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-Vamos Yeonjun, en vez de verlo de lejos mejor dile tú mismo que te gusta-

-No...- susurró, de cerca aquel chico era incluso más atractivo

-Sí, Yeonjun, ¿Por qué no me lo dices tú? ¿Quieres que también me acueste contigo? ¿Quieres sexo conmigo? Es lo que quieres, ¿no? Eso querría una puta como tú-

Yeonjun sintió que una espada atravesaba su pecho. Dolían aquellas palabras, tanto que quería desaparecer.

-Yo... No... No...-

-Yeonjun, por favor, es a lo que te dedicas. Sé bien quién eres, todos lo saben. Así que por favor, no te me acerques, ¿sí? No quiero que piensen que soy uno más en tu lista. No busco sexo desesperado como tú-

-Yo... Yo... Olvidé mi mochila en el salón. Debo irme...- corrió para desaparecer

YoonGi frunció el ceño y vio feo a aquel chico. Era grosero, y no dudó en herir a Yeonjun con sus palabras.

-¿Por qué le dijiste eso?-

-Se lo merece-

-Pero no te hizo nada, solo le gustas-

-Solo quiere sexo, así es él, ¿ya se acostó contigo como la puta que es?-

Estuvo a punto de golpearle, pero se contuvo, no resultaría nada bien si lo hacía. Apretó los puños de impotencia y se levantó.

-Que idiota eres- vio el lugar en el que estaban sentados y ahí estaba el celular Yeonjun, había olvidado su celular -Perfecto, y ¿ahora cómo lo voy a encontrar?-

-Su salón es el 303, del edificio C, los de filosofía. Si no está ahí, estará llorando en los baños de la biblioteca-

-¿Y cómo es que sabes su salón si pareces odiarlo?- preguntó lleno de furia ante aquella actitud fría y grosera

-Todos saben cuál es su salón. Créeme, no es que sea importante para mí-

Tomó sus cosas, el celular de Yeonjun y fue a buscarlo, suerte que la biblioteca tenía un pequeño mapa de la Universidad, así podría ubicarse.

Claro que se ganó algunas miradas de chicas y chicos, iba corriendo con flores en las manos y portaba un traje caro. Sí, era el centro de atención.

En un pequeño letrero vio el número del salón, corrió y ahí encontró a Yeonjun. Aquel chico tenía razón. Yeonjun estaba en el salón y lloraba, estaba recostado en la banca y lo veía sollozar. Le partió el corazón. Yeonjun era alguien puro a pesar de todo, era tierno e inocente.

-Yeonjunnie, lo siento... No debí-

-No es tu culpa, es la mía, yo... Me he ganado la reputación... Esa es la verdad... Soy un asco de persona... Aquel chico tiene razón...-

Se acercó y le levantó para abrazarlo. Yeonjun tenía un corazón lindo el cual alguien debía proteger, era alguien sensible.

-Yeonjunnie, no creas nada de lo que dijo-

-Es cierto, me he acostado con muchos, me pagan, y yo lo empecé todo-

Mi preciosa bola de arroz >>> soojun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora