, quería un esclavo sexual que estuviera a disposición y fuera perfecto en todos sentidos. Y en sus condiciones estaría aparentar ser la pareja perfecta, lo que conllevaba dejar la biblioteca, porque el novio del jugador estrella de la universidad no podía ser un nerd, sino una máquina sexual, con aires de grandeza.

ーPor favor, Yeonjun. No deseo que nadie más te toque, y quiero que seas mío-

ーEn primera, yo no soy de nadie. En segunda, no. Y tercera, no

ーTe daré lo que quieras, carro, un departamento, lo que sea-

ーNingNing~ hay cosas que el dinero no puede arreglar

Se levantó de ahí, no quería saber más. Kai no pagaría el tratamiento del hospital para su madre. Él le diría que la desconectara, que no había remedio ya. Y su mamá había prometido luchar.

Entró a la biblioteca, Kai no lo siguió y agradeció que no lo hiciera. Empezaba a desesperarse y su insistencia iba a lograr que le diera el sí.

Buscó a Soobin, debía estar por ahí. Y sí, donde siempre, leyendo libros de psicología. Pensó que de nada le servía que estudiara tanto, si no podía verlo a él como realmente era.

Como sea se acercó de lo más contento. No dejaría que Soobin lo hiciera llorar una vez más y le haría pagar todo lo que le había hecho ya.

ーHolaー pronunció alegre tomando asiento frente a él

ーOh~ eres tú, Yeonjunー dijo sin alzar la vista de sus libros ーEste sábado no puedo darte clases

ーEstá bienー cuando iba a levantarse de la silla, Soobin le tomó la mano

ーNo te has puesto el ungüento que te compré. Y siéntate, no puedo el sábado pero ahora sí. Saca un cuaderno, te explicaré estadística. Espero traigas colores.

Se liberó del agarre del alto y tomó asiento. Su mano aún sentía aquellos dedos largos y fríos tocándole con aquella delicadeza. Podía imaginarlos sobre su cuerpo acariciándole, jugando con su piel desnuda y adentrándose a él. Una idea muy excitante y vergonzosa.

ーYeonjun, te estoy hablando

Dio un brinco y se escondió al notar que bajo su pantalón su miembro parecía crecer. Se detestaba a sí mismo. La idea de que Soobin lo tocara iba más allá de su control. Y lo que había bajo la tela era nuevo y emocionante.

ー¿Sí? Perdona... Ya me porto bien

Era su voz infantil la que no había podido controlar entre una mezcla que denotaba su repentino momento de placer.

ーEstadística, sí. No traigo colores, solo una pluma

Soobin algo ruborizado buscó entre sus cosas. Al final sacó un estuche con todo lo necesario y un poco más. La verdad nunca pensó que Soobin tuviera ese tipo de cosas, parecía un hombre que usaba lápiz y pluma negra, a lo mucho un color extra, como azul.

Eligió algo de la bolsita y se quedó fijo viendo a Soobin, quien también le veía, con esos ojos adorables y fríos.

ーHaremos un mapa mental. En estadística es básico comprender lo que es una variable. Es como el nombre lo dice 'variable', 'varía', 'cambia'. Aquello que se estudia durante cada ejercicio, aquello que va variar-

Yeonjun asintió y escribió la palabra al centro de la hoja

ーPon en rojo la palabra. El ojo humano capta más rápido ese color y así con solo mirar verás el tema principal

Yeonjun asintió serio y se dispuso a remarcar las letras con el marcador rojo.

ーExisten las variables, cuantitativas y cualitativas. Es sencillo, sé que puedes decirme cómo diferenciarlas-

Pensó en las dos palabras, decían mucho por si solas.

ーCantidad y cualidad-

ーPerfecto, Yeonjun. Cantidad, como número de libros leídos. Cualidad, preferencia de libros. Sencillo, ¿no?-

Yeonjun negó con la cabeza. Para él parecía lo mismo. No hallaba esa diferencia.

ーEn un caso puedes contarlos, los libros que la gente lee en un año. Y en el otro no, hablamos de preferencias de cada persona. Es decir, tú prefieres literatura clásica, ¿Puedes cuantificar a la literatura clásica? No, puedes contar los libros que lees de literatura clásica, más no cuantificar a la literatura clásica. ¿Me explico?-

ーEntonces una variable cuantitativa se basa en número de cosas, como los libros, noventa y siente al año, por ejemplo. Y las variables cualitativas, libros de literatura clásica, fantasía, poesía y romance. Entiendo, es sencillo-

Soobin le sonrió y solo pudo sentirse muy orgulloso de él mismo. Pensó, en algún momento que colmaría la paciencia del alto, pero no, Soobin explicaba perfecto y era sorprendentemente paciente.

ーAhora ponlo en tu hoja, usa dibujos, algo que entiendas con facilidad-

Asintió y se puso a hacer dibujos de libros. Nada como eso, lo que más le gustaba.

La lección siguió y comprendió de la mejor manera, terminó su mapa mental con la información elemental y terminó por explicarle a Soobin todos los temas que habían visto en ese rato juntos. Definitivamente había aprendido más que en clases.

ー¿Traes el ungüento?-

ーEs que... Yo...-

ー¿Dónde está? Me estresa ver tus manos con esas marcas-

Hizo un puchero y jugó con el plumón que tenía en su mano

ー¿Dónde está ese ungüento, Yeonjun?ー habló serio

ーLo perdí... Yo... Lo siento mucho. El sábado en la noche no pude encontrarlo en la mochila. Ahí estaba. Busqué y busqué y simplemente no lo encontré-

Soobin se levantó sin decir nada y Yeonjun solo bajó la cabeza con miedo y vergüenza. No quería saber qué haría Soobin, ni verle la cara.

ーYeonjun, vamos, ven-

Levantó la vista poco a poco y aunque el rostro de Soobin mostrara el ceño fruncido y una mueca, no lucía molesto del todo.

ー¿A dónde?-

ーPor más ungüento. Esas marcas quedarán horribles si no las cuidas. Se ven resecas y cuarteadas, vamos por el ungüento, ¿o no lo quieres?-

Asintió. Cualquier cosa que Soobin le diera para su bienestar sería bien recibida.

Caminó tras Soobin, como niño, por ese momento sintió una vez más protección, como cuando su papá le cuidaba a diario y le procuraba bienestar. Sonrió por ese recuerdo.



Mi preciosa bola de arroz >>> soojun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora