Parte 23*

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Gisel

Caminaba tranquilamente mientras me acercaba al lago. Este estaba congelado, como solía estarlo debido a que aquí era invierno.

apenas mis pies tocaron el hielo este tomó color brillante, pero por mis emociones negativas cambiaron a uno cada vez mas sombrío con cada paso que daba hasta terminar en el centro del lago.

De repente sombras me rodearon haciendo que subiera mi guardia, pero no valía la pena. Poco a poco el rey de las pesadillas apareció frente a mí.

- siempre arriesgántote por los demás, tan predecible. - dijo este mientras todo mi alrededor se volvía negro, las sombras me rodearon y yo no hice resistencia. Era horrible estar tan cerca de esas cosas, pero se fueron para luego darme cuenta de que estaba bajo tierra.

Miré arriba y había una salida, era por un agujero donde se filtraba algo de luz, pero era tan poca que me dio a entender que me encontraba varios metros abajo, quizás kilómetros.

- ¿nueva guarida? - comenté tratando de localizar a Pitch.

- exacto. - pero el que me respondió no fue Pitch. Me giré y me encontré con el inmortal que se encargaba de ilusiones y mentiras.

- hola... Dar. - dije con rencor.

- vamos, si no te hubieras hecho la difícil., no hubiera tardado tanto en quitarte el cristal y el beso. - me dijo con su sonrisa fanfarrona. No sé como no me di cuenta de su actitud egocéntrica antes.

Yo en un intento de lastimarlo, le lancé una púa de cristal que creé, pero no llego a él, debido a que Ares apareció a tiempo.

- no te recomiendo que hagas eso, a menos que tus amigas luego sean quienes lo paguen. - y con esas palabras apareció Ana junto a Ares, el cual la sostenía por sus rubios cabellos, y a Lía de igual forma, ambas con las manos atadas.

- suéltenlos ahora. - le dije mirando a todos.

- lo siento querida. - dijo Pitch apareciendo cerca de mí. - pero ellos son la única razón para detenerte de usar tus poderes... Hija del Hombre de la Luna -

- ¿desde cuando lo sabes? - le pregunté dándome curiosidad cómo alguien que duró 1 año encerrado lo pudo descubrir.

- desde que comencé a absorber tu energía. - dijo mientras colocaba su mano en mi mentón para observarme mejor, pero yo con una inclinación de cabeza lo obligué a soltarme. - una simple humana no hubiera durado mucho, pero tu lado poderoso por parte de tu padre te mantenía con vida ¿no te pareció curioso que sobrevivieras a tantos enfrentamientos, heridas, dolores, caídas y golpes? Me hubiera gustado decírtelo, pero tenía que acabar con los guardianes primero. - me explicó. - bueno, basta de perder el tiempo. Le debes un beso a Loki. -

- ¿piensan que les daré tal privilegio así nada más? - dije cruzándome de manos sin una pizca de miedo por encontrarme justo en la boca del lobo, o posiblemente ya me encontraba en el estómago. - sé lo que quieren, y se lo daré cuando las estaciones estén en el Santuario de Madre Naturaleza, justo donde pertenecen. - saqué de mi bolsillo del pantalón una pequeña esfera, esta se hizo grande mágicamente. - tenemos un trato? -

- ¿Cómo confiaremos en ti? - dijo Loki acercándose a mí invadiendo mi espacio. - eres más traviesa de lo que aparentas, yo lo sé bien. - se cruzó de manos con superioridad.

- ¿quieres ser mas fuerte, verdad? - dije cruzándome de brazos para tomar la misma posición que él.

- no necesito tu permiso. - con eso sentí que todo se nubló, fui rodeada por las ilusiones de Loki. Su poder es el engaño, por tanto no me sorprende que lo quiera usar.

el origen de los guardianes II: quien soy en realidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora