Completa confusión

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-¿Se encuentra bien?-. Se notaba bastante perplejo, y comencé a preocuparme por su actitud.

-Me tengo que ir, te veo después-. Y literalmente salió corriendo. Me quedé ahí, en plena acera intentando armar las piezas para comprender lo que acababa de ocurrir.

Realmente no parecía dolido, más bien como si un balde de agua helada hubiera caído sobre él, un golpe de realidad. Me sentí un poco culpable, tal vez no había realizado una buena elección de palabras y arruiné algo.

Miré un poco mis manos, la sensación que percibí al tocar las suyas fue bastante lindo, eran un poco suaves y basante fuertes, pero al mismo tiempo  tiernas. Entró en mí una necesidad de llorar muy repentina, el hueco dentro de mi pecho sufría muchos cambios al estar con él.

El complejo de emociones provocó unas pequeñas nauseas, corri a casa antes de que ocurriera un accidente. Una vez ahí entré al baño y tomé una ducha, durante estos momentos comencé a plantearme ¿a qué se refería Sen con que sus emociones se "percibían sinceras"?

¿De qué emociones hablaba ella? La única vez que estuvo presente fue cuando él y yo pasamos la tarde en el café...

Y ahí fue, sentí un pequeño cosquilleo en el pecho.

Salí corriendo de la ducha y me vestí con mi pijama, una vez lista salí al pequeño balcón, admiré la vista, había luna llena. La miré un rato, ahora algo consciente de la situación en la que me encontraba, tenía mis sospechas y necesitaba respuestas al respecto.

Pero, en caso de que fuera cierto ¿yo correspondo esa emoción? Esos sentimientos también se encuentran en mí. La luna, tan bella como siempre me hacia compañía, yo le imploraba respuestas con tal de poder quitar esa sensación de mi ser.

Al día siguiente de ese extraño encuentro fui a detención, como tenía previsto Aizawa no asistió, en esta ocasión no me retiré, con paciencia agudice mis sentidos y me pude percatar que él siempre estuvo presente, sólo que no entraba en ningún momento.

Durante la detención Sen se contactó conmigo para decirme acerca de una fiesta que organizaría debido a que mañana era el cumpleaños de nuestra jefa y me pidió que llegara un poco más temprano. Estaba a punto de confirmar cuando recordé que mañana todavía estaba castigada, eso realmente me enfureció.

Estaba dispuesta a hablar con él, así que pasé mi tiempo restante en el salón y cuando se cumplieron las dos horas de penalización me retiré. Ya en el trabajo le conté a Sen la situación en la que me encontraba y la razón de mi ausencia mañana.

-No te molestes, supongo que tiene sus razones para aplicarte esa detención-.

-¡No! Literalmente no la hay, el primer día fue sólo porque estaba cantando, tal vez si salí antes del salón, pero él no estaba ahí para impedirlo. Además ¿dos días de detención más sólo por eso? De verdad que ése hombre exagera-. Estaba realmente furiosa, no podía tolerar que me tratara así.

-Con todo y tu molestia percibo algo diferente en ti. ¿Sucedió algo más estos dos días?-. Olvidé por completo que el quirk de Sen era que, por medio de los latidos de alguien, ella podía definir las emociones de esa persona. Aveces podía llegar a ser algo incómodo.

-No, no pasó nada, y no tienes permiso de preguntar porque de igual manera no te diré-. Me fui a la parte de atrás para limpiar las máquinas y estar sola un momento.

Al día siguiente repetí la rutina de los últimos dos días, pero para mi sorpresa Aizawa se encontraba en el aula esta vez. Estaba cómodamente sentado en el escritorio, era extraño ya que no tenía su característica bolsa de dormir amarilla.

Yo tomé asiento, no le dirigí la palabra y me dediqué a mirar al suelo. Estaba bastante molesta por sus actitudes tan extrañas e injustas.

-Y bueno, ¿qué tal va tu recuperación?-. Preguntó desde el mismo lugar, yo me limité a ignorarlo, no tenía ninguna razón para responder a sus preguntas.

-Mmmm bueno ¿has mejorado algo de tu quirk?-. Su voz fue un poco más dura, como si comenzara a molestarse.

Yo sólo giré mi cabeza y miré la ventana. Un ruido y una sensación extraña hizo que volteara, en cuestión de segundos él estaba muy cerca de mi, sus manos se posaban sobre la mesa de trabajo donde estaba sentada.

Tomó mi barbilla y me obligó a mirarlo, en sus ojos se reflejaba una emoción confusa.

- Contestame cuando te haga una pregunta-. Su voz era completamente grave, inundada de una seriedad y mezcla de sentimientos que no pude descifrar. Mi rostro estaba muy cerca del suyo, podía percibir su respiración, sentí un escalofrío correr por toda mi columna.

Mi corazón se aceleró, mis nervios aumentaron a un nivel que no pude controlar, podía percibir cada detalle de él, estaba estupefacta por la escena.

Abrí mi boca en un intento por responder, pero en ese momento hice algo de lo que probablemente me arrepentiría después. Quería hacerlo, por alguna razón mi mente se desconectó y mi cuerpo actuó solo, como un instinto primitivo tan ridículo pero siempre presente e inevitable.

Tomé la camisa negra de su traje, era bastante suave, lo suficientemente cómoda como para pelear y dormir en cualquier lugar. Acerqué su rostro al mío, cerré los ojos y junté nuestros labios.

Fueron ¿minutos? ¿Segundos? No pude decir con exactitud cuánto duró ese acto, pero no fue nada malo para mí. Mi corazón poco a poco se calmó, al relajarme por completo me separé de él.

"Vaya mierda acabas de hacer" dijo una pequeña voz en mi cabeza, y ella tenía toda la razón. Al abrir los ojos el hombre frente a mi estaba patidifuso, expresaba completa sorpresa ante la situación previa.

Acto seguido salió rápidamente del salón, sin decir una palabra, simplemente me dejó ahí, considerando las repercusiones que esto tendría en mi futuro.

Pensar nunca fue una opción [Shota Aizawa X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora