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                     C A P I T U L O  V

Me encontraba recostada en la sala, mamá estaba en la pequeña cocina y papá miraba la televisión

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Me encontraba recostada en la sala, mamá estaba en la pequeña cocina y papá miraba la televisión. Tomé mi teléfono, me dirigí a la galería y comencé a observar las fotografías que le había tomado al rubio; recordé cada momento que había sucedido el día anterior. Cerré los ojos y rememoré el aroma de aquel hombre de orbes azules resultándome imposible evitar sonreír; cada pequeño instante que había estado con él era como un hermoso y perfecto sueño. Aún no creía que había pasado parte de la noche al lado del hombre que lo era todo para mí; al recordarlo un escalofrío me recorrió de la coronilla a la punta de los pies; mis sentimientos estaban encontrados, quería llorar, pero también estaba feliz, sin embargo, mis lágrimas no se compadecieron de esa gran felicidad que tenía y comencé a llorar. Con la vista nublada por las gotas saladas, miré sus fotografías, quedándome así, con el celular por varios minutos.

—¡Jayden! —Me llamó—. ¿Crees que esté bien, Harrison?

Yo no había notado que me estaba hablando, ni siquiera me había percatado que se encontraba a un lado mío.

—Jay—Jay. —Esta vez fue papá.

—¡Jayden! —Gritó mamá moviendo con brusquedad mi brazo derecho.

Reaccioné y grité del susto. Dejé caer mi teléfono al piso.

—¿Qué pasa? —Levanté mi celular.

—¿Estás bien, cariño? —La preocupación fue notoria en la voz de mi padre.

—Sí, estoy bien, ¿por qué? — Pregunté y levanté mi ceja izquierda.

—Es que parecía que estabas en shock —siguió mamá.

—Lo siento, es que estaba...—quedé a mitad de la oración cuando la voz gruesa de papá me interrumpió.

—Lo sabemos, pequeña. Acabamos de darnos cuenta que estabas mirando —se burló dando unas pequeñas palmadas en mi hombro y soltó una pequeña risa.

—Dejemos este tema a un lado y vamos a comer. —Ordenó mamá.

Papá me ayudó a levantarme del sillón, caminamos hacia la cocina y llevamos los platos hacia la sala. La habitación no era tan grande así que no tenía una mesa para poder comer. Acomodamos todo y mientras que tomábamos algunos bocados mirábamos la televisión.

Ese día Chris tendría una entrevista, estaba ansiosa por mirarla y saber qué le había parecido la premier del día anterior. Pasaron unos cuantos comerciales y después una reportera se encontraba enfrente del televisor. Su cabello rubio brillaba con los reflectores amarillentos, su piel era blanca y no había ninguna mancha sobre su perfecto rostro, su blusa blanca estaba planchada a la perfección así como su falta de tubo, y sus hebras claras se encontraban sueltas dándole un look más atrevido.

Entre máscaras  y corazones  rotos || Chris Evans (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora