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—Me besó, él fue quien me besó. Y luego se fue. Y no lo he visto. ¿Por qué demonios no le he pedido su número de celular? Pero me besó. Soobin me besó—

Volteó a ver a su amigo. Sonreía. Estaba perdido viendo el celular. Y no le prestaba atención.

—¡Beomgyu!— gritó como berrinche

—¿Eh?—

—Te estoy hablando y tú sigues viendo el celular perdido en quién sabe qué, con quién sabe quién— refunfuñó

—Lo siento. ¿Qué pasó?—

—¿En serio no me prestaste atención?—

Beomgyu bloqueó el celular y se giró para tomar las mejillas regordetas de su amigo. Se veía adorable enojado.

—Beomgyu...— mal habló por la forma en que sostenía sus mejillas —Soobin me besó—

—¡¿Qué?!— Beomgyu se levantó del susto que esa noticia implicaba

—En serio no me habías prestado atención—

—¡¿Cómo pasó eso?! Yeonjun... Solo está jugando... Es eso, seguramente—

—Pero fue muy lindo. Me dijo que no volviera a decir que no me gustaba. Él... Él... Él me gusta... Y lo sabe... Lo usa en mi contra... Soobin es malvado—

—Y tú muy tonto. No ves que solo está jugando contigo. Quiere saber a dónde eres capaz de llegar. Te va a manipular—

Hizo un puchero y se tiró sobre las piernas de su amigo. Se acurrucó y dejó que le acariciara el cabello. No quería creer que aquel momento hermoso fuera solo un juego.

—No vayas a llorar Yeonjun—

—No voy... Yo...no... No voy a...—

Las lágrimas salieron de sus ojos y se escondió en las piernas de su amigo quien para calmarlo le hizo cosquillas.

—¡No! ¡Beom!—

—Deja de llorar—

Asintió y se reincorporó para acurrucarse en los brazos de su amigo. Era momento de saber por qué él le sonreía al celular.

—Cuéntame qué pasa—

—Es tú amigo, el joven Taehyun—

—Solo dile Tae—

—No. Él me pidió llamarle joven Taehyun—

—Qué raro... ¿Y qué sucede con él?—

—Yeonjun... ¿Le gustaré?—

—No lo sé, ¿Por qué lo dices?—

—Pues... Me manda flores, cartas, y me despierta con sus buenos días. También me manda mensaje de buenas noches. ¿Y cómo descubrió mi número? ¿Qué tanto le cuentas de mí? ¿Le diste mis horarios?—

—No lo he visto, Gyu. No ha estado trabajando. Y nunca le di tu número. Menos tu horario—

—¿Entonces por qué sabe cada cosa que hago?—

—Yo qué sé. Pero Tae es buena persona—

—Tú piensas que todo mundo es buena persona, pequeño Yeonjun—

Sonrió y volvió a acostarse en las piernas de su amigo. Al poco rato se quedó dormido. Beomgyu era como una manta calientita que siempre estaba para cuando se sentía mal o devastado. Así como también cuando ocurría algo emocionante o bueno. Estaba para todo.

[•••]

Buscó por todas partes. Pero no lo encontró. La biblioteca estaba vacía. En realidad así la sentía sin él. Sin Soobin.

Mi preciosa bola de arroz >>> soojun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora