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Una mano le tomó por sorpresa. Kai estaba sentado en la orilla de la cama con tan solo el bóxer y le acariciaba la mejilla.

-Buenos días, Baby Y-

Pestañeó en señal de respuesta. Y Kai no pudo más. Brincó sobre él y le tomó por la fuerza. Bajó su pantalón de pijama de un jalón y luego su bóxer.

-Niño, no seas tan rudo-

-Tú tienes la culpa- gruñó

No hizo mucho esfuerzo por soltarse, Kai era más fuerte y solo lograría lastimarse.

Vio el miembro erecto y giró la cabeza. Ni siquiera estaba preparado y seguro Kai se enterraría sin importarle. Quería llorar.

Un brusco movimiento lo giró y quedó boca abajo en la cama. De alguna manera sus muñecas quedaron atadas sobre su espalda y su trasero se alzaba expuesto.

-Solo quiero que seas mío-

Gritó cuando entró, había dolido mucho. Hundió la cara en la almohada para ocultar sus lágrimas y dejarlo seguir.

-Te pagaré esto, lo prometo-

Definitivamente Kai había despertado con el simple deseo de cogerlo, rápido y sin delicadeza, porque sentía que dentro de poco se correría.

Las embestidas lo atacaron sin compasión y en un momento sintió que sobre su piel se enterraban la mordida del otro.

Alzó la cabeza y forcejeó un poco. No podía permitir una marca en su cuerpo. Intentó quitarse de encima Kai, pero era más fuerte y más grande que él. Fue en vano.

Sintió que un líquido caliente le llenaba y en ese momento la rabia se apoderó de él. No contuvo sus lágrimas y cuando Kai salió forcejeó para liberar sus manos. Al final no pudo y simplemente se levantó de la cama hecho un desastre.

-¡Acabas de romper una de mis reglas!-

Corrió al espejo y vio la marca de sus dientes. Estaba muy molesto.

-¡Rompiste dos! ¡Siempre condón y no puedes marcarme!-

-No pude evitarlo. Quería ser el único. Quiero ser solo yo-

-¡No eres el único! ¡Nunca lo serás! ¡Y quítame esto de las manos!-

-Igual ya lo hice-

Caminó a él con una sonrisa estúpida y le quitó la corbata de las manos, por inercia le soltó una cachetada en la mejilla que poca marca le quedó.

-Solo te recuerdo que fui el primer en darte placer-

-¡Eres un idiota!-

Se acomodó la ropa y poco le importó que fuera su pijama. Salió de esa casa sin mirar atrás. Estaba destrozado. Se sentía más sucio que en cualquier otro encuentro y tan rápido llegó a su casa se metió al agua fría. Sin quitarse la ropa.

Lloró sin control hasta quedarse sin lágrimas. El agua le tranquilizó poco a poco y terminó por darse un baño caliente.

El tiempo voló y cuando se dio cuenta debía ir a trabajar. Tal vez eso le ayudaría a despejar su mente.

Estaba en el jardín que el restaurante tenía en la parte de atrás. Tenían su descanso y él solo quiso hablar con Taehyun. Debía contarle a alguien lo que sentía y ese alguien era su amigo.

-Pero... En realidad soy una puta. Me dejé llevar y le di lo que él quería porque en un momento se sintió bien. Le di algo que a nadie le había dado. Soy repugnante, se lo di a un cualquiera-

-Yeon, calma. No eres una puta. Solo experimentase por primera vez eso. No te hace una puta-

-Pero sí lo soy. No puedo negarlo-

-Mira Junnie, no hay ni una sola persona en este mundo tan santa como para en algún momento no dejarse llevar por la tentación-

-Sí la hay. Beomgyu es uno de ellos. Es fuerte y firme. No se deja llevar por nadie-

-¿Tú amigo el del bar?-

Asintió y balanceó las piernas en el aire. La banca en la que estaban sentados era alta y sus pies no llegaban al suelo.

-Habrá alguna tentación para él. Te lo demostraré-

-No creo, ¿cómo harás eso?-

-Yo mismo me encargaré. Así que no te sientas mal. Y mejor regresemos a trabajar. Y al rato te invito a cenar, ¿sí?-

Aplaudió y de un brinco se levantó de la banca para seguir con su trabajo. Ya quería que su turno terminara para pasar un buen tiempo platicando de cosas sin sentido con Taehyun y reír mucho. Así era siempre con él. Charlas divertidas y una compañía cálida.

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Mi preciosa bola de arroz >>> soojun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora