El día de las pasantías finalmente había llegado, y la emoción en el aire era palpable. Cada uno de nosotros tenía un destino diferente, un lugar donde aprenderíamos de héroes profesionales y creceríamos como héroes en formación. Aizawa-sensei se encargó de darnos las últimas indicaciones antes de que nos marcháramos.
— ¿Todos tienen sus trajes? —preguntó, con su tono habitual de calma—. Recuerden, no pueden usarlos en público a menos que estén autorizados. No los pierdan.
— ¡Sí! —exclamó Mina, entusiasta como siempre, aunque Aizawa-sensei la corrigió rápidamente.
— Asegúrense de cuidar sus modales con los héroes en sus pasantías —nos recordó, y todos asentimos con seriedad. Sabíamos lo importante que sería esta semana.
Me giré en busca de Katsuki, y lo vi a unos metros de distancia, con su habitual expresión seria. Me acerqué a él, con una sonrisa en los labios.
— Nos veremos dentro de una semana, Kacchan —le dije, mirándolo con una mezcla de emoción y ternura.
Katsuki mantuvo su semblante neutral, pero sus ojos me decían algo más.
— Sí, nos vemos, Ami —respondió, su tono mucho más suave de lo que solía ser. Me acerqué y dejé un beso en su mejilla. Katsuki sonrió de lado, un gesto raro pero reconfortante, antes de girarse para marcharse hacia su propia pasantía.
Después de despedirme de Katsuki, busqué a mi hermano, Izuku, que estaba terminando de despedirse de Uraraka. Sabía que su pasantía también lo emocionaba, aunque no dejaba de preocuparme por él, como siempre.
— ¡Nii-san! —lo llamé mientras me acercaba. Izuku se giró y me sonrió al verme.
— ¡Ami! —respondió con esa sonrisa cálida que siempre tenía para mí—. ¡Suerte con Ryukyu! Cuéntame todo sobre ella, ¿sí?
— ¡Claro, Nii-san! —dije, sonriendo—. Pero cuídate tú también, ¿sí? Quiero que me llames o me escribas cuando llegues a la agencia.
Izuku se rascó la nuca, algo avergonzado por la forma en que siempre me adelantaba en preocuparme por él.
— Debería ser yo quien te dijera eso... ya sabes, cumpliendo mi papel de hermano mayor —dijo, sonriendo tímidamente.
— Hahaha, siempre me adelanto —respondí riendo, antes de abrazarlo—. Cuídate, por favor. Ya me voy. Nos vemos en una semana.
Nos separamos, y mientras me alejaba de él, no pude evitar mirarlo una vez más. Izuku estaba creciendo como héroe, y aunque lo veía volverse más fuerte, no podía evitar preocuparme por su seguridad.
(...)
El día había llegado, y yo me encontraba caminando por la ciudad con una hoja en mis manos, en la que estaba escrita la dirección de la agencia de Ryukyu. A pesar de lo que significaba para mi futuro como heroína, no podía evitar sentir una mezcla de nervios y emoción. Esta sería mi primera pasantía seria, y aunque había escuchado muchas cosas increíbles sobre la heroína dragón, no estaba segura de qué esperar.
Finalmente, llegué a la gran sede de su agencia. Respiré hondo, llenando mis pulmones de aire, y solté el aliento lentamente para calmar mis nervios. Justo cuando me preparaba para entrar, una voz fuerte y cálida me llamó desde la puerta.
— ¡Midoriya, bienvenida! —era Ryukyu, una imponente figura con su cabello dorado y una sonrisa amable que me hizo sentir de inmediato en confianza.
— Gracias, Ryukyu-san —respondí, haciendo una pequeña reverencia.
Ella me observó con una mezcla de curiosidad y amabilidad.
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I'll protect you // Boku no Hero academia // (Bakugō y Tu)
FanfictionEsta es mi historia, y de cómo me enamoré de cierto rubio explosivo, ciertamente el camino fue difícil para que ese estupido orgulloso se diera cuenta de lo que sentía. Así que, empecemos por el día en que nos conocimos.