C A P Í T U L O X V I I
El arduo trabajo me esperó si bien salí de la ducha. Con una toalla enredada en la cabeza, y el cabello todavía húmedo, miré el pequeño desorden en mi habitación que resultó ser una espinita en el interior, no me gustaba que se viera así. Luego de vestirme y arreglarme un poco casi a la velocidad de la luz, me puse manos a la obra limpiando de aquí allá, tarareando canciones imaginarias de mi propia autoría.Hubiera seguido con mi trabajo de no ser porque desde la primera planta se escuchó el timbre. Bufé sin quererlo al saber que tal vez eran visitas, no era que me molestara la compañía de terceros en mi casa, más bien no me gustaba que siempre era yo quien debía abrir la puerta. Casi podría jurar que pronto mamá me gritaría para que fuera yo quien atendiera el llamado.
—¡Jayden! —Y definitivamente lo hizo.
Su voz traspasó las paredes de mi habitación, retumbando hasta mi cabeza. «Siempre yo», dije para mis adentros.
—¡Mamá! —Grité de vuelta de la misma forma.
—¡Yo iré! —Anunció papá.
Mi padre siempre era mi héroe.
Me dediqué a seguir con mi trabajo sin prestar más atención al visitante misterioso o los regaños de mamá, en verdad necesitaba recoger más seguido.
Observé el lapicero que reposaba en mi escritorio, cubierto de una fina capa de polvo que casi me provocó un tic. Sin pensarlo dos veces, dejé lo que estaba haciendo para encargarme de eso primero. Le pasé el trapo húmedo por todos los pequeños orificios que servían de adorno, y cuando estuvo listo, me giré para poder ponerlo en un lugar seguro donde no se callera. Un vistazo de reojo hacia la puerta arruinó todo, o lo mejoró, tal vez. Abrí los ojos con asombro, la respiración se me detuvo unos segundos y las manos me temblaron tanto al verlo en la entrada, que solté el lapicero sin querer. El material se estrelló contra el suelo, haciéndose añicos.
—Chris... —musité en un trance.
La sonrisa que tenía plantado en su bonito rostro sonrosado, se borró de manera inmediata para darle paso a una expresión de preocupación.
—¿Estás bien? —Se introdujo en mi habitación para acercarse a mí.
—S-sí —balbuceé arrodillándome en el piso para recoger mi desastre y que sirviera como distracción hasta que pudiera hacerme a la idea de que él estaba ahí.
Uno frente al otro, nuestros movimientos se coordinaron al intentar colocarnos de cuclillas a la vez para poder recoger el yeso roto, y lo siguiente que sentí, fue un fuerte dolor en la frente y un pequeño mareo cuando nuestras frentes chocaron por accidente haciéndonos retroceder mientras soltábamos una risa algo tonta y confundida por el impacto.
—Lo siento, lo siento —repitió una y otra vez, acercándose a mí para sobar mi frente con los ojos cerrados para soportar su dolor. Me reí tímidamente e imité su actuar como si en verdad eso fuera a funcionar—. ¿Te encuentras bien?
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Entre máscaras y corazones rotos || Chris Evans (En Edición)
FanfictionJayden Mills no había tenido una vida fácil, su rutina estaba llena de visitas al médico y constantes chequeos. Ella sabía que nada era fácil, pero todo cambia cuando un hombre de cabellos claros, ojos azules y sonrisa resplandeciente llega a su la...