Pensar

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El contacto fue completamente sorpresivo, lleno de nuevas sensaciones, se podía percibir las emociones de la persona frente a mi simplemente con ese gesto.

Mis manos eran testigos de lo rápido que latía el corazón del peli negro, como el de un pequeño ratón estaba a mil por hora, y el mío no se quedaba atrás. Sentí como poco a poco el aire dejaba mis pulmones, quería seguir pero éstos exigían oxígeno.

Me separé lentamente y abrí los ojos con cuidado, ni siquiera recordaba en qué momento los había cerrado. El azabache jadeaba intentando recuperar el aire, su rostro completamente rojizo debido a la situación y sus manos todavía en mi espalda.

Alzó la mirada y tenía algo especial, un brillo que, hace unos minutos, no se encontraba allí. La comisura de mi boca empezó a formar una sonrisa, con cuidado liberé mi mano derecha y acaricie su mejilla con cuidado. Su piel era suave, a excepción de la textura de su barba, pasé mi pulgar lentamente una y otra vez.

El cerró los ojos y se apoyó en ella, colocó su mano encima y la acarició un poco.

-Lamento lo que provoqué, no era mi intención- Dijo abriendo los ojos, pero su vista estaba fija en el suelo.

-Pero creo que, mi corazón también estaba atado a ti.- Levantó su vista y nuestros ojos se cruzaron por un buen rato.

-Eso realmente es un problema ¿lo sabes?-. Comentó de manera algo seria, estaba consciente de ese hecho, pero mi corazón no.

-Lo sé, entiendo que soy un problema-. Bajé mi cabeza en representación de mi poca voluntad para contener mis emociones, era realmente débil.

-Si, un gran problema, pero no uno que me desagrade-. Sonrió de manera juguetona, mi reacción fue sacar una risita nerviosa. Después de ese momento tan personal regresé un poco a la realidad.

Me separé de él y miré en mi teléfono, eran las 4:10, realmente el tiempo pasó rápido pero yo lo sentí como si fueran horas.

-Creo que es hora que me vaya. En cuanto a todo esto ¿qué haremos ahora? -. Era una excelente pregunta, y creo que tuvo que pensar mucho la respuesta.

-Si te soy honesto no tengo idea, es algo difícil de manejar-. Contestó de manera tranquila, de todas formas ya no me importaba nada, ahora estaba segura de sus sentimientos y eso me bastaba para estar tranquila. 

Después de esto tome mis cosas y me dispuse a salir del gimnasio, pero antes de esto me dirigí hacia Aizawa y le di un beso en la mejilla. Su respuesta fue un rápido beso en los labios y una tierna sonrisa, seguido de un ligero sonrojo de su parte. Me hizo sentir muy feliz aquel momento. 

Al llegar a trabajar Sen automáticamente detectó algo en mi, el interrogatorio comenzó casi de inmediato. 

-¿¿Que pasó?? Dime, no me dejes con la duda, te noto muy tranquila y feliz-. Me sonroje al escuhar esas palabras. 

Le conté con tranquilidad la situación, no había ya necesidad de ocultarle algo, de todas maneras ella lo descubriría en algún momento.

-Realmente no sé que sucederá ahora, no tengo idea de qué hacer en estos casos-.

-¿Por qué no salen a algún lado? Como una especie de cita-. Vaya, nunca había salido con alguien antes, por alguna razón me ponía muy nerviosa la idea.

-No creo que sea muy conveniente, si alguien nos ve puede convertirse en una situación más complicada de lo que ya es-. Al final yo era menor, faltaban unos años para que esto no fuera una situación que implique a la policía.

-¿Y qué tal si lo invitas a tu casa? I mean, ahí nadie los puede molestar y si alguien pregunta puedes decir que te ayudó con algo de la escuela-. Me parecía curioso, Sen aveces me recordaba a Present Mic, combinando el Inglés.

No era mala idea, podría preparar algo de comer (con ayuda de Sen, ya que yo soy pésima cocinera) y pasar un momento agradable.

-Ya que lo pienso eso no suena tan mal, ¿te parece si este viernes me ayudas a prepararle una cena? Aunque no tengo idea de qué cosas le gustan además del café negro y los gatos-.

-Bueno chica para eso son las citas, para conocer a la otra persona. No es por entusiasmarte pero, hacen una pareja muy linda, es decir los dos son muy reservados y siempre tienen cara de no dormir nunca-. Le lancé un paño mojado a la cara en respuesta a ese comentario, ella sólo se rió.

El resto de la semana la pasé bastante tranquila, retomamos los entrenamientos después de la escuela y tengo que admitir que me encantaban, ¿o me encantaba él? Bueno, la verdad no sé.

Nuestra relación se desarrolló muy peculiar, pero no me incomodaba en absoluto, Aizawa tomó bastante confianza en unos pocos días. Uno de estos me animé a invitarlo a la cita del viernes, él aceptó gustoso.

Llegó el día de la cena, preparé una pasta que, bueno olvidé el nombre, pero estaba deliciosa. Sen fue un amor de persona, además de esto dejó una caja de chocolates que dijo eran "especiales". Yo no tenía idea de lo que se refería, aveces esa chica podía llegar a ser muy rara.

Tocaron el timbre a las 8:30, claramente llegando tarde como siempre, yo le había dicho 8:00pm en punto, pero su impuntualidad era una característica ya de él.

Con cuidado abrí la puerta, revelando ante mi a un Aizawa con una camisa de vestir Blanca abontonada y una corbata negra, llevaba pantalón de vestir y unos zapatos sorprendentemente pulcros. Yo simplemente portaba un vestido negro corto con mangas y un escote de corazón. 

Llevaba su cabello atado y eso hacía relucir aún más sus facciones, su barba, sus ojos, su mentón, sus labios, todo iluminado por la luz amarilla, lo hacía ver estupendo.

-¿Nos quedaremos aquí toda la noche? No me molestaría comer en el pasillo pero tengo que admitir que no es lo mío-. El color subió a mis mejillas, aveces me perdía muy fácilmente en ese hombre.

-¡Lo siento! Es que se ve muy guapo hoy-. Hice un gesto invitándolo a pasar.

-No necesitas seguir con las formalidades, incluso llámame Shota-. Tenia razón, debido a las circunstancias seria muy raro seguir dirigiéndome a él de esa manera.

Después de esto él tomó asiento en la mesa, ya estaba todo preparado. La comida fue muy satisfactoria, me sentía como nunca, como si mi casa finalmente fuera un hogar.
No tenía idea de que él tenía un sentido del humor muy bueno, me hacía reír cada 5 minutos, y al parecer mis anécdotas no se quedaban atrás.

Después de esto fuimos a la sala de estar, estuvimos hablando un rato.

-¡Oh! Howl, mi pequeño ¿en dónde estabas?-. Lo tomé entre mis brazos y lo coloqué en el sofá entre Shouta y yo.

-Asi que Howl eh? ¡Eres un pequeño muy lindo!-. Lo tomó y comenzó a acariciar su cabeza, el minino ronroneo como respuesta al cariño.

-¿Tienes gatos no? ¿Cómo se llaman?-.
Recordé el día que lo vi en la tienda de mascotas, es irónico, jamas pensé que conocería a Howl en esta situación.

-Tengo una gata blanca, su nombre es Sophie. Es realmente linda, tal vez algún día te invite a casa para que la conozcas-. Dejó a Howl en el suelo y se dirigió hacia mi.

Colocó su mano en mi rostro y comenzó a acariciar. Su mirada era muy confortable, demostraba algo muy puro. Suspiró profundamente y comenzó a hablar.

-Tengo algo que confesarte. Creo que sabes que yo no soy un tipo muy amigable, es por eso que en cuanto a relaciones no hay mucho que decir.- Mi cuerpo se tensó, me intrigaba mucho lo que tenía que decir.

-Los días que te castigue no entré al salón porque estaba oprimiendo mis emociones, no me imagino lo que hubiera sucedido si no me hubiera controlado-. Mi rostro se enrojecio muchísimo, mis puños apretaban la tela del vestido, mi corazón empezó a correr.

-Entonces tu... ¿ya sentías algo desde ese momento?-.

-Digamos que sí, jaja supongo que antes intentaba pensar con claridad. Pero debido a todo esto supongo que... pensar nunca fue una opción ¿sabes?-. Se acercó a mi y nuestros labios se juntaron de nuevo, esa dulce sensación fue correspondida de mi parte.

Sus manos eran delicadas, una de ellas acariciaba mi pierna y la otra sujetaba de manera tierna mi cabello. Mi corazón pedia más de aquel hombre, y estaba dispues a obtenerlo.

Pensar nunca fue una opción [Shota Aizawa X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora