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C A P Í T U L O X I V

La discusión que había tenido con Chris hacía días, me dejó un gran dolor, sus palabras me destrozaron el alma, a tal punto que llegué a cuestionarme si es que ser su fanática era lo correcto

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La discusión que había tenido con Chris hacía días, me dejó un gran dolor, sus palabras me destrozaron el alma, a tal punto que llegué a cuestionarme si es que ser su fanática era lo correcto. Con todo el ajetreo que estaba pasando, temía que mi corazón no pudiera soportar tanto después de los múltiples ataques cardíacos a causa de toda la presión que conocer a Evans traía. Fue ahí, cuando mis padres me hicieron ver que no podía seguir siendo su amiga, por supuesto que ser su fan no iba a terminarse, pero, por el bien de mi salud, ya no era correcto estar cerca de él. Siempre que estaba con Chris, todo se complicaba aún más y en algunas ocasiones no podía soportarlo.

Las dos largas semanas que no miré al rubio se convirtieron en una eternidad, nuestros caminos se toparon sólo una vez en la cafetería a la que visitamos por primera vez, pero no resultó de la mejor manera, peleamos y todo terminó mal.

No fueron las mejores semanas de mi vida, las críticas, los malos comentarios y las preguntas de los reporteros aún seguían, nada se había terminado, todo se había complicado más, sin embargo algo mejoró cuando nos volvimos a ver. Cuando lo miré, los nervios y esa gran emoción regresó, no negaré que sentía furia al recordar lo que me había dicho, pero al escuchar su voz con tanta súplica y tristeza, me hizo creer que no podía rechazarlo una vez más, aunque esta vez, nada sería como antes, pero aun así acepté hablar con él. La terquedad de Evans, me hacía imaginar cosas que jamás pasarían, y con ello, me entraba la gran duda de saber que le ocurría.

Chris me dejó en casa y al entrar, mis padres ya me estaban esperando.

-¿Por qué tardaste tanto, Jay-Jay? -Papá habló desde la cocina.

Su pregunta me hizo ponerme tensa. Estaba nerviosa, ya habíamos quedado en algo que era por mi bien, como ellos decían, y yo había roto esa promesa. ¿Cómo podría mirarlos directamente a los ojos? Una parte de mí, sentía que les había fallado.

Cada paso que di, me pareció una tortura. Dudé antes de entrar, pero al final de cuentas, no podía quedarme parada en el umbral toda mi vida evitando las consecuencias y posibles regaños de mis padres.

Me acerqué y me senté a un lado de ellos mientras suspiraba profundamente bajando el rostro.

-Salí con Chris -jugueteé con mis manos sin atreverme a mirarlos.

Mamá soltó un chillido de sorpresa, y papá sólo se quedó en silencio.

Si bien esperaba algún regaño por ello, la mitad de mí se esmeraba en creer que recibiría apoyo de su parte como siempre, así que, sus reacciones, habían sido todo un misterio hasta entonces. Basándome en el gritito de mi madre, parecía que no responderían de una buena manera.

-Pequeña, ¿qué fue lo que acordamos? -Mi padre fue el único en decir algo después de largos e incomodos segundos de absoluto silencio.

-Lo sé, lo sé, y en verdad lo siento.

Entre máscaras  y corazones  rotos || Chris Evans (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora