Parte 7

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Gisel.

Estaba caminando. Era extraño, no sabía en donde estaba, solo sé que caminaba por una calle desierta, las luces de las ventanas estaban prendidas pero no parecía que hubiera alguien en los edificios o tiendas del lugar.

Me encontré a una mujer, estaba de espalda y no la podía distinguir. Caminaba hacia ella preguntándome quién era pero no me atreví a a acercarme a más de un metro. Seguía detrás de ella, incapaz de atreverme a buscar su rostro, pero algo en ella me parecía conocido.

En dirección contraria de donde yo me encontraba se acercaba un hombre. Camisa blanca manga larga y unos pantalones de mezclilla. De estatura promedio, piel blanca, ojos azules cristal y cabellos castaño claros, casi llegando a rubio. Sus rasgos ovalados, mirada soñadora y muy amigable. Se detuvo exactamente frente a la mujer para luego quedar en una larga mirada.

¿Quiénes eran? Algo en mí quería saberlo

Acerqué mi mano para intentar girar a la mujer, pero alguien me tomó del brazo y antes de darme cuenta me giré estando en frente de alguien más.

mi cara cambió a desprecio al notar a Pitch frente a mí. Me libré de su agarre.

- ¿quieres saber la verdad, pequeña? - dijo. Yo solo di pasos hacia atrás lentamente aun mirándolo seriamente por si intentaba algo. - hay más en tu pasado de lo que crees... Y lo que creías que te hacía especial, terminará siendo tu peor miedo. -

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- ¡basta! - grité despertando en mi habitación con el corazón latiendo tan fuerte como las pisadas de los caballos, tanto que sentía los golpes en mi pecho.

Paseé mis manos por mi frente hasta entrar en mi cabellera y terminar peinándolo. Suspiré sintiendo alivio pero confundida de aquel sueño. Miré mis uñas y el azul celeste mostraba que pasé por una pesadilla.

*debo hablar con los guardianes*

- ¿jack? - llamé mientras me levantaba y me di cuenta que la cama estaba vacía. *típico, ya que no acostumbra dormir*

no me quedó de otra que cambiarme rápidamente, tomé mi bolso con los guantes, la llave y el cristal. Abrí la ventana y rogaba que nadie se diera cuenta que no estábamos.

salí volando por la ventana en busca del travieso espíritu que se supone que no debía alejarse.

Jack

Luego de haberme aburrido de estar dos semanas encerrado (además que una de ellas haciendo trabajo comunitario) decidí pasear por uno de los pueblos cercanos. Era media noche y las calles estaban desiertas pero por lo menos tenía un paisaje diferente el cual admirar.

Metí mi mano en el bolsillo de la sudadera y saqué el celular que me dió Norte. Jugué con él en mis manos. Mi semblante era serio, ya que un tema me recorría la mente una y otra vez, pero no tenía la voluntad para buscar respuestas a mis preguntas.

Había tanto en que pensar. Puede que me muestre despreocupado y divertido, incluso infantil y aparentar que no tomo las cosas en serio, pero en realidad algunas cosas me preocupan más de lo que deberían.

Narrador.

Una joven caminó por la misma azotea donde el albino se encontraba. Caminaba acercándose cada ves más. Al llegar junto a él solo se acomodó para admirar el paisaje.

- ¿Cómo me encontraste? - preguntó el albino mirando a la chica mientras se colocaba la capucha.

- sueles congelar cosas por diversión. - respondió la castaña sonriendo al chico ocultando su inquietud por el sueño. - ¿Qué haces aquí? -

el origen de los guardianes II: quien soy en realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora