S E G U N D A P A R T E
Un solo segundo bastó para que las miles de emociones retenidas se liberaran en una efusiva mezcla y explosión de miles de colores que destellaron en mis ojos. Un tiempo tan pequeño como una milésima de segundo, terminó convirtiéndose para mí en la más bonita de las eternidades. Nuestros labios se separaron ante la impresión, pero yo todavía podía sentir su calor y el delicioso sabor. Mi corazón bombeó creando un eco en todo mi cuerpo que llegó hasta mi cerebro, donde mi vista se abrió por primera vez, dándome cuenta de lo que Mills era en realidad.
Nuestros ojos se encontraron, fusionando el color del cielo y la tierra, haciéndome sentir un escalofrío. Terror y asombro fue lo que sus bonitos y brillantes iris reflejaron ante nuestra cercanía, de modo que nuestras espiraciones entrecortadas se mezclaban cada tanto. Quise acercarme de nuevo, volver a saborear sus labios con mayor fuerza y tiempo, pudiendo detonar por completo lo que probablemente ambos guardábamos desde hacía ya demasiado, pero su cuerpo pegado al mío comenzó a temblar ligeramente, asustándome y trayéndome de vuelta a la realidad. Fue entonces cuando me alejé de ella rápidamente para no hacerla sentir incómoda.
Me sentí estúpido.
Sus mejillas se tiñeron en un vivo rojizo que a mí me encantó, a la par que desviaba sus orbes de los míos, tratando de ocultar su reacción.
—Lle-llevaré esto al...—sujetó con fuerza el pastel y caminó con rapidez hacia el comedor huyendo del pequeño episodio.
Me quedé de pie en el mismo sitio mirándola marcharse. La imagen del pequeño beso se repetía una y otra vez en mi cabeza, en un bucle que no quería que se terminara. Con el corazón latiendo desbocado, me recargué sobre la barra cruzándome de brazos, respirando profundo para tranquilizarme antes de verla nuevamente. Necesitaba controlarme, y tratar de olvidarlo aunque me hubiese gustado demasiado, todo para no confundirme más, o peor aún, confundirla a ella.
Esperé algunos segundos más. Tenía miedo de averiguar cómo es que reaccionaría Jayden al sentarme a un lado de ella. La idea de un nuevo y posible rechazo, me dolió. Tomé una gran bocanada de aire antes de encaminarme hacia la habitación con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. El trayecto me pareció sumamente largo, con forme más me acercaba, más podía escuchar los gritos de reclamos de Jayden, pero no había sido solo culpa mía, o eso creía. Si teníamos que culpar a alguien de nuestro pequeño, bonito y confuso incidente, sería a sus primos, o en dado caso a los padres de ellos por no enseñarles que no debía correrse en la cocina. La verdad, no lo sabía, y de nada me servía darle mil vueltas al asunto si nada borraría lo que acababa de suceder.
Pasé saliva sonoramente al entrar, pues al mirarla los nervios se apoderaron de mi cuerpo por completo. Ella lucía muy intranquila también, por lo que me cuestioné si quedarme sería una buena idea, pero era su graduación, tenía que estar a su lado para apoyarla. Seguí el paso y mi pulso comenzó a acelerarse cuando me senté, la tenía tan cerca que era imposible calmarme.
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Entre máscaras y corazones rotos || Chris Evans (En Edición)
FanficJayden Mills no había tenido una vida fácil, su rutina estaba llena de visitas al médico y constantes chequeos. Ella sabía que nada era fácil, pero todo cambia cuando un hombre de cabellos claros, ojos azules y sonrisa resplandeciente llega a su la...