001

1.4K 176 111
                                    

Cobraba siempre por adelantado, sabia nadie se quedaba insatisfecho y que mas bien quedaban encantados, que tarde o temprano, volverían a él, tal vez más temprano de lo que quisiera.

Los precios que establecía eran perfectos para aquellos alumnos de esa universidad, no era el precio que cobraba a los hijos de empresarios famosos, o para emprendedores con su fortuna ya hecha, sus precios eran bastante accesibles. Y se lo pagaban sin ningún problema.

El mejor lugar de todo el centro de estudios, era ese pasillo en el la parte del campo, el que esta entre los baños del gimnasio y la bodega. La razón. Que ninguno de esos edificios tenía ventanas y era estrecho y oscuro. Lo hacia perfecto el hecho de que nadie se asomaba por ese pasillo, ni siquiera alguien caminaba por esa parte de la universidad.

Pues ahí estaba, un chico con uniforme de americano, enterrándose en su trasero, iba rápido sosteniéndose de sus nalgas y más que estar centrado en cualquier placer, temía que le dejara marcas, por eso en medio de un gemido dijo:

---Recuerda, nada de marcas---

Al parecer su voz aguda, su jadeo y su rastro al voltear para verlo le causo al chico un orgasmo. Sexo rápido. Eso establecía su nota. Repartida en cada casillero, de boca en boca y en mensaje de texto; lo que cobraba, 40 000 mil wons, cantidad que muchos le pagaban.

---Eres increíble, baby Y---

Sintió que le acaricio el trasero antes de irse.

---Es un placer que te puedo ofrecer, Huening Kai---

---Te envio un mensaje dentro de la semana, ya sabes mis padres van a salir este fin, resérvame toda la noche, baby Y---

---Claro, estaré esperando por ti, kai---

---Tengo que ir con el equipo, nos vemos baby Y---

El chico de cuerpo bien formado, brazos marcados y piernas fuertes salió del pasillo arreglándose la ropa. Era sumamente guapo y también muy frecuente en su lista de conquistas. Palabra que utilizaba para que no fuera tan obvio. Era un poco posesivo, cada semana tenía algo con él y le dejaba algo de dinero aparte. También es agradable, no es rudo, y no le insulta como muchos otros, pero no es amable y mucho menos tierno, el solo quiere sexo y ya.

Subió su pantalón y se estiro un poco antes de asegurarse que no haya nadie en ese pasillo para luego salir e irse a la biblioteca, tenía que terminar un proyecto y estudiar un tema cuya clase no asistió por cubrir un trabajito.

Los sabados la biblioteca parecía aún más tranquila, muy pocos alumnos asistían a la escuela ese día, y mucho menos pasaban por ahí.

Gustaba ir a los balcones, porque ahí podía ver perfectamente a aquel chico. No era el mejor cuerpo de la escuela, su rostro no era el mejor y su fama no era buena, pero tenía algo que le atraía. De todos modos nunca se iba a acercar a él, seguro sabia de su fama y aceptaría tener sexo con él. Situación que no le desagradaba.Pero esa timidez que hace tiempo había perdido, regresaba con ese muchacho.

Lo vio leyendo, sus blancas y gruesas manos pasaban hoja por hoja, jugaba con la orilla de cada una después de terminar de leerlas, sus labios se encontraban abultados debido a la concentración, y su ceño se encontraba fruncido. Era perfecto, y el ni siquiera sabia su nombre.

La tarde paso rápido, debía ir a uno de sus trabajos de medio tiempo, y como había pasado mucho tiempo observando al chico de la biblioteca, ahora debía correr para no llegar tarde.
Su uniforme estaba en su casillero, un pantalón negro muy apretado; una blusa blanca con muchos estampados transparentes y un choker de terciopelo que decía: kitten.

Salió con la sonrisa más tierna que pudo, el ligar aún estaba vacio, por lo que podría hablar un poco con su amigo Beomgyu, que vestía igual, solo que su choker decía: puppy y que servía las bebidas a diferencia de él, que las repartía.

No trabajaba en cualquier lugar, era un bar famoso, claro si se podía llamar bar. Gente importante iba allí, trabajadores de el estado, empresarios, famosos, gente que despilfarraba el dinero los finés de semana, bebian y se divertían con los trabajadores jóvenes y bonitos. A los que podían llamar por el apodo de su choker y a veces irse de compañia con ellos.

Yeonjun no negaba que había terminado bajo las sabanas de casas lujosas, no lo negaba, y no se arrepentía, pues esas personas le pagaban mucho más dinero de lo que cobraba en la universidad.
Y si esa noche encontraba a alguien agradable, estaba dispuesto a ir con él.

---Beomgyu, ese de allá me esta mirando---

---¿Vas a ir con él esta noche?---

---Sabes que necesito el dinero, hubo una complicación en el hospital---

---No entiendo porque sigues salvándola, ella solo te arrebato lo que más querías y cuando más la necesitabas, no te ayudó---

Hizo una mueca solo para que Beomgyu la viera y regreso a si trabajo, iba de mesa en mesa sonriendo y sentándose en las piernas de los hombres por algunos billetes, así se movía ese mundo, que bien podría ser un delito llamado prostitución, si no fuera porque los trabajadores daban su consentimiento.

Cuando hizo una pausa para ir al baño, ese chico que lo estaba mirando de hace rato, lo tomó de la muñeca, no brusco, si no delicado y tímido.

---¿Ya te vas?---

---No. Yo solo...--- Parpadeo por la sorpresa.

---Kitten---

---Sí, ese es mi sobrenombre--- Se sonrojo.

---¿Y tu nombre?---

---Eso no te lo puedo decir--- sonrió tímido.

---Quisiera saberlo ¿A que hora sales?---

--A la una acaba mi turno---

---Genial, estaré esperando en mi coche, Kitten--- El joven dejó un billete de buena cantidad entre su choker y su piel para acercarse y susurrarle al oído--- Es el rojo de la esquina---.

Sonrió y con un movimiento sexy tomo el billete de el choker y lo colocó en la bolsa trasera de su pantalón, era su respuesta, iba a ir.

Cuando salió hacia frio, y había olvidado su chamarra en el bar, pensó en ir a recogerla, pero el hombre del auto rojo fue rápido y le dio si abrigo, sin duda era un sujeto agradable.

---¿Vienes kitten?---

Lo acompaño hasta la puerta de copiloto y la abrió, se comportaba como un caballero, como ningún estudiante de la universidad y como nadie lo trataría.

Arrancaron y sintió un vuelco en el estómago, siempre que pasaba con alguien del bar la noche le pasaba, porque no los conocía, y la mayoría lo superaban por una cantidad estúpida de años, también porque no sabía a donde lo llevarían y mucho menos cuanto le pagarían.

---Iremos a mi departamento, bonito espero no te incomode---

Negó con la cabeza, y se le sonrojaron las mejillas, ese joven era muy agradable, y guapo a decir verdad, tenía ojos gatunos y una piel muy blanca, vestía con un traje muy formal como su manera de hablarle, pero con delicadeza.

---¿Como se llama?---

---¿Tú como te llamas?---

---Soy Yeonjun, pero prefiero que me digan baby Y---

---Yeonjun es un bonito nombre--- le dedicó una mirada rápida para no perderse del camino--- yo soy ...---





Mi preciosa bola de arroz >>> soojun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora