I'll protect you // Boku no Hero academia // (Bakugō y Tu)

Capitulo 29 - Desaparición en la oscuridad

Llevábamos ya tres días en el campamento, y cada día parecía más intenso que el anterior. Estábamos agotados por el entrenamiento constante para mejorar nuestras particularidades, pero era emocionante ver cuánto habíamos avanzado en tan poco tiempo. Mi habilidad con el plasma había mejorado significativamente, pero aún había mucho que aprender. Las horas de entrenamiento eran brutales, y más de una vez había sentido que me desmayaría de agotamiento. Sin embargo, seguía empujándome más allá de mis límites, sabiendo que algún día ese esfuerzo daría frutos.

Hoy, sin embargo, nos esperaba algo diferente: una prueba de valor en el bosque junto a la clase B.

— Ya llenamos el estómago y lavamos los platos, —dijo Pixie-Bob mientras sonreía entusiasmada—. Ahora es hora de la prueba de valor!

— ¡La prueba! —gritaron algunos de mis compañeros, como Mina, Kaminari y Sero, claramente emocionados por el desafío.

— Antes de eso, siento decir que... los de las clases extra vendrán conmigo ahora, —dijo Aizawa-sensei, haciendo que algunos de mis compañeros se lamentaran.

— ¡No puede ser! —exclamó Mina mientras Aizawa la envolvía con sus cintas para llevársela junto a los demás que tenían clases adicionales.

Con eso aclarado, Pixie-Bob explicó cómo funcionaría la prueba de valor. La clase B sería la encargada de asustarnos, y la clase A iría por parejas a través del bosque en busca de unas placas con nuestros nombres, que debíamos traer de vuelta.

— Será mejor que estés preparada, Ami, —me susurró Bakugo mientras Pixie-Bob hablaba—. No quiero que te pongas a temblar en medio del bosque.

Lo miré con el ceño fruncido, pero no pude evitar sentirme un poco nerviosa. No me gustaban las pruebas de valor, y Bakugo lo sabía. Para empeorar las cosas, cuando nos dieron los números para emparejarnos, me tocó con él.

— Perfecto, —murmuré en tono sarcástico—. Me tocó con el chico que se ríe de mí cuando me asusto.

— Tsk, —Bakugo bufó—. Deja de quejarte. Vamos a aplastar esta prueba.

Y así, nos tocó entrar como el quinto equipo. Mientras esperábamos nuestro turno, podía sentir el ambiente volviéndose más denso, y mi nerviosismo aumentaba a medida que escuchaba los gritos de nuestros compañeros que ya estaban en el bosque.

Cuando finalmente nos tocó avanzar, no pude evitar acercarme a Bakugo y agarrarme de su brazo, aunque sabía que él se burlaría de mí.

— Oye, ¿qué demonios estás haciendo? —preguntó con una sonrisa burlona, claramente disfrutando de mi reacción.

— Nada, —dije rápidamente—. Solo me estoy asegurando de no perderme en la oscuridad.

— ¿Oscuridad? No es ni tan tarde, —se rió, claramente divirtiéndose con mi miedo—. Admítelo, estás aterrada.

— ¡No estoy aterrada! —le respondí rápidamente, aunque mi voz traicionó mis palabras cuando un crujido en el bosque me hizo saltar.

Bakugo soltó una carcajada, pero no apartó mi mano de su brazo. De alguna manera, su presencia me hacía sentir más segura, aunque no lo admitiría ni en un millón de años.

— Tsk, eres tan predecible, —dijo—. Sabes que si te sigues pegando así, no podré usar mis explosiones si algo nos ataca, ¿verdad?

— Lo siento, —respondí, aunque no aflojé mi agarre—. Pero, bueno... si me asusto, al menos me tienes a ti para protegerme.

— No me uses como escudo humano, —se quejó, pero podía notar que estaba disfrutando la situación.