Historias MinaKushi || Naruto Shippuden

42. Estrella fugaz

Sumario: Kushina prepara una pequeña sorpresa para Minato, ya que es su cumpleaños.
Tipo: One-shot
Clasificación: Apta para todos

Dos shinobis de Konoha avanzaban rápidamente entre los bosques espesos de la Tierra del Fuego, sin darse descanso alguno desde hace algunas horas. La mujer de cabello rojo se detuvo sobre una rama de un árbol verdaderamente grande, algo jadeante; su compañero sintió que la muchacha ya no continuaba su carrera y paró para verla muchos metros más atrás de él.

—¡Ya no avanzaré más, estoy exhausta!— advirtió ella, apoyada en el tronco y tomando asiento en el lugar.

Minato regresó hasta el árbol donde su amiga se encontraba para ayudarle un poco.

—Perdón, quería llegar a Konoha hoy— le respondió, tomándola de la cintura y bajándola de las ramas, tocando el suelo de nuevo.

Kushina frunció el ceño, sacando un pequeño reloj de uno de los bolsillos de su chaleco jōnin. '11:45' era la hora que arrojaba el aparato.

—Faltan solo 15 minutos para que acabe el día, no voy a correr como una desquiciada cuando tenemos plazo para llegar a la aldea aún— le contradijo, Minato solo asintió y desvió la mirada.

¿Kushina no se acordaba de qué día era mañana?

Debía admitir que esa idea le dolía, ella era la persona más cercana a él; y la más importante también. Dio un respingo y tiró despreocupadamente su maleta al pasto verde que se mecía por el viento ligero que corría. Kushina lo miró extrañada, encogiéndose de hombros e imitando al rubio.

Ella se arrodilló y sacó un par de mantas que estaban guardadas en su mochila de misiones, extendiéndolas sobre el césped y sentándose sobre la suya propia, esperándole a que hiciera lo mismo. A pesar de sentirse algo apenado, Minato hizo exactamente lo que ella esperaba.

—Mmm, recién me doy cuenta de que hoy el cielo luce muy hermoso— le comentó sin importancia al chico.

Él dirigió su mirada hacia el lugar. Era cierto, el manto azul oscuro se encontraba cubierto por millones de estrellas de diferentes tamaños, y la Luna brillaba en su máximo esplendor, redonda y bonita; Kushina no podía tener una mejor suerte.

—Es verdad— confirmó sin poder ocultar su pequeña duda impregnada en su voz. Uzumaki se percató de su actitud y se acercó a él con algo de cautela.

—¿Sucede algo, Minato?

El aludido negó, sin despegar su mirada celeste del cielo. Kushina hizo un puchero, volviendo a mirar el cielo al igual que él. Inesperadamente, una estrella fugaz pasó rápidamente por ahí.

—¡Pide un deseo!— lo animó, mientras ella cerraba sus ojos violetas y juntaba sus manos en una súplica. Antes de comenzar a decir lo que quería, lo vio de reojo; él estaba quieto, solo observándola.— ¡No seas tonto, lo perderás!

Solo por eso, él hizo caso. La pelirroja susurró casi inaudible: "Que todo me salga bien, al menos hoy".

Minato oyó aquello, aunque no entendió el significado. Él cerró sus ojos, sin juntar sus manos como ella, pero pidiendo un deseo que Kushina intentaba escuchar al evitar hacer algún sonido. Y lo único que quería era simple:

"Que Kushina no sufra nunca más en su vida. Solo quiero que sea feliz y nada más".

Kushina oyó emocionada aquello. Volvió a mirar el reloj, que ahora le daba la hora que ella había estado esperando desde que inició el día: '12:00, 25 de enero'.

Era el cumpleaños de Minato al fin.

Antes de que él abriera los ojos nuevamente, ella los cubrió con sus manos y se acercó aún más, rozando sus labios y, al fin, juntándolos. La sorpresa no tardó en inundar al joven, quien quitó las manos de su campo de visión y acarició la mejilla de la chica.

No fue un beso muy largo, duró lo que ambos necesitaban para caer en cuenta que estaba sucediendo lo que los dos habían deseado desde hace mucho. Cuando ella se alejó, vio los ojos brillosos del chico.

—Feliz cumpleaños, Minato— murmuró con alegría. Namikaze le agradeció con un beso en la frente.— No tienes que pedir por mi felicidad, solo hay una forma para que yo sea dichosa y es quedándome a tu lado para hacerte feliz.

El rubio la abrazó mientras ella se acurrucaba en su pecho.

—Quédate conmigo entonces. Lo único que necesito para que yo sea feliz, es tenerte a ti feliz.

Holaaa, ay. Ya sé que el cumpleaños de mi amorcito Minato pasó, pero no subí nada porque el 25 de enero también es mi cumpleaños y no tuve tiempo, el 26 me dio flojera y hoy recién estoy escribiendo este one-shot que se me ocurrió viendo la Luna y justo encontré un fanart bonito, lo dejo en el multimedia. Besitos, cuídense mucho, lxs quiero❤️